El día que le enrostré a González Fraga sus vínculos con un narcolavador
Esta semana, el presidente del Banco de la Nación, Carlos Melconian, fue reemplazado en el cargo por el economista de extracción radical Javier González Fraga, en el contexto de un nuevo cambio de importancia en el equipo económico a poco más de un año de gestión del gobierno y con los ministros de Hacienda y de Finanzas de gira en el exterior.
Hasta ahí, lo que cuentan las crónicas periodísticas. Sin embargo, hay toda una historia detrás del nuevo titular funcionario de Cambiemos: González Fraga ostenta una imborrable mácula en el marco del expediente que investigó al millonario banquero saudita Gaith Pharaon por lavado de dinero, en la única causa judicial que pudo comprobar ese delito durante los 90.
El hoy titular de Nación, tuvo un papel esencial en los negocios que Pharaon hizo en Buenos Aires a través del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), ya que fue su asesor financiero a la hora de manejar algunas de las operaciones más cuestionadas. Una de ellas fue la construcción del hotel Hyatt, cuyas irregularidades fueron desnudadas por la jueza María Romilda Servini de Cubría y que obligaron a poner pies en polvorosa a Pharaon.
En 2011 tuve la posibilidad de entrevistar a González Fraga, cuando despuntaba como compañero de fórmula de Ricardo Alfonsín. Fue el reportaje más incisivo que alguien le haya hecho al hoy titular del Nación.
-Me gustaría preguntarle sobre un tema que nunca dejó del todo claro. Tiene que ver con la denuncia que hizo en su momento Lilita Carrió contra usted en el famoso informe de lavado de dinero.
-Nunca fue una denuncia, fue un comentario desafortunado de Lilita que se lo expliqué en privado y nunca más lo repitió.
-Pero ha existido una causa penal.
-No y yo nunca fui citado a declarar como testigo. Es más, Gaith Pharaon, que podrá tener una pésima fama por cosas inventadas o no, nunca fue condenado por nada, esa es la verdad. Eso fue todo un invento de unas internas que hubo entre el peronismo y el radicalismo, esa es la verdad de la historia.
-Pero usted fue asesor financiero de Pharaon.
-Yo lo que hice fue un trabajo entre marzo y noviembre del 88 al presentar un proyecto —bajo la ley de conversión de deuda externa en inversión de Raúl Alfonsín— del hotel Hyatt, ahora llamado Four Seasons.
-Que terminó con una denuncia por lavado de dinero…
-¡No... no…!
-¿Cómo que no? Lo investigó la jueza Servini de Cubría.
-No, no… ese hotel no, lo que se le investigó es… en realidad Gaith Pharaon se “autoacusó” porque un diario lo imputó de lavado de dinero del BCCI, del que él había sido dueño. Él pide que se investigue sobre su relación con el BCCI y el tema de lavado de dinero.
-Bueno, ahí está lo que yo le digo, eso lo investigó Servini de Cubría.
-Pero yo no tuve nada que ver con el banco.
-Pero con el Hyatt sí.
-Con el Hyatt, sí. Yo hice el estudio de factibilidad, fue clarísimo, una operación súper rentable. No hay lavado de dinero, ellos compraron 27 millones de dólares en bonos los cuales transformaron en 60 millones para hacer ese hotel y está ahí, se lo puede ver, es transparente.
-No tanto, hay una concatenación de hechos. Si hay sospechas de que el BCCI lavaba dinero y Gaith Pharaon era accionista allí y luego construye el hotel...
-Fue dueño del BCCI hasta hace dos o tres años anteriores a esa operación.
-Pero igual eso genera sospechas.
-Sí, pero la sospecha no prosperó en nada. Cuando a mí me llamó un abogado representante de él en Buenos Aires me dijo: “Te presento a un grupo que es dueño de 25 Hyatt en el mundo, del Club Mediterranee, de hasta poco el BCCI…”, ¿Cuál es el pecado de decir “sí, te cobro 150 mil dólares por sacarlo? ¿Cuál es el tema? Yo esto se lo he explicado a Lilita, incluso a través de Alfonso Prat Gay. Mirá lo que serán las casualidades que Alfonso trabajaba en nuestro estudio en esos días que menciona Lilita y también otra funcionaria que no quiero mencionar del kirchnerismo.
-Dígalo, anímese. No olvide que el kirchnerismo se ha encargado de recordar su “pasado”.
-Bueno, se trata de Débora Giorgi. Ella era una chica de 25 años que se ocupó de este trabajo, súper responsable y trabajadora. No quiero ni por un instante culparla de nada porque ese trabajo fue perfecto. Lo que están haciendo con esto es una tontera, pasa que Lilita es imprudente y necesitó justificar las famosas cajas. En Estados Unidos se le mataban de risa por la investigación de lavado que hizo, ni siquiera sabía lo que era el lavado y un día se enojó conmigo porque yo una vez se me dio por hablar de lavado de dinero con ella me di cuenta que confundía lavado de dinero con evasión impositiva, siendo que son cosas totalmente opuestas. Cuando le hice esa aclaración ella se enojó conmigo.