Fue hace 13 años, pero este mes la justicia ordenó al banco resarcir el daño material y moral por no haber cuidado la caja de seguridad.
Les robaron los dólares del banco y les agradecieron por carta
"Gracias por las 120 lucas verdes", decía el mensaje que llegó por correo a la casa de E. K. y su marido, H. L., luego de que les robaran el dinero que tenían guardado en una caja de seguridad de la sucursal Villa del Parque del BBVA Banco Francés.
Fue el 20 de septiembre de 2007 cuando la pareja comenzó su largo periplo por los tribunales. Hasta que el mes pasado, después de 13 años de disputa judicial, la Sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial resolvió fijar un resarcimiento por daño material y daño moral por US$ 100.000 y $80.000, respectivamente, más intereses del ocho por ciento en dólares en favor del matrimonio que sufrió el hurto de esos ahorros.
Así lo informó a La Nación la abogada de E. K, Nydia Zingman de Domínguez. La sentencia lleva las firmas de los camaristas Miguel Bargalló y Juan Ángel Sala. En primera instancia, el resarcimiento había sido fijado US$70.619 y de $50.000, más intereses.
"El expediente estuvo parado años porque en el juzgado penal donde se tramitó previamente la denuncia se perdieron pruebas documentales y no se las reconstruyó ni se las encontró, a pesar de numerosos pedidos y oficios que presenté. Además, en el juzgado donde se llevó la causa comercial se negaban a dictar sentencia sin dicha documentación a pesar de mis reiteradas solicitudes para que fuera dictado el fallo con la numerosa y valiosa prueba aportada por mi parte", afirmó Zingman de Domínguez, que además de su trabajo como abogada es profesora en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (Cpacf).
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Las víctimas del hurto sostuvieron que los dólares que habían guardado en la caja de seguridad correspondían al dinero que habían logrado recuperar, por medio de acciones de amparo, del "corralito" financiero de 2001 y 2002, de la venta de una propiedad y de ahorros.
"Fue una lucha jurídica y legal muy difícil contra el banco, que negó todos los hechos sucedidos, contra la resistencia del juzgado para fallar sin esa documentación y contra el juzgado del expediente penal, que no encontraba ni podía reconstruir esos papeles que registraban quiénes habían ingresado al recinto donde están los cofres", explicó Zingman de Domínguez.
Con respecto al daño moral, la Sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial citó jurisprudencia y afirmó: "En la especie, la sola circunstancia de enterarse de que la caja de seguridad que se tiene en un banco ha sido violentada es un hecho capaz por sí mismo de generar una alteración emocional".
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