El