¿Para qué sirve ser honesto?
(Una catarsis personal... necesaria)
De nada sirve ser honesto
Trabajar bajo estrictas normas éticas
Esquivando con eficacia todo intento de soborno
Negándose uno a trabajar para medios mercenarios
Escapando a cualquier propuesta que signifique cobrar del Estado
Sorteando invitaciones de grupos como Clarín u otros
Claramente identificados con las operaciones políticas
Uno se ha cuidado mucho
Ha predicado con el ejemplo
Viviendo muchas veces al día
Alquilando su vivienda como se puede, si se puede
Careciendo de tópicos básicos en algunas jornadas
Todo por no aceptar las típicas propuestas dinerarias
De aquellos que uno investiga
Ni siquiera durante el generoso día del Periodista
Uno ha devuelto todo lo que le han regalado
Para poder trabajar con total independencia
Sin condicionamientos de ningún tipo
Es el periodismo que hace falta hoy en Argentina
Honesto e independiente, con compromiso
Pero es lo que no abunda, al contrario
Las operaciones de prensa están a la orden del día
Los sobres “bajo mesa” también
La corrupción festeja, impune, mientras tanto
Es lo que explica que esté todo tan degradado
La hipérbole de la podredumbre
Que incluye a los políticos y los jueces
Todo se mezcla en un gran amasijo
Donde todo termina siendo parte de la misma escoria
Por eso, no sirve de nada ser honesto
Porque cualquier virtud se diluye en medio de tanta bosta
No hay castidad que sobreviva hoy
Todo se iguala para abajo
“Lo mismo un burro que un gran profesor”
Pasaron cien años y nada ha cambiado
Pasarán otros cien y nada cambiará
En ese contexto, ostentar alguna mínima virtud
No sirve de nada… en absoluto.