Cómo se gestó, y cómo se resolvió la crisis de las rutas cortadas. Cómo sigue. Los momentos calientes. El gobierno no enviará la Ley de Educación hasta que el SUTE tenga elecciones. Un debate por la prisión perpetua.
Quincho: La insólita guerra gaucha de Mendoza contra San Luis, el otro país
197 días de cuarentena. En buena parte de Mendoza la vida ya era normal, o muy parecida, a pesar de los más de 500 casos diarios. Entre los escépticos, los anticuarentena, los hartos y los que no tienen más remedio, Julián se daba cuenta que los "cumplidores" hoy no ganarían una elección. Varios de sus conocidos ya usaban todas las tácticas habidas para ir a visitar a sus amigos, a sus padres, o llevaban a sus hijos a visitas a casas de sus amiguitos. Nietos, hijos, novios y novias, y parientes andan de aquí para allá.
- Bueno... pero por lo menos estamos "amesetados". Fijate que cuando Mendoza abrió un poco Santa Fe cerró, y a ellos les explotó...- dijo el Ruso, mirando el último informa de la situación de contagios y camas disponibles en Mendoza. -El problema es que ahora las balas pican bien cerca... alguna va a caer del lado de adentro...- le dijo a su amigo de los negocios. Pensó en por los menos treinta conocidos que tenía en el team de los infectados, mientras iba "marinando" unos cortes de osobuco que iba a preparar en una cazuela al horno. Había planeado aprovechar lo que pudo haber sido uno de los últimos fines de semana realmente helados del año.
La preparación en sí era sencilla, pero muy potente. Julián había hecho cortar los osobucos de unos 4 centímetros de alto. Luego, les dio un toque de sal y pimienta, los enharinó y los puso a sellar en una olla con un poco de aceite de oliva, y un diente de ajo pisado a pulso como Dios manda. Luego los quitó, y en el mismo fondo de cocción puso unas cuántas verduras de bulbo, especialmente cebolla, verdeo, puerro, y agregó un par de pimientos cortados en trozos grandes, salsa casera de tomates, y vino blanco. Lo dejó cocinar casi dos horas, vigilando el líquido y agregando un cucharón de caldo de verduras cada tanto. Luego precalentó el horno, y colocó toda la preparación en una asadera. Agregó unas buenas rodajas de salchichas polacas ahumadas de esas enormes, que se había conseguido en el Mercado Central, y cubrió la asadera con abundante corteza y algo de miga de pan francés que le acababa de llegar de la panadería, antes de dar el último golpe de horno fuerte hasta dorar la superficie. La serviría con un puré tradicional sobre la base de buenas papas hechas al vapor, manteca, leche, pimienta negra y nuez moscada.
- Acá, tiene frío el que quiere...- reflexionó Julián mientras armaba los últimos preparativos. Había aprendido a preparar esa cazuela en la antigua Bretonia francesa. Allá la cocinaban con cerdo, y con los años él había hecho adaptaciones con cordero, o con cortes bien populares de novillo como el osobuco, y alguna vez lo había hecho con costillas. Pero hubo que "espumar" mucho en la olla. El aroma de la cazuela había revivido a los duendes del invierno, que bailaban por todo el ambiente a más no poder mientras The Brian Setzer Orchestra sonaba por todas partes. Por suerte, ya estaba todo listo para la cena.
...
Julián apenas si se pudo la asadera humeante y aromática hasta la mesa. Había dispuesto unas buenas barras de pan francés para ensopar en el jugo, y serviría la cazuela en unos platos hondos, bien apropiados para el festival. Ludovico sintió que le crujía el estómago de apetito. Los sábados no hacía media tarde, como para llegar bien acomodado a la cena. Para acompañar y en modo homenaje al Club de las Mujeres Profesionales del Vino que cumplía cinco años, el anfitrión había sacado de la parte más preciada de su bodega un par de bottles del Cabernet Franc "Graffito" de la Jimena López Campos. Un vino portentoso y profundo. La conversación se armó rápido alrededor del despelote de la semana, la inesperada "guerra" de los productores mendocinos para poder entrar a sus campos en San Luis, otro país. El Ruso tenía retazos de información, y se dispuso a compartirla mientras Julián iba sirviendo el osobuco con abundante cantidad de jugo, y unas buenas cucharadas de puré. Una locura total. La cazuela, pero también la insólita guerra gaucha.
- Miren amigos... esta historia se veía venir... cuando el país empezó a partirse en pedazos por la cuarentena... En junio, los funcionarios de Mendoza empezaron a ver que se estaba armando un problema grande, con las exigencias cada vez más extremas de San Luis para que la gente pudiese entrar a sus campos. A sus propiedades. ¿Se entiende? A-tu-ca-sa. Ese mismo mes, hubo un acuerdo extra oficial, para poder pasar con algunos requisitos. Lo de "extraoficial" fue porque los puntanos no querían firmar ningún papel. Duró tres días, y empezaron a pedir más cosas en la "frontera".
- Límites...- le corrigió Julián.
- No. Fronteras. Porque es otro país... de movida, reciben exactamente el doble de coparticipación federal por habitante que Mendoza, cifras de este año...- insistió el Ruso.
- ¿Y después? - preguntó Ludovico, ensopando sin pudor alguno el pan francés en el jugo, aromático y tentador.
- El 7 de setiembre, cuando la situación empezaba a ponerse inmanejable, hubo un Zoom, con funcionarios puntanos, algunos del ministerio de Economía de Mendoza, los del área de ganadería, y algunos productores que ya se empezaban a ponerse muy nerviosos porque no podían entrar a sus campos. Y se acordó un protocolo que se armó acá en Mendoza, con algunas dificultades pero que aún se podía cumplir. Eso fue el 7 del mes pasado, se aplicó el 8... y el 11 de setiembre los funcionarios puntanos ya no lo cumplieron más y empezó la historia del doble hisopado, el GPS en las camionetas, la cuarentena cerrada en el campo, el trámite online que era más difícil que comprar los 200 dólares, la prohibición de ir a las ciudades... realmente se puso muy pesado... y ahí quedó claro que el ministro de Producción de San Luis, Juan Lavandeira, es un tipo sensato pero sin poder. Quedó dibujado. Alberto Rodríguez Saá, que como todos sabemos es muy particular, le borraba todo. Por eso se llegó a este despelote.
- ¿Y en Nación nadie se daba por enterado? - preguntó el Omar. Julián sabía lo que pasaba.
- Claro que sabían. En el ministerio de la Producción la gente de Kulfas sabía. También los de Luis Basterra, el ministro de Agroindustria. Y esto es así: en público decían sarasa, y en privado reconocían que los gobernadores y los intendentes hacen lo que se les canta, y que a los de la Casa Rosada los puentean o les pasan por el costado. Encima el Alberto Rodríguez Saá, que es dificilísimo. Miren... hace unos días... los productores mendocinos se pusieron en contacto con el Adolfo Rodríguez Saá para que medie, y les dijo que su hermano Alberto estaba desquiciado. A ese nivel... El asunto es que en Nación nadie se quería meter, a pesar de la insistencia de los funcionarios de acá. En cada Zoom desde mayo, Enrique Vaquié les metía el tema del transporte de mercaderías y laburo como "tema uno", y aunque entendían, parece que en el ministerio del Interior cayó mal. Ustedes saben bien que hubo dos modelos de enfrentar esta pandemia, la versión "encerrémonos todos" del gobierno nacional, y el "abramos todo lo que se pueda" del Rodolfo. Y ese se sintió en estas discusiones. Ahora, el lío fue grande. Pero al final fueron los funcionarios de Wado de Pedro los que lo destrabaron negociando con Rodríguez Saá.
- ¿El Alberto no habló con Rodolfo? - quiso saber Julián, mientras servía otra rueda del Cabernet Franc de la López Campos.
- ¿El presidente?
- No. El emperador de al lado...
- ¡Jajajajajajaja! No... ¿qué iba a hablar? Con esta gente es muy difícil conversar. Lo que hizo Rodolfo fue ponerlo a Raúl Levrino por la seguridad en el cruce. Hubo madrugadas muy pesadas. Y a Vaquié, para que asista a los productores. Pero bueno... al final consiguieron una tregua, pero te aseguro que la protesta ya se caía.
- ¿Por? - Ludovico se sorprendió.
- Porque los productores agropecuarios no son piqueteros. Se enteraron que ya había mercadería en peligro en los camiones que querían pasar... y ellos mismos estaban muertos. A la madrugada del sábado habían decidido que terminaba como sea... o se iban... no daban más... Empezaron siendo más de 200, y terminaron unos cuarenta pidiendo el apoyo de amigos, vecinos... familias... Fue muy duro todo. El martes hubo casi cuatro horas de negociaciones... muy espesas... porque unos 50 camioneros desde el lado de San Luis querían pasar a como diera lugar... y al final hubo que montar un cordón humano entre policías y media docena de gendarmes para separar a los camioneros de los productores mendocinos... intervinieron el juez federal Garnica, los jefes policiales, los ministros, el jefe de Gendarmería Rafael Ortiz... fueron horas muy pesadas hasta que la cosa se calmó. Dejaron pasar camionetas a llevar víveres a los camioneros... hubo asistencia del gobierno de Mendoza a los productores mendocinos. Ahora habrá que ver si el gobierno de su alteza Rodríguez Saá acepta los términos que favorecieron la tregua... si no... en 15 días hay lío otra vez...- dijo el Ruso. - Por lo menos... todo terminó con un gran asado en Desaguadero...- contó, y los amigos brindaron por la concordia.
Después, la mesa cambió de tema.
La ley de Educación
El Omar contó que en el gobierno, pero especialmente en la DGE, estaban ardidos por la negativa de parte del kirchnerismo, del SUTE, y de varios que querían poner trabas a la Ley de Educación, que apenas si está en etapa de "pre discusión"
- No sé si me da risa, o tristeza... el proyecto tenía diez minutos y ya había cosechado 11.000 "No me gusta" del cristinismo duro. Nadie había leído nada pero intentaron tirar a los docentes con todo contra la ley... Miren... hay un fenómeno particular... el SUTE y los K dicen cosas que no están en la ley, que no sucedieron, ni van a pasar... como ocurrió con el Ítem Aula que pronosticaban el fin de la educación... y eso no pasó. Bueno... el otro día la escuché a la señora Abrile de Völmer que es una referente kirchnerista y fue titular de la DGE y vice ministra de la Nación, decir que se quiere supeditar el salario docente al rendimiento escolar de los alumnos... el proyecto de ley no lo dice en ningún lado... O que van a espiar a los maestros en las redes... O que se va a derogar la educación artística... ¿de dónde sacan semejantes disparates? Es todo relato negativo... Pronostican catástrofes que no suceden. Decían que el gobierno peronista pagaba la cláusula gatillo, y no es cierto. La dejaron de clavo al gobierno de Cornejo que llegó después. A ver... con los 5.760 millones de pesos que generó el Ítem Aula, se pudo pagar los juicios de la zonificación a montones de docentes y ordenar el ítem zona que era un quilombo... entonces, esa plata sí fue al bolsillo de los docentes...- se quejó con amargura el Omar. Ludovico tenía una pista.
- Miren... Suarez no tiene ningún apuro en sacar esta ley. No va a dejar que pase lo que ocurrió con la 7722. Hay que esperar que pasen las elecciones del SUTE, porque lo que quiere es tener al gremio discutiendo la ley, pero no en el marco de una batalle electoral fuerte. No hay buen clima para avanzar con la ley ahora. El kirchnerismo viene con todo a tratar de recuperar el gremio que perdió con la izquierda y Sebastián Henríquez hace tres años. Las elecciones son el año que viene, pero tenés el contexto de la pandemia... y también es cierto que los maestros están agotados. Laburan todo el día.
- ¿Entonces no van a avanzar con la ley?
- Sí, con el debate, el congreso pedagógico, charlas, paneles, discusiones, todo lo que sea necesario. Pero no la va a meter en la Legislatura ni someter a la aprobación hasta que pasen las elecciones en el SUTE. No quiere desperdiciar una ley buena en una leonera. Porque lo que va a pasar, es que entre el kirchnerismo y la izquierda van a jugar a ver quién destroza la ley para llevársela como trofeo. No sé... hay que enriquecerla, y esperar...- contó el más PRO del grupete, que tenía muchos familiares y amigos en el mundo docente mendocino.
Los amigos terminaron de rendirle homenaje a la cazuela. El Ruso calculó que el domingo a la mañana debería caminar por lo menos unos 8 kilómetros para equilibrar.
...
La cena fue llegando a su fin. Después del café y los postres, y de un buen Jack Daniel's, los amigos partieron rumbo a los autos.
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- Gordo... qué planchada está la política...-
- No te creas. En el peronismo hay signos de salud a pesar del virus. El viernes hicieron un Zoom y participaron unas 500 personas de Maipú. Para un evento digital es muchísimo. Matías Stevanato fue el orador principal. Hubo videos de los Bermejo, de Anabel... estaban el peronismo y Unidad Ciudadana... fue una demostración de fuerza interesante...
- ¿El Adolfo Bermejo cómo está?
- La va llevando. Intercambió unos mensajes con Suarez. La circulación del virus está pesada. Pero él está bien.
- Me dijeron que puede haber una discusión muy pesada, por las prisiones perpetuas... ¿La Corte las quiere derogar?
- No... sólo algunos... los garantistas. Te cuento... ¿Te acordás el caso de la "valija fúnebre"? ¿Ese cuidacoches que mataron en Godoy Cruz? Bueno... hubo condenas... la fiscalía pedía perpetua... fue un juicio por jurados... pero el juez Eduardo Martearena se negó a darles perpetua y los condenó a 25 años. Hay toda una corriente de opinión garantista, sustentada en el "palermismo" de la Corte, en contra de la prisión perpetua. En Mendoza hay 221 condenados cumpliéndola... bueno, el asunto fue que el Ministerio Público apeló y la Suprema Corte debe decidir. Creo que están 4 a 3 a favor de la perpetua. Pero antes hay una audiencia pública, el 22 de octubre, virtual. Porque ahí los que quieran poner la cara en contra de darles perpetua a los delincuentes que cometieron crímenes atroces, van a poder sustentarlo. Lo mismo quienes están a favor. A ver... después de los 30 años de prisión, los condenados pueden pedir libertades... pero imagínate que el fallo declare la inconstitucionalidad de la perpetua como quieren los garantistas... en 3,2 y 1 tenés a 200 presos pidiendo una nueva condena. Un caos...
- Y después, nos quejamos porque no se pueden comprar los 200 dólares...
- ¿Qué? ¿Te vas del país?
- ¿Tas loco? ¿Sabés lo que puedo tardar en conseguir por lo menos 100 lucas verdes de a 200, para rajarme? ¡¡41 años y 8 meses!!
- ¡Jajajajaaaaaa los condenados a perpetua somos nosotros... a vivir como argentinos!
- ¡Jajajajajaaaaa!
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Y así, entre chanzas por el destino de país y el tipo de cambio, los amigos desaparecieron en el sentido estricto de la palabra.
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