Los juegos que impulsaban a los chicos a moverse y compartir un momento que dependía de la interacción en persona.
Domingo retro: los juegos que se disolvieron en la era de Internet
Las épocas cambiaron y los adolescentes hoy se divierten a través de pantallas. Pero hubo una época en la que los juegos en las casas eran el entretenimiento.
Volver a la vereda sin la netbook no es imposible.
Los cumpleaños eran el momento en que estos juegos se llevaban el protagonismo. Nada de peloteros ni Play Station, se trataba de interacción cara a cara, mover el cuerpo y crear mundos.
Algunos de estos pasatiempos ni siquiera precisaban de un objeto para poder llevarlos a cabo: jugar a la mancha, al ladrón y el policía o el tarrito de pintura simplemente implican un poco de imaginación y ganas de correr.
Otros, inclusive más antiguos, precisaban de objetos fáciles de conseguir como el elástico, la soga, la rayuela o simplemente preparar tortitas de barro.
Porque siempre es lindo recordar, y tal vez hasta recomendar a los más chicos de la casa, estos son algunos juegos que se perdieron en la era de internet.
La mancha
Consistía en que un integrante del grupo de amigos fuera “mancha” y tenía que atrapar a los demás jugadores. Una vez alcanzo otro chico ese ocupaba el lugar de mancha. Habían también otras modalidades como la mancha puente o la mancha manteca que cambiaban ligeramente las reglas sobre la misma base de correr y atrapar.
La mancha puente, por ejemplo.
El ladrón y el policía
Se divide el grupo en dos equipos, unos son ladrones y los otros policías. Los "uniformados" tienen que atrapar a los ladrones y meterlos en la cárcel representada por un sector del patio junto a la pared. A su vez, los ladrones pueden liberar a sus compañeros capturados tocándolos mientras están en la cárcel.
Los policías corren y los ladrones tratan de escapar.
La Rayuela
Este juego no puede atribuírse solo a los noventas. Es un juego que implica dibujar un esquema en el piso con una tiza, a veces está pintado en plazas o escuelas, y tirar una piedra. Luego hay que saltar con uno o dos pies en cada cuadro menos donde está la piedra ida y vuelta. A la vuelta levantar la piedra, sin caerse, y terminar el recorrido.
En general lo jugaban las nenas, pero los varones supieron ganarse su lugar.
El elástico
Dos chicos sostenían el elástico mientras que otro saltaba cantando una canción que indicaba los movimientos. La dificultad se presentaba cuando los participantes que sostienen el elástico lo suben hasta las rodillas. Pierde el que se tropieza o no pisa bien el elástico según la canción.
Saltar al ritmo de una canción sin tropezar.
El Cuarto Oscuro
Es el juego tabú, no nos dejaban jugarlo por desordenados o porque podía subir la temperatura a una edad temprana. Un grupo de amigos se esconden en una habitación desordenada y, con la luz apagada, un integrante debía entrar a buscar a sus amigos sin poder ver. Algunos se caían pero siempre terminaba entre risas.
¿Después quién ordena?
Jugar con barro
Difícilmente encontremos en los jardines pequeños disfrutando de ensuciarse con barro haciendo tortitas o construyendo fuertes. Pero la sensación de libertad y el desarrollo de la creatividad son una de las ventajas más importantes de dejarlos ensuciarse.
Conectarse con la naturaleza los relaja.
