Turismo: 3 puntos en los que Mendoza le gana a las playas de Brasil

Sin mencionar subjetividades del paisaje, solo nos ganan en una sola cosa.

Turismo: 3 puntos en los que Mendoza le gana a las playas de Brasil

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

No hay mejor manera de abrir la cabeza que viajando. No sólo porque uno conoce nuevos lugares, sino porque, de paso, descubre cuántas cosas están mejor (o peor) en la propia casa. Con mucho orgullo, podemos decir que Mendoza es mejor turísticamente, que una de las playas más top de San Pablo.

Se trata de Guarujá, una isla al sur de San Pablo, elegida por los paulistas de clase media alta para pasar sus vacaciones en anchas y extensas playas de fina arena. 

En Guarujá, como en la mayor parte de Brasil, la diferencia entre ricos y pobres está muy marcada, y allí se nota entre turistas y empleados. Los autos son importados y se cambian cada tres o cuatro años. Los edificios brindan servicios de sombrilla y reposeras que el portero lleva a la playa y además, los porteros se ocupan de los departamentos como verdaderos caseros: riegan plantas, mandan a lavar las sábanas y hasta llenan la heladera antes de que lleguen los dueños el fin de semana.

 Guarujá

Detrás de los edificios están los morros. Allí viven compartiendo alquiler de alguna casucha los que trabajan para el turismo. Puede haber hasta 10 en una habitación con tal de ahorrar lo máximo posible antes de volver al noroeste del país, que es de donde llega la mayoría para trabajar la temporada.

Estas diferencias, repercuten en los servicios al turista. Y en varios puntos, Mendoza gana.

Los morros

Información

Contrariamente a la política turística mendocina, donde hay informadores en muchos y variados puntos, en San Pablo no es nada fácil conseguir datos de interés turístico.

El aeropuerto de Guarulhos es el más importante de américa latina en cuanto a tráfico de pasajeros y ocupa una extensión de 13 millones de metros cuadrados, la terminal de arribos internacionales tiene tres pisos, pero no hay un solo puesto de información turística.

Conseguir información es difícil en todos lados: en las terminales de micros (en este caso la de Santos, la más cercana a Guarujá), hay un local para tal fin pero nadie lo atiende.

El aeropuerto de Guarulhos


Cualquier viajero sabe lo importante que es conseguir un mapa de la ciudad a la que llega, pero en San Pablo, es un imposible. En el aeropuerto hay un sinfín de negocios de toda clase, incluyendo dos librerías donde se pueden comprar libros de viaje de San Pablo o de todo Brasil, pero mapas, no.

 Algunos negocios venden de recuerdo afiches con la imagen satelital de las hermosas playas y morros.  

Tampoco se consiguen en el edificio municipal, ni en la terminal del Ferry que cruza de Santos a Guarujá, ni en la terminal de micros. 

Profesionalismo

A diferencia de las exigencias y los altos estándares con que se maneja el turismo mendocino en cuanto a los requisitos para trabajar en hoteles y restaurantes de categoría, en Guarujá parece que no se les pide mucho.

Ni siquiera en los hoteles más caros, de cuatro y cinco estrellas, los recepcionistas hablan otro idioma que no sea el propio. Tener conocimientos de inglés no es un requisito para trabajar en los hoteles, ni tampoco en restaurantes de alta categoría. Los menús traen su respectiva traducción al inglés, pero los mozos no tienen idea de cómo explicar un plato.

"Son muy amables, pero miran como diciendo 'vos venís a mi país, hablá mi idioma'. 

En su mayoría, los trabajadores provienen de las zonas más humildes de Brasil y tienen un acento cerrado, con lo cual tampoco es fácil entenderlos, y ellos no se preocupan mucho por entender al turista. Son muy amables, pero miran como diciendo “vos venís a mi país, hablá mi idioma”.

Variedad

Mendoza es conocida en el mundo por el sol y el buen vino, tal como dice el cartel de bienvenida del aeropuerto. Sin embargo, cualquier turista que nos visita sabe que hay más que sólo bodegas y degustaciones. Con los años, el turismo se diversificó y tenemos ofertas para los deportistas y para los sibaritas, para los más jóvenes y para los que quieren paseos más tranquilos.

Incluso en Mar del Plata la oferta de actividades es mucho más grande que sólo la playa. Teatros, boliches, bares, museos, ferias artesanales, en casi todos los puntos turísticos del país la oferta es diversa.

En Guarujá hay playa. Y algunos recorridos históricos por lo que eran los antiguos fuertes, un acuario (tres veces más grande que el nuestro pero tampoco algo que vuele la cabeza) y un par de paseos más. Pero no hay muchas opciones para comer ni para salir de noche. La movida pasa por la playa y, si llueve, no queda otra que sentarse a leer.

Además, la inseguridad se antepone a cualquier plan. Todo el tiempo los brasileños te dicen que tengas cuidado, que cierres la cartera, que no uses el celular en la calle, que no andes de noche. Esto es porque, según los mismos guarujenses comentan, muchos empleados de temporada que no han conseguido trabajo fijo, consiguen a veces ayudar en algún parador por 20 o 30 reales al día (una lata de cerveza vale de 6 a 8), y entonces hay muchos asaltos en las zonas cercanas a la playa donde le sacan al turista más de lo que pueden ganar en un día de trabajo.

Ellos ganan en atención y servicios

Es de destacar -pero de destacar mucho- la calidez que tienen los brasileños en general para atender al turista. No hace falta preguntar, ellos te ven la cara de perdido y tratan de ayudarte. Del mismo modo te cuidan con el tema de la cartera, los bolsos o el celular.

Para nosotros, que estamos acostumbrados a esperar media hora a que venga un mozo para pedirle un café, el trato en Brasil es de cuento. Los taxistas bajan del auto a subir los bolsos, los mozos te ven el vaso vacío y te preguntan si querés algo más y te están atendiendo constantemente.

Además, no te cobran por todo. En el parador Fonte do Atlántico (uno de los más alegres de la playa de Enseada) te ponen sillas, debajo de las sombrillas de coco, hay ducha para enjuagarse la arena o la sal del mar, tienen sombrillas de lona y mesas para poner más cerca del agua, y hasta reposeras, y no te cobran nada. Por un agua mineral te dan todo ese servicio. No todos los paradores se manejan igual así que hay que preguntar, pero en general no están cobrando por todo.

Otra gran ventaja es que todo lo podés pagar con crédito o débito. Hasta los vendedores ambulantes de la playa tienen posnet y si no lo tienen, hablan con los dueños de algún parador que les da la plata y vos le pagás al negocio.

No hay competencia entre negocio y vendedores ambulantes, aunque vendan comida o bebida nadie los echa, pero también ellos son muy respetuosos y no se ponen pesados ni insistentes.

Un dato importante es que allí la propina del 10% está sumada a la cuenta. Aunque es voluntario, nadie desiste de sumarla al pago. No estaría mal legislar para que la propina quede sumada en el ticket, tal vez así podamos corregir lo único en lo que nos ganan: una enorme sonrisa, siempre.