Un docente de la escuela más austral de la provincia contó cómo estudian sus alumnos desde los puestos.
La escuela donde los chicos captan internet subiéndose a un cerro
Los maestros dan clases en muy diversas situaciones y en condiciones extremas, y eso se complicó en tiempos de pandemia.
Este es el caso de Eduardo Ledesma, un docente maipucino que enseña desde hace más de 13 años en la escuela albergue Alberto Eraso, de Ranquil Norte, a 190 kilómetros de la villa cabecera del departamento Malargüe.
Normalmente, a esa institución educativa de nivel secundario con modalidad agro-ambiente, concurren 95 alumnos, de los cuales 68 quedan albergados, teniendo dos semanas de clases por dos de franco.
"Yo me enamoré del lugar, me enamoré de la gente, de mis compañeros y me quedé ahí, ejerciendo la docencia en ese lugar tan alejado de la provincia", expresó Ledesma en una entrevista a FM Vos y Diario San Rafael.
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Muchos de los estudiantes de allí llegan a la escuela desde puestos que están en diversos parajes malargüinos y neuquinos, algunos muy perdidos en la montaña.
"Somos todos argentinos, así que es muy lindo trabajar con chicos de Mendoza y de Neuquén y no ver diferencias o rivalidades; es muy hermoso trabajar así", destacó el docente.
En cuanto al trabajo con modalidad virtual por la pandemia, contó que no todos los tenían la posibilidad de conectarse así que se trabajó con cartillas: una vez al mes, un preceptor lleva las cartillas con bolsones de mercadería a cada puesto; al mes siguiente, se reciben las cartillas con las actividades resueltas por parte de los chicos.
"Los chicos a veces tienen internet porque se suben a algún cerro" remarcó Ledesma.
"Hacen un gran trabajo, es difícil para ellos y para nosotros, pero tratamos de mantener el contacto lo más posible. Nos cuesta con algunos más que con otros, pero tratamos de llegar a todos y más allá de las cartillas, también ayudándolos con la mercadería, recordando que muchos de ellos comen en la escuela y en este momento tan difícil, quizás le está haciendo falta también a la familia", puntualizó.
El docente precisó que en este tipo de instituciones como la de Ranquil, lo que cambia en los chicos es la manera de vincularse, creándose un ambiente distinto en el que docentes y preceptores terminan ocupando -queriendo o sin querer- un rol de padres o hermanos mayores de los alumnos.
"Los adolescentes son muy parecidos en todos los lugares (tienen los mismos problemas o necesidades, pasan por las mismas etapas), pero se puede generar un buen vínculo. Si se lo genera, el chico responde mucho mejor", aseguró.