El camarista renunció a la subrogancia que ocupaba en la Sala I de la cámara federal porteña, pero seguirá como titular de la Sala II de ese tribunal de apelaciones.
El juez Farah renunció a integrar una "sala kirchnerista"
Eduardo Farah se quedó con su cargo como titular en la otra sala del Tribunal de Apelaciones a cargo de revisar fallos y decisiones en las causas por corrupción pública y narcotráfico.
De esta manera, todas las decisiones tomadas por los jueces federales de primera instancia porteños que ingresen de ahora en más para su revisión a la Sala I de la Cámara, serán resueltas sólo por los camaristas titulares Jorge Ballestero y Eduardo Freiler.
Según explicaron fuentes judiciales, en caso de disidencia, se convocará eventualmente a un integrante de la sala II de la Cámara y, como último recurso, a uno de la Cámara del Crimen del fuero ordinario.
Farah seguirá con voto en aquellas causas que ya tiene a cargo la Sala I del Tribunal de Apelaciones y en las que ya intervino en alguna oportunidad.
Pero, por ejemplo, ya no intervendrá en la decisión para reabrir o no la causa Skanska, enviada ayer a esa sala por el juez federal Sebastián Casanello.
El camarista marplatense ejercía desde el 2007 el cargo suplente de la Sala I ante la vacante abierta tras la renuncia del ex camarista Horacio Vigliani y que, hasta el momento, no fue cubierta con un titular.
De esta forma, Farah firmaba por las dos salas, asistía a las audiencias con las partes por ambas y a los acuerdos: martes y jueves primero firmaba temprano por la Sala II y, después del mediodía, por la Sala I.
En una carta de renuncia firmada hoy, el camarista aludió a "razones personales" y "agotamiento", según fuentes judiciales.
En los últimos años, Farah votó en disidencia gran parte de los fallos suscriptos por Freiler y Ballestero en causas relevantes como Hotesur, donde se había pronunciado en minoría por ratificar al juez federal Claudio Bonadío en el caso y sus colegas, en cambio, votaron por apartarlo.
En otro fallo clave, Farah votó en minoría el año pasado a favor de reabrir la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Kirchner y otros ex funcionarios por encubrimiento del atentado a la AMIA, mientras que Ballestero y Freiler la desestimaron argumentando inexistencia de delito.
Ver: Leandro Báez y cómo destrozar a CFK y Casanello en un mismo escrito