El coronavirus se llevó al portero histórico del Colegio Norbridge

César sabía el nombre de todos. Nos vio llegar desde el primer día en 2010 y nos acompañó en toda la trayectoria escolar de nuestro hijo. Peruano y fanático de su país y de su selección. Nunca me lo dijo porque era muy educado pero sospecho que en materia de fútbol era medio anti Boca.

Se llamaba César Vallejos, tenía 60 años y fue celador del Colegio Norbridge desde que el colegio existe. Uno de sus hijos, Beto, sigue la tradición del guardapolvo azul. Su hija Angélica y su esposa Nelly son parte de la comunidad Norbridge. Su familia fue dueña unos años del restaurante de comida peruana El Tumi de Oro y ganaron un premio gastronómico internacional. Pero nunca dejó la escuela.

César era un tipo culto, atento, leído. Se preocupaba por la política y la economía de este país. A veces me preguntaba "Don Montacuto qué va a pasar con el dólar". Por supuesto yo nunca tenía respuesta "Quién puede saber algo acá César". Teníamos como una rutina. Cuando el tiempo se lo permitía escuchaba nuestro programa "Te digo lo que pienso" y se guardaba algún comentario para el día siguiente.

El coronavirus lo mató rápido. Contrajo los síntomas, dos semanas de internación, se agravó y falleció en horas. Dicen que el virus traicionero le atacó los riñones. Aparecerá en la letra de algún parte oficial "Hombre de 60 años... tenía una enfermedad preexistente". A todos los que mueren de Covid les ponen lo mismo.

Veo los mensajes en la publicación del colegio en Facebook y siento el dolor de una comunidad partida. Despidiéndolo como se puede. Con cariño y tristeza. Con la sorpresa indignada que generan las tragedias.

Un montón de pibes, pibas, madres y padres, docentes y directivos, ex alumnos y sus papás, lo vamos a extrañar.

Ojalá César que en el reparto te haya tocado un pedacito de cielo de Lima, Cuzco, o Arequipa. 

Y que el viaje haya sido sereno.

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