Oportunidades del Brexit y lecciones locales/regionales
Estamos atravesando cambios políticos muy interesantes a nivel mundial. Muchos son por derecha, restrictivos, reaccionarios y otros son progresistas de izquierda. En España, por ejemplo, ante el descontento de un capitalismo periférico en un enclave territorial altamente desarrollado como es Europa, una fuerza presenta, según algunas encuestas, altas chances de tener muy buenos resultados como es Podemos.
Secundando al derechista Partido Popular, y aventajando al Partido Socialista Obrero Español, Podemos nace del descontento ciudadano a la falta de respuestas estatales, y la gran crisis económica que sufre ese país. Una eventual ajustada victoria del PP, podría llevar al PSOE a ayudarle a éste a armar gobierno en detrimento de la nueva fuerza política, cuyo resultado podría tener alcances como la ruptura del tradicional sistema político, amén de la profundización de la crisis por la sumisión a las políticas de lo que allí llaman, la Troika.
Otro tanto sucedió en Grecia, donde Syriza ganó, pero se vio muy limitado en su margen de maniobra para hacer políticas con mayúsculas, al carecer de herramientas de política económica por los acuerdos con la Unión Europe. Esta UE, es la que fue abandonada por el voto popular, en una consulta al Reino Unido sobre su permanencia o no. Pero el Reino Unido es otra cosa.
No es una economía periférica, dependiente, desindustrializada y que vive solamente del factor financiero y los servicios: es una economía pujante, tiene uno de los PBI más grandes del mundo, una economía altamente industrializada con el dominio en algunos segmentos de la cadena de valor de alta tecnología, plazas financieras, poder militar, y mucha influencia internacional.
El descontento con la política -o con la capacidad del Estado para resolver los problemas de la gente- por su subsunción a poderes fácticos más importantes van a reconfigurar el orden los próximos años. ¿Qué pasará si gana Trump en los Estados Unidos? ¿Cuál sería su política hacia Europa, hacia América Latina, y su estrategia de desarrollo global? Él, en su retórica antiliberal y antimigraciones, festejó el Brexit. ¿Qué hará la otra gran potencia industrial y financiera europea, Alemania? ¿Cómo repercutirá sobre sus votantes? Sin dudas esto abre escenarios de política doméstica, que podrían devenir en resultados de política exterior, que reconfiguren la geografía política.
Del otro lado del Atlántico, en América Latina estamos moviendo la mirada política de un progresismo de izquierda, hacia gobiernos conservadores pero liberales, en lo económico y en lo político. Así, la noticia de la Argentina como miembro observador de la Alianza del Pacífico constituye una gran noticia geopolítica, que mira el Pacífico y el norte, en detrimento del Atlántico, todo un cambio geopolítico, porque también va en contra del Mercosur y Unasur, que signó la década pasada en un proceso de integración regional sin precedentes, y con características políticas y económicas muy interesantes. Lo propio está haciendo Brasil, con su giro político generado por el golpe institucional contra el Partido de los Trabajadores, que generó en la época de Lula y Dilma grandes apoyos por su política de industrialización y redistribución.
¿Qué hay para la Argentina? ¿Qué lecciones nos deja el Brexit? ¿Debería el gobierno nacional llamar a una consulta popular para averiguar la opinión ciudadana acerca de si es conveniente o no ingresar en un bloque como Alianza Pacífico, que cambié la matriz de desarrollo industrial y las alianzas y objetivos políticos nacionales?
Según la propia web de la AP, se proponen la integración profunda de servicios, capitales, inversiones y movimiento de personas; es un proceso de integración abierto e inclusivo, constituido por países con visiones afines de desarrollo y promotores del libre comercio como impulsor de crecimiento; y es una iniciativa dinámica, con alto potencial y proyección para negocios. La historia ha mostrado que el libre comercio es una ficción. Siempre.
No existió nunca para aquellos que se desarrollaron. Si para los que no. Karl Polanyi habó de la profecía autocumplida, en la cual el libre comercio terminó en las grandes guerras europeas, en el fascismo. Temo que es lo que está pasando en el mundo: la respuesta por derecha a la incapacidad del Estado liberal de gestionar la crisis. Eso explica Brexit, Trump, Le Pen y los tantos derechismos nacionalistas. Es lo que no entendieron las izquierdas europeas. Es lo que no entendieron las derechas y centro-derechas latinoamericanas: el mundo no tiende hacia el liberalismo, no por lo menos por la vía de la armonía. Tiempos duros nos esperan. Pensar la inserción internacional argentina y latinoamericana es todo un reto para aquellos que no quieren una sociedad económicamente restrictiva, pero también para aquellos que entienden que el liberalismo tal cual lo entendíamos, está terminado y no es el motor del crecimiento industrial y el desarrollo: para eso es la política.
(*) Especial para Mendoza Post