No se salva nadie. Coletazos locales de la danza de imputados. Los bandidos de acá. Plata: ¿Viviremos con lo nuestro? Abril, muy difícil.
Quincho: Todos unidos, imputados... (en Mendoza, también)
El gordo dio un último paso, muerto de calor, antes de trepar el médano en el que estaba metido. Iba en alpargatas, ropa de yute, y cargaba una enorme bolsa de arpillera en el hombro. Repleto de tierra y transpiración, dio unos pasos tambaleantes hasta que divisó un ventilador gigante, de unos 30 metros de diámetro. –Seguro que lo hizo Pescarmona- pensó Julián. Leonardo Fariña agitaba toneladas de estiércol delante del enorme turbo, que giraba sus aspas con parsimonia. La lluvia y el ventarrón –intensos- arrastraban miles de papeles. La escritura de la estancia mendocina “El Carrizalejo” que Fariña y Lázaro le compraron a Don Juan Carlos Schiappa de Azevedo, y que después “vendieron” un 64 % más barata, cayó a los pies de Julián. La escena era bizarra. Otros tipos caminaban, como el gordo, con bolsas. Se le ocurrió abrir la suya y se topó con una pila de dólares… Fajos prolijos de una financiera. En esa bolsa había por lo menos 300 lucas verdes… La confusión le nubló el cerebro. Manoteó su celular para llamar al contador… esa guita no era propia… En eso estaba cuando en un “parripollo” de Guaymallén que había ido a parar al medio de la pesadilla psiquiátrica del gordo, apareció Luis Lobos, ordenando una pila enorme de guita. –Sólo estoy ayudando a contar la plata… soy el que hace las compras en el súper, para la ‘cooperativa’- le dijo. Tenía grilletes en los pies y estaba vestido con un mono naranja. Detrás de Lobos, también engrillado, Sergio Salgado pelaba papas para el resto de los presos. El gordo quería sacarse esa guita de encima… La procesión cansina y agotada avanzaba por el desierto, y vaciaban las bolsas de dinero en un contenedor. Pero no tenía fondo. Debajo, Martín Kerchner juntaba el efectivo billete por billete. –Es para los sueldos de abril, gordo… estamos muy complicados y el Alfredo nos mandó a ajustar y raspar la olla… no le queremos pedir mucha a Mauricio- explicó.
Julián siguió avanzando como podía, contra el viento y la tierra, buscando la salida. Unos metros más allá, estaba el Leo Aballay en una carretela de Godoy Cruz, tirada por unos caballos flacos y hambreados de varias lunas. Iba con los brazos repletos de rollos de carteles de vía pública. Se bajó y los empezó a pegar en las paredes, él mismo, con engrudo. “Estamos gobernando desde el 10 de diciembre” decía la cartelería. Julián lo miró sin entender…
-¿No tenés algo más nutritivo para decir?- le preguntó…
-Y qué querés… si no me tiran ni un centro, y me putean todos- le contestó el hombre encargado de la comunicación del gobierno. La escena se volvió caótica. Por la columna de la derecha avanzaban Guillermo Carmona, Lucas Ilardo, el Alejandro Abraham y el “Gringo” Böhm. “Vamos a Comodoro Py” decían.
-¿A entregarse? Está bien que el peronismo está jodido, pero nadie les pide que se inmolen con la señora- les dijo el gordo, con los labios partidos de sed.
-No, boludo… vamos a hacerle el aguante a la Jefa Imputada, qué mierda. Si la tocan, va a haber quilombo…-
Más allá, unos carteles anunciaban la cercanía del paraíso… fiscal… “Offshore Avenue…” indicaba el camino. En el ingreso estaban San Pedro con las llaves, y un fiscal de mesa con una urna. El gordo encontró una boleta en el bolsillo, la metió, firmó y pasó. “Bienvenidos a la ciudad de Kagemusha”.
La tormenta cedió espacio a un cielo azul y limpísimo. Agotado, Julián cerró los ojos y se dejó caer en el sueño. Despertó horas después, en la cocina del quincho, enrollado al pie de la heladera. Acalambrado y con frío se levantó y prendió la tele.
Anunciaban la imputación de Cristina por lavado de dinero. Apagó, y se fue a hacer las compras para la primera cazuelita del otoño, fresco y lluvioso. Quiso sentir rebeldía, pero no pudo.
En el cuadro que ornamenta la pared norte del quincho, la que da a Las Heras, había un cartelito pegado en el marco. “Volvemos cuando baje un poco la espuma” Firmaban el General y Evita Capitana.
…
Si algo le gustaba al gordo era cocinar en el frío otoñal de Mendoza. En una ollita destartalada había puesto a hervir las longanizas, para desgrasarlas un poco, mientras enharinaba trocitos de pechito de cerdo y de punta de espalda de vaca, de unos cuatro centímetros. Los metía en una bolsa con la harina y pimienta molida y los revoleaba con ganas. Después, los salteaba, sellaba y reservaba en un plato. En el mismo fondo de cocción de su viejo disco de arado, uno alto para estas preparaciones, Julián revoleó cebollas cortadas en aros, y dos dientes de ajo. Enseguida sumó dos pimientos, la carne, condimentos, salsa de tomates, sal gruesa, caldo, porotos “alubia” que había puesto en remojo la noche anterior, vino blanco, y cuando la poroteada estuvo casi a punto agregó granos de choclo frescos, zapallo de plomo cortado en pedazos, y al final, las longanizas en rodajas y perejil fresco. Una cazuela muy buena para acompañar con un Gran Enemigo, del Alejandro Vigil.
