Ante las restricciones que seguirán vigentes para evitar contagios de covid-19, las empresas pronostican que en enero y febrero no se producirá la habitual caída de la demanda energética.
Por la pandemia, hay preocupación por la demanda de electricidad en verano
Pese a que el Gobierno garantizó que habrá temporada turística en el verano 2021, seguirá habiendo restricciones a la circulación y, por lo tanto, muchos que solían vacacionar se quedarán en casa. Esto hace prever que habrá una demanda adicional de energía, generando dudas sobre si alcanzará la generación habitual de electricidad.
En este sentido, las empresas del sector eléctrico estiman que en enero y febrero la demanda de energía no disminuirá como suele ocurrir todos los años. "Esperamos que la demanda residencial en el Área Metropolitana de Buenos Aires se ubique entre 20% y 25% por encima del verano pasado, en línea con lo que ocurrió en el invierno a raíz de la cuarentena", advirtió el sitio especializado Econojournal, citando a una fuente del sector energético.
Más allá de las dudas que genera este panorama, también hay que destacar que las empresas afirman que el crecimiento del consumo residencial se verá compensado por la menor demanda de comercios e industrias, afectadas por las restricciones sanitarias y la recesión económica.
"Es importante aclarar que el consumo residencial es muy sensible a la temperatura y en esta comparación no se contempla esa variable. No obstante, los datos permiten ver la fuerte disparidad entre un consumo hogareño apuntalado por la cuarentena y una actividad productiva jaqueada por la recesión", agrega.
Por ahora, en plena cuarentena, las distribuidoras eléctricas pudieron sobrellevar el pico de consumo que se registró en el invierno, aunque el verano siempre implica una complejidad adicional porque las altas temperaturas recalientan las instalaciones e impiden que los cables se refrigeren de manera adecuada.
Desde las empresas sostienen que frente a una ola de calor, los cortes en el servicio suelen ser inevitables. En este caso, además, el consumo hogareño será sostenido a lo largo del día porque mucha gente que antes pasaba parte del día en la oficina ahora trabaja desde su casa, complejizando aún más el panorama.
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Ante esto, en Cammesa admiten que las olas de calor son difíciles de gestionar, pero igual les pidieron a Edenor y Edesur -principales distribuidoras del AMBA- que presenten proyecciones sobre cómo podría evolucionar el consumo veraniego en tiempos de pandemia y que detallen sus planes de contingencia para reforzar los corredores que pueden llegar a estar más expuestos.
Tras las advertencias que se generaron desde las empresas distribuidoras, se le consultó al ENRE para saber si tenían proyecciones propias sobre cómo podría evolucionar la demanda en el verano y si estaban trabajando con las compañías para minimizar los riesgos. Sin embargo, hasta el momento, no hubo respuestas por parte del organismo.