Esta semanak el presidente Chino destituyó a cuatro legisladores pro democracia y ya avanzó sobre el poder judicial.
Xi Jinping y el Partido Comunista ya controlan Hong Kong
La semana pasada, cuatro diputados pro-democracia de Hong Kong fueron expulsados del Parlamento y destituidos de sus bancas tras una resolución tomada unilateralmente por el Partido Comunista Chino (PCCh), donde se les otorga a las autoridades locales el poder de descalificar políticos por ser una "amenaza para la seguridad nacional".
Hong Kong, a pesar de ser una ciudad autónoma sufrió el avance de China durante la crisis del coronavirus. Con una ley que reglamentaba aspectos de la "seguridad" en el territorio costero, China logró que sus Fuerzas de Seguridad entraran a la ciudad y comenzaron a anexarla a su territorio.
Con esta medida y en señal de protesta, toda la oposición democrática renunció a sus escaños en la Legislatura de Hong Kong, concluyendo el proceso iniciado por el PCCh a mediados de este año para anexar de manera total este enclave financiero.
Hong Kong fue entregada por Gran Bretaña a China en 1997 en un acuerdo donde esta ciudad debería ser totalmente autónoma del poder central chino por 50 años. Por casi dos décadas las autoridades chinas respetaron el acuerdo, hasta la llegada de Xi Jinping al poder.
Estados Unidos ya considera a Hong Kong como China
El fin de la doctrina "un país, dos sistemas"
Este acto sin dudas marca el fin de la doctrina de "un país, dos sistemas" lanzada por el entonces presidente Deng Xiaoping, padre de la modernización china, para que los enclaves colonialistas de Hong Kong y Macao volvieran a formar parte del territorio nacional sin comprometer sus sistemas capitalistas y de democracia liberal.
En esta doctrina, estaba contemplado que dentro de la República Popular China coexistan sistemas económicos y políticos diferentes a lo largo de todo el país, manteniendo un sistema económico capitalista y con elecciones libres y democráticas en ciertas regiones del país, en paralelo con el sistema comunista y unipartidista que rige en el resto de China.
Pero Xi Jinping vio como esta doctrina exponía las graves falencias del comunismo chino. El desarrollo industrial, la entrada de inversiones y la mejora en la calidad de vida fue enormemente desproporcionado entre ambos sistemas, en una inclinación muy favorable para el capitalismo y liberalismo.
El acuerdo firmado en 1997 con Gran Bretaña debía permanecer vigente hasta el 2047. Xi Jinping y el PCCh decidieron borrarlo con 27 años de anticipación.
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