Los muchachos se acomodaron alrededor de la mesa, y la charla arrancó por el tema caliente del momento.
-Ustedes están locos… la venganza va a profundizar la grieta y esto se va a volver en contra de Macri en cuanto tenga un tropiezo más fuerte que las offshore…- dijo el gordo, y no los dejó ni respirar. –Resulta que ahora le creen a un valijero y que eso es suficiente para imputar a una líder… esto fue para tapar el escándalo de las offshore… ¿No es cierto?- provocó el dueño de casa, mientras repartía las primeras cucharadas de cazuela.
El Omar, el radical-radical-radical que habla con todos, sintió que tenía que sacar la cara por Cambiemos.
-Bueno… vamos por partes… no podemos comparar unas sociedades que fueron declaradas y que de todos modos van a investigar, con el video de La Rosadita y la Ruta del Dinero K. No es sólo el video. Marijuán ya tiene constatado el circuito de la guita, con los bolsos de plata de ida y vuelta, la salida vía Uruguay y Panamá, las cuentas suizas, y el regreso vía compra de bonos de la deuda. Y hay que ver qué dijo Fariña, teniendo en cuenta que con su declaración imputaron Cristina, a De Vido, al financista Clarens y al mendocino Fábrega…- dijo el radical del grupete, y bajó la parrafada con un trago del Malbec del Alejandro Vigil. El resto, escuchaba expectante. El Ruso espiaba la tele de reojo. -Y eso no es todo... van a imputar a una escribana mendocina que asesoró a Fariña, a los dueños de una inmobiliaria del Valle de Uco que trató con el valijero, y guarda con la familia que le vendió la estancia a Fariña, los Schiappa, que van a tener que declarar como testigos...- advirtió el Omar.
-Además, quiero contarles algo. Estos tipos son del PRO… no son kirchneristas que ideologizan todo como la última batalla de sus vidas, ni son los radicales que dramatizamos creyendo que se nos acaba el mundo. Y vienen curtidos en las crisis jodidas de cuando gobernaban la Ciudad de Buenos Aires, ocho años, y CFK era la jefa en serio del país. Miren… no hay estrictamente un manual… pero les cuento cómo es… Hay una crisis, y los tipos tienen la receta de “procedimiento de una crisis” y lo hacen. Si hay dos crisis, es el “procedimiento de dos crisis”, y así. Si hay varias crisis a la vez, va el "Procedimiento de varios despelotes a la vez" y lo hacen. Lo tipos están tranquilos. Si vos vas a una reunión de gabinete económico social, vas a ver que no están viviendo el asunto económico, que aprieta mucho y ni ellos saben cuándo va a terminar, como una crisis. La van llevando y hacia adentro Alfonso Prat Gay transmite mucha tranquilidad…- dijo el Omar, y atacó la cazuela con ganas. El gordo respondió de malhumor…
-Y claro… si es un gabinete de millonarios que no tiene plan económico… ellos no son los que no llegan a fin de mes, ni perdieron el laburo en la caza de brujas de los ñoquis…- le respondió el gordo. Y se armó una batahola de gritos y discusiones, hasta que el Ruso pegó un grito…
-¡Basta, carajo!- Todos se sentaron en silencio hasta que Ludovico, el único realmente del PRO aunque con ADN ganso, dijo un tímido… -Yo sé algo…-
-¿Qué cosa?
-Que cuando baje el despelote de las offshore y pasemos el “13A” que el kirchnerismo quiere armar, y al que no van a ir los peronistas auténticos; el presidente va a anunciar que se pagan todos los juicios a los jubilados… 120.000 millones de mangos… 500.000 beneficiados directos más todas las familias que tuvieron que hacerse cargo de sus abuelos…- dijo. El gordo sacó un violín de una de las alacenas, y tocó un emotivo valsecito… y los amigos estallaron en carcajadas. La mesa cambió de tema. Y el Ruso encaró por el lado de la plata.
-¿Y… cómo van las cosas con la guita?- preguntó, con el tonito un poco tenso. Julián tenía información de los amigos que le quedaban en algunos rincones de Hacienda.
-Viene muy pesada la mano. Hay que empezar a devolverle al gobierno nacional la que nos prestaron para arrancar, y para diciembre. Va a estar muy duro juntar la plata para los sueldos de abril. Por eso nadie quiere gastar un peso, lo que además repercute en el volumen de cosas para hacer. En el gobierno hay una suerte de Economía de guerra. Además, el endeudamiento de los 300 palos verdes con el que la provincia va a salir, tiene que esperar al cierre del acuerdo con los holdouts y a que salga el gobierno nacional al mercado, con su bono de doce mil millones de dólares… es un fangote de plata…
-Pero si sale Nación antes, te van a "secar" la plaza y tus bonos van a valer menos…- razonó el Ruso.
-Bueno, pero la provincia está “ahí”, para salir enseguida detrás de Nación… pero son unos meses muy pero muy apretados, y sí sé que algunos muchachos están jugando duro…
-¿Por?
-Porque los del Grupo del 9 están que trinan por la baja de la pauta para este año… que además viene espeso… y están revoleando “malas noticias” a lo loco… y el medio afín… va colando algún "brulote", para presionar sobre la caja…- contó el gordo. Y el Omar agregó una perlita.
-Al pobre Leo Aballay lo tienen loco y lo retan porque hay poca comunicación…
-¿Por qué? ¿El Alfredo está enojado? ¿Quiere que el gobierno esté más presente en la sociedad? ¿Que se explique mejor la crisis o lo que está haciendo?- preguntó el gordo, que se acordó del otro Leo por la pesadilla de la noche anterior.
-No… el que lo reta es el medio afín, porque si no hay campañas de comunicación no facturan… y si no facturan no cobran. ¡No vaya a ser que tengan que poner de la de ellos! ¡Eso, no!- dijo el Omar, y la mesa estalló en carcajadas. El Ruso agregó otro comentario.
-Qué puntería el “Nene afín”. No hay que negarle el buen olfato. Es muy, pero muy amigo de Daniel Ivoskus, de Jorge Macri… de Néstor Grindetti… todos con empresitas o alguna cuentita offshore en Panamá…- contó el hombre de los negocios, y cerró con otro datito. –Igual, estaban apostando a meter al Nene en la vicepresidencia de Relaciones Institucionales y Comunicación de YPF, pero salió mal y quedó descartado por completo. No pasó el filtro y no está en la lista de los siete postulantes que siguen.
-¿Por?
-Y… lo que dicen es que Miguel Ángel Gutiérrez quiere profesionalismo y sobre todo en el Comité de Dirección de la petrolera…- tiró. Y los muchachos brindaron por los negocios y la buena fortuna.
La cena fue llegando a su fin. El gordo había preparado, a tono con la cazuela y el Gran Enemigo, unas peras al Malbec que había cocinado en el vino con unas chauchas de vainilla. Acompañó con crema americana. Después del café, las peras al vino y el bajativo, los amigos partieron calle abajo, rumbo a los autos.
-¿Qué se sabe del peronismo?
-Poco y nada. Cada uno por su lado, el matrimonio Ciurca-Félix no llegó ni a la noche de bodas, el Alejandro Abraham habla con todos para reunirlos, y el Alejandro Bermejo, que por el momento sigue siendo el que más mide anda recorriendo la provincia y juntándose con militantes…
-Gordo… ¿Y qué hay de nuestros propios imputados? ¿Salgado, Lobos…?
-Lo de Salgado está muy complicado. El juez fue aún más lejos que el fiscal al justificar que el ex intendente se tiene que quedar en San Felipe. Aún guardado, maneja algunos hilos en la municipalidad, y no quieren que les escondan la documentación.
-¿Y Lobos?
-No puede estar más hasta el moño. Pasaron varias cosas. Fue a declarar al sumario interno que le siguen en la Municipalidad… ¿Sabés cómo se refirió a su propia suegra? “¡Esa vieja de mierda que me encajó una ñoqui y no tengo nada que ver!” Tiene el frente interno familiar muy complicado. El pibe, Facundo Lobos, está adscripto en el Registro Civil. Y ojo, que anda averiguando cómo cambiarse el apellido. Dice que le da vergüenza lo que ha hecho su padre. Es increíble, pero a Lobos le encontraron en su casa, en un allanamiento, factureros originales de empresas de construcción. Tremendo… Imaginate los dibujos que hicieron con eso… y expedientes originales de contrataciones… de empresas… ¿Y sabés qué dijo? Que se los había llevado para analizarlos, y no había tenido tiempo de devolverlos. No le entra media imputación más. ¿Y sabés qué declaró la mujer cuando le preguntaron por los papeles en su casa? “Ahhhh no sé… los habrá llevado Lobos…” Aún así, Lobos le pone ganas. Los imputados del caso de la mucama ñoqui incluido él tienen a varios de los mejores penalistas de Mendoza, desde Venier, el hermano del ministro encargado de la Seguridad, hasta Pablo Cazabán. Hay media docena de bogas muy caros ahí. No les ha ido mal a Lobitos y sus amigos... Es una descomposición acelerada, pero un poco berreta. Las cuentas en Suiza, los papeles de Panamá tienen glamour… esto… es choreo de cuarta…
-Es verdad, pero igual es corrupción…
-No tengas dudas…
-Gordo… ¿Irán presos?
-Y algunos sí van a ir… están hasta las pelotas…
-¿Es el fin de la impunidad?
-¿Estás loco? ¡Esto es Argentina!
-¡Tenés razón!
-…-
Y así, dicho lo último, los amigos desaparecieron en el sentido estricto de la palabra. Hasta el próximo imputado.



