La premisa para estos nuevos espacios, donde transcurriría la vida familiar, íntima y de amigos era proporcionar calidez sin modificar el estilo original del conjunto.
Posada Rolland: el encanto a pleno en el alma de la montaña
Un día viernes recibimos un llamado de la Bodega Rolland en Clos de los Siete.
La arquitectura de la bodega tiene un carácter moderno y frio, de colores neutros, blanco y gris dado por el hormigón. Es una bodega meramente productiva.
Necesitaban el proyecto y la ejecución total del interiorismo de la posada privada que se sitúa en la planta alta de la misma bodega y la intervención del acceso principal de turismo.
La premisa para estos nuevos espacios, donde transcurriría la vida familiar, íntima y de amigos era proporcionar calidez sin modificar el estilo original del conjunto.
La familia tenía muy claro un concepto, poner en valor el trabajo de las manos autóctonas.
La ejecución de los elementos que intervienen son todos hechos a mano, de forma artesanal, no hay nada trabajado en serie ni de fábrica, excepto los artefactos de iluminación.
Cada diseño es exclusivo y pensado especialmente para cada rincón, siguiendo las indicaciones del estudio.
Para esto se usaron materiales naturales, piedras, cueros, maderas, fieltros, resinas, telas de algodón, lino y rafia.
Con esta materialidad, se incorporan los colores propios de cada elemento, tostados, negro, verdes, logrando espacios contemporáneos, elegantes y sobrios, a pesar de la rusticidad.
En la planta baja, en el acceso de turismo, nos recibe un gran sillón de forma "caprichosa" que permite sentarse a su alrededor para poder contemplar las maravillosas vistas del lugar. En el centro hay una mesa con pie hecho con zuncho y tapa de roble recuperado de toneles con los tonos rojizos de los taninos.
La posada cuenta con un gran estar comedor y cocina separada por una barra, otro estar íntimo más relajado con chimenea y para ver televisión, y dos dormitorios con baños privados. Al exterior hay un balcón generoso con unas vistas espectaculares.
En el gran estar, reciben visitas cercanas donde degustan vinos de manera mas relajada e informal. Hay un enorme sillón negro en L, y un mueble, como telón de fondo que contiene 30 piezas de cerámica hechas a mano, colocadas de a pares.
Una mesa central hecha en chapa rústica, con soldaduras marcadas, sillones de rattan hechos a mano, un dressoire de ciprés que tapa la trasera del sofá y lámparas de resina, completan este rincón. Algunos adornos y cuadros son obras de artistas locales.
Los canastos son tejidos con fibras naturales de plantas de la montaña.
En la zona íntima, el cómodo sillón de cuero color "ciruela" representa el vino. Sobre éste cuelga un cuadro de una pintora mendocina con los tonos estratégicamente elegidos.
Las mesas y asientos en este ambiente son completamente naturales, artesanales y únicos.
Los dormitorios, cuentan con mantas y almohadones tejidos en telar. Sus cabeceros también son hechos a mano.
En el balcón, colocamos camastros de hierro diseñados por el estudio, con colchones similares a los antiguos, cosidos a mano, muy cómodos, ideales para una siesta con vistas a la montaña.
Este concepto vernáculo también se refleja en el logo de la bodega materializado esculturalmente con madera de toneles.
Cada pieza es única, exclusiva, trabajada por manos argentinas, con técnicas tradicionales, lo que proporciona un valor extra, y una sensación acogedora que fue la primera condición.
*Arq. Alejandra Reta Mat. 535 contacto: cel 2614709505 Instagram @alereta
*Idea y producción general: Rosana Conte Ceschi.