El exdiputado nacional apuesta a potenciar el comercio eléctronico de la cadena que cuenta con 92 sucursales en todo el país.
Walmart: ¿cuánto pagó De Narváez para quedarse con la cadena?
Este lunues Walmart pasa oficialmente de manos. La franquicia en la Argentina fue adquirida por el empresario y exdiputado nacional Francisco De Narváez.
El nuevo dueño no es un improvisado en el supermercadismo. Fue dueño (heredó de su padre) casa Tía hasta que la vendió en 130 millones de dólares. Pero Walmart será manejada por dos hombres de su máxima confianza: Fernando Minaudo y Federico Erhart. Ambos tomarán el control de la filial local de la cadena, que tiene 92 sucursales, 9.000 empleados y el 12% de participación de mercado.
El traspaso de activos implica dos cosas: por un lado, el retorno del ex titular de Tía al negocio de las góndolas después de 22 años, y por el otro, la retirada de otra multinacional del país. "Walmart seguirá apoyando a la empresa y a sus nuevos propietarios a través de servicios de transición y acuerdos de abastecimiento", indicó la compañía en un comunicado.
"De Narváez conoce muy bien el negocio y su plan es desarrollar la cadena, hacerla crecer y motivar a la gente", confióuna fuente ligada al grupo empresario. El objetivo inicial es conservar el posicionamiento: Walmart es la 4° cadena del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto, y reorganizar el modelo en base a dos prioridades: comercio electrónico y los productos de marca propia, que representan el 19% de su facturación.
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Minaudo y Erhart se reunirán mañana con el comité ejecutivo de Walmart, presidido por la CEO saliente, Dolores Fernández Lobbe. Durante la transición, la ejecutiva oficiará de asesora. El desafío es ajustar todos los detalles de la operación, cuyos números "están equilibrados", aseguran. Todo en un momento difícil para el supermercadismo, un rubro que la familia De Narváez conoce desde hace décadas. Fueron dueños de Casa Tía y con Francisco y su hermano Carlos al timón, en los 80 ingresaron al negocio hasta su venta final, en diciembre de 1998. De Narváez hoy tiene supermercados en Ecuador y Uruguay y nunca ocultó su interés por retornar a la Argentina.
Las tratativas para la venta de Walmart se iniciaron en febrero y estaban en manos del Citibank. Interrumpida por la cuarentena, el proceso se aceleró el último mes y además de De Narváez había más de 10 interesados, entre ellos Alfredo Coto, Inverlat -la dueña de Havanna y Fenoglio- y un consorcio liderado por el empresario logístico Oscar Andreani y el fondo Carval. En la fase final, la puja se intensificó y tuvo algunos tramos de intrigas, recelos y negociaciones entre la casa matriz de la multinacional y algunos candidatos.
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El proceso de selección del comprador se frenó el jueves, cuando el Citi comunicó a todos los grupos interesados que la operación estaba concentrada exclusivamente "en un solo candidato". Poco después, trascendió que el propio Coto había presentado "una oferta muy agresiva" en los Estados Unidos, muy por encima de los cálculos, que contemplaba la continuidad de todos los empleados y un plan de inversiones por US$50 millones. Desde la visión de Walmart, "la fusión de las dos cadenas podía ser rechazada por Defensa de la Competencia, un obstáculo para su salida".
En el mercado desconocen lo que ofreció Coto, que según trascendió fue una cifra "millonaria". Lo cierto es que llegó demasiado tarde. Fuentes al tanto de la negociación aseguran que hace 10 días De Narváez viajó a los Estados Unidos y efectuó una oferta vinculante por Walmart en el bunker de la compañía, ubicada en Bentonville, Arkansas. "Cerró el acuerdo el lunes y en los días posteriores se ajustaron los detalles", dijo un asesor del grupo. El monto de la operación no trascendió, pero estiman que oscilaría entre US$ 70 y US$ 100 millones, bastante más de lo estimado.
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La cadena, así, se despide de la Argentina después de 25 años de permanencia. Del total de los puntos de venta y producción, tiene 68 edificios de su propiedad. El resto son alquilados. La marca Walmart será retirada del mercado argentino a mediano plazo. Lo mismo que sus marcas propias: Great Value, Equate y A Cuenta. De Narváez podrá conservar Changomas, que fue desarrollada en el país. La idea hoy es utilizarla, ya que está muy instalada sobre todo en el interior.
Del total de los puntos de venta, 53 son Changomas, 29 llevan la bandera de Walmart (los hipermercados), 8 de Mi Changomas y 2, Punto Mayorista. Estos últimos son hipermercados reconvertidos en tiendas mayoristas, como respuesta a los cambios de conducta de los consumidores. Aunque todo es muy reciente, la gente de De Narváez realizará estudios de mercado para analizar la posibilidad de lanzar una nueva marca, en principio para sus propias líneas de producto.
Todavía quedan resabios de la operación de venta. Con el proceso de selección del comprador avanzado, el jueves a la noche, el Citi sorprendió a los candidatos al comunicar que la transacción estaba concentrada exclusivamente "en un solo candidato". La mayoría pensó en De Narváez. El empresario, incluso, recibió varios llamados de felicitación. Pero algunos expresaron su malestar por el final abrupto de las tratativas. "Abortaron un proceso transparente, casi de licitación, que vencía el 25 de noviembre y donde nadie podía hablar con la casa matriz, ni tendría la exclusividad hasta esa fecha", manifestó uno de ellos
De la política a los negocios
Francisco de Narváez, de 67 años, sabe lo que es el negocio de las góndolas. Su abuelo, de origen checo, abrió Casa Tía primero en Colombia en 1940 (donde nació el empresario) y luego en la Argentina, en 1946. El primer local había sido fundado en Praga, en 1933. Fue el primer retail moderno de Europa. Lo innovador era que todo lo que se vendía estaba al alcance de la mano de los clientes, algo insólito para la época: se podían tomar los artículos sin intermediarios.
Casa Tía se convirtió en cadena en Argentina y fue propiedad de la familia hasta mediados de la década del noventa, cuando fue vendida al grupo Exxel.
Eran las épocas del uno a uno. Hasta la venta de Tía, a fines de 1998, De Narváez manejaba una cadena que tenía 61 locales y facturaba US$ 650 millones. Por ella la familia cobró US$ 630 millones. El Grupo de Narváez (GdN) dejó el negocio de comercio minorista en la Argentina, pero lo mantuvo en la región. Hoy tiene presencia en nueve países, con 656 sucursales y más de 24.500 empleados, según informan, con sus diferentes formatos y plataformas.
Opera Tia Ecuador y Ta-Ta, BAS (indumentaria), San Roque (farmacias), Frontoy (mayorista), Multiahorro (electrodomésticos) y Woow (tienda online) en Uruguay.
En el rubro indumentaria, De Narváez inicialmente puso un pie en Rapsodia, con Sol Acuña de socia. Luego, en 2017, sumó al grupo inglés L. Catterton, con el cual compraron Caro Cuore y Baby Cottons. Además de estar en la Argentina, esta marca de ropa de bebés tiene locales en Perú, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Kuwait, México, Paraguay y República Dominicana.
Antes, de su avance en la moda, el empresario también incursionó en la propiedad de los medios y la política. Fue accionista de América TV (de donde se fue en 2017) y compró el diario El Cronista, que sigue controlando.