Silvana Daiez también mencionó que su hijo jugaba con un cucharón como raqueta y que sus entrenadores destacaban sus habilidades.
La madre del Peque Schwartzman y el "consejo" del Danonino
Apenas horas antes del enfrentamiento entre Diego "El Peque" Schwartzman y Dominic Thiem, la tensión crecía en el corazón de su madre, Silvana Daiez, quien vio el triunfo de su hijo en cinco sets y la consecuente llegada a la final de Roland Garros.
"Estoy muy contenta; es como que no me da el cuerpo, estoy en otro mundo. Estaba arropada como si hiciera un grado bajo cero; veía que Diegui tenía el partido en sus manos, y se le iba... Ante un rival así, ese tren pasa muy pocas veces. Sentía que no podía cerrarlo. Decía 'Dios mío, por favor te pido, ayudalo'", confesó la madre del Peque en una entrevista con radio Mitre.
En la charla, destacó la impronta de su hijo, que lo llevó a superar los obstáculos que enfrentó en su infancia: "Una de las características más importantes de Diegui es su cabeza. Es muy fuerte. Siempre tenía diferencia física con los que jugaba, mínimo le llevaban dos cabezas los pibes, él les llegaba al hombro. Hay un caso que recuerdo siempre cuando un chico que ahora es amigo de él, Facundo Mena, le ganó en el club Banfield y le dijo 'vos tenés que tomar Danonino antes de venir a jugar'. Y siempre lo cargaban porque era bajito. Vos lo veías y no llegaba a la red, pero jugaba un huevo".
Silvana reveló que cuando su hijo era pequeño lo llevaron a diferentes médicos para ver si iba a crecer o no, ya que sus otros hijos no habían tenido problemas de estatura pero: "Un solo médico nos dijo que iba a medir lo que mide hoy; ese día estuvo muy mal. Nos propusieron hacer un tratamiento, pero nunca le hubiera hecho nada; no me arrepiento de no haberlo hecho".
Por otra parte, confirmó que el Peque "se llama Diego por Maradona" y que en la familia "son todos enfermos de Boca" menos ella que es de River. En sus primeros días en el club Hacoaj, el tenista que ya se ganó el acceso al top ten del ranking de la ATP dividía sus días entre el fútbol y el tenis. Su madre remarca que era bueno en los deportes pero que los entrenadores le advertían que "era un diferente" con la raqueta. "Diegui era un nene y jugaba con un cucharón, y era increíble lo que hacía; no tenía ni 3 años. La gente se sorprendía cuando lo veía", apuntó.
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"Siempre le tuve un respeto... Es muy especial, nació con una estrella. Yo no lo tuteo, lo trato de usted. Cuando él nació nuestra familia estaba en la ruina, yo tenía tres pibes más y no teníamos un peso. Pero mirá lo que logró. En sus primeros torneos juveniles para poder viajar vendíamos pulseritas en el club", recordó la madre del Peque.
También hizo referencia al próximo desafío de su hijo, quien el viernes enfrentará al español Rafael Nadal en una se las semis del Grand Slam parisino. Si bien el número dos del mundo y ganador de 12 títulos en la capital francesa parte como favorito, Daiez se mostró esperanzada con las chances de su hijo.
"Nadal es tremendo, pero nunca le resulta cómodo jugar con Diego, que siempre le hizo buenos partidos, menos en la Davis (perdió 6-1 y 6-2 el año pasado)", se ilusionó Silvana, quien además recordó "el último antecedente" entre ambos: la victoria de Schwartzman en los cuartos de final de Roma tres semanas atrás.
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