Sostienen que se frena la importación de libros españoles con "absurdos" análisis químicos retrasando los permisos durante meses.
En España se quejan por las trabas al ingreso de libros en la Argentina
Diversos medios españoles se hacen eco de una situación que aqueja a editoriales y distribuidores españoles que afirman de que la Argentina, primer cliente del sector editorial del país europeo, pide "absurdos" análisis químicos y retrasa los permisos de ingresos durante meses.
En específico la situación se da por una medida del Ministerio de Desarrollo Productivo que en agosto limitó las cantidades que pueden pasar por la aduana y que estableció un control de tintas para detectar plomo, una traba que ya existió entre 2011 y 2015 y que fue leída como un intento por controlar la salida de divisas para el pago de importaciones.
De esta manera, en el diario El País especifican que si son más de 500 ejemplares, se requiere analizar la tinta con la que están impresos a la búsqueda de materiales pesados, mayormente plomo. Si la cantidad es inferior, basta un permiso oficial para aprobar su entrada, pero este se demora como nunca. Esa es la doble táctica dilatoria que el Gobierno argentino estaría utilizando en las últimas semanas para frenar la importación de libros españoles.
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Además, el medio español afirma que la hipótesis principal apunta a la falta de divisas en el marco de la aguda crisis que atraviesa el país como explicación detrás de una medida que añade una nueva dificultad a la recuperación del sector editorial español, que tiene en Argentina a su primer cliente: concentra el 35,2% de sus exportaciones, con una facturación de 73,6 millones de euros, según las últimas cifras oficiales, de 2018.
Vale mencionar que desde 1995, una directiva europea prohíbe la utilización del plomo y otros componentes tóxicos para las tintas según expresó Antonio María Ávila, secretario de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) en declaraciones a El País; al mismo tiempo, afirmó que "es claramente una medida interior para ahorrar divisas y proteger a su industria gráfica".
Mientras que empresarios argentinos consultados por el diario español defienden a las trabas como medidas ambientales y de salud. Aunque también admiten que busca frenar la importación con el fin de proteger a las imprentas argentinas de la competencia europea.
En este sentido, vale recordar que los controles a calidad de tintas se eliminaron durante la gestión de Mauricio Macri en la Casa Rosada. Antes, rigieron desde 2011 y hasta 2015 de la mano de una iniciativa del exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Pero ahora las trabas a la importaciones de publicaciones volvieron a aparecer tras la publicación -a fines de agosto- de la Resolución 253/2020 del Ministerio de Desarrollo Productivo, que restablece un límite de hasta 500 unidades por mes, debido a razones medioambientales.
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