Esta historia tiene tres meses, cuando en medio de la cuarentena un joven desocupado de un casino decidió "apostar" sus ahorros a un emprendimiento que inauguró ayer jueves.
Relato virales: Cómo convertirse en carnicero para crecer en plena pandemia
Hay quienes se exaltan en las redes sociales y publican sus expresiones exacerbadas. Las redes son como ductos de deshechos de sus mismos usuarios y muchos de ellos afirman que reflejan la "realidad". Pero hay otras realidades que se tejen día a día en medio de la pandemia del coronavirus que todo lo invade. Me refiero a las personas que se abren camino, los que muestran su poder de adaptación a la circunstancia abrupta, en este caso una epidemia
Gustavo Scalabrelli es un ejemplo de este fenómeno silencioso y que se hizo notar por un cartel que buscó llamar la atención de sus potenciales clientes ayer jueves 17. "Inauguramos jueves 17 de septiembre", anunciaba el cartel de letras mayúsculas impresas cada una de ella en papel blanco. El aviso sobresalía del fondo verde del mismo cartel identificatorio de la carnicería que ayer se inauguró en la calle Álvarez Thomas 511, a unos metros al oeste del carril Cervantes en Godoy Cruz.
Allí estaba este mendocino de 33 años, papá de una niña, enfundado en tapaboca negro y sus dos empleados entusiasmados con su mercadería roja invitando a a entrar pensando en un asado en aislamiento.
El joven trabajó hasta el inicio de la pandemia como empleado del casino que funciona en el Arena Maipú. "Allí trabajé en 'paños' (mesas de apuestas) pero todo se cortó lamentablemente y hace tres meses decidimos aprovechar la oportunidad de un negocio que funcionara en este tiempo".
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El nuevo carnicero admitió que tiene "la necesidad de crecer desde un proyecto personal, aunque el país el país esté como esté uno quiere crecer".
Convivir con la crisis
Dicho de este modo y resumidamente se deja ver en la mirada del emprendedor una expectativa mezclada con la incertidumbre del debut. En un contexto adverso donde se ven cerca locales vacíos por cierres no queridos y muchos vociferando en las redes que da ganas de irse del país luego de las nuevas restricciones a las operaciones con dólares.
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Pero saben qué, a este tipo de argentinos poco les importa el contexto macro cuando han apostado a una idea que sienten que pueden desarrollarse en medio de las cenizas humeantes que parece dejar esta crisis.
A propósito, en medio de la charla, mostrador mediante, terció uno de los empleados de la recién estrenada carnicería cuando escuchó que hablábamos de crisis. El chico saltó desde el fondo mientras esperaba que llegara alguna vecina a "pispear" los relucientes cortes rojos y dijo: "estamos acostumbrados a las crisis, vivimos en crisis".
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La definición sintetizó el pensamiento de Gustavo. "¿Para qué iba esperar cuando pase la pandemia? Primero porque no se sabe realmente cuándo será. Y después vendrá otra crisis, los argentinos estamos preparados a vivir de crisis en crisis".
Hace calor afuera, ya se siente la llegada de la primavera anómala. Salí atrapado por el deseo que las proyecciones de Gustavo se dieran mínimamente pensando que puso sus ahorros para que esta franquicia carnicera funcione. "Lo hicimos pensando que era un negocio que fuera esencial en la cuarentena. Esperamos primero que se logre 'pagarse' solo y luego que sea redituable", fue lo que me dijo Gustavo. Ojalá que se le dé.