Triple crimen del Trapiche. Increíble derivación de un caso conmocionante.
Las mató a todas, y no era el padre de la beba
Daniel Zalazar (30) fue el autor de una matanza horrenda en el Barrio Trapiche, durante la madrugada del domingo 23 de octubre del año pasado, luego de pelear con su ex pareja Lorena Arias por las condiciones económicas de manutención de una pequeña beba de nueve meses a la que Zalazar no quería reconocer. Enceguecido y usando cuchillos y tijeras de la casa de su ex novia, Zalazar mató a Lorena (30), a una tía de ella llamada María (45) y a Silda Vicenta Díaz (90), la abuela familiar. También intentó matar, sin éxito, a un nene de 11 años que escapó con vida de milagro, y a la beba de Lorena, de la que Zalazar no quería hacerse cargo.
Hoy, la historia que conmovió a Mendoza el año pasado acaba de dar un vuelco: Ironía profunda del destino, un examen de ADN demostró que el múltiple asesino, efectivamente, no es el padre de la pequeña niña por la que estaban peleando. El padre de esa beba, que por poco se salvó esa noche, es un hombre que muy probablemente no será identificado jamás.
El móvil del crimen múltiple que cometió Zalazar, por lo menos en el ataque a Lorena Arias, fue la pelea por la paternidad de la beba y la cuota alimentaria. Y fue el inicio de una de las masacres más horrendas de las que se tenga memoria en la provincia, corolario además de una espantosa seguidilla de femicidios entre setiembre y octubre del año pasado. Y el asesino no era, sin embargo, el padre de la beba.
Este dato sobre la paternidad fallida de Zalazar, que Lorena Arias le reclamaba, no cambia el hecho de que hubo un triple homicidio, y que el asesino pasará toda su vida en la cárcel.
El caso, en su momento, resultó conmocionante, por la saña con que se cometieron los crímenes, porque Zalazar dejó ropa, sangre y huellas por el centro mendocino, por la historia del hijo de Lorena y una pareja anterior, de 11 años, que se salvó al esconderse en el baúl de un auto, por los audios misóginos de Zalazar, porque quiso matarse en la cárcel, porque el caso fue publicado incluso en medios del mundo, por las marchas "Ni una menos" que tensionaron la política, y porque Zalazar intentó borrar la masacre prendiendo fuego a la casa de su ex novia, una pareja circunstancial que tuvo cuando él era el profesor de artes marciales de la chica.
El examen de ADN para verificar la paternidad de Zalazar sobre la beba que sobrevivió a la masacre, fue realizado porque en la imputación múltiple que pesa sobre el asesino, hay una de “intento de homicidio agravado por el vínculo”, en el caso de la beba. Al no ser realmente el padre, esa imputación será menor. “Sí, pero en vez de mil años, le van a dar 900” ironizó una fuente de la Justicia esta noche.
Qué mala noticia para Zalazar. Por no querer hacerse cargo de esa beba, provocó una de las peores matanzas de los últimos años en la provincia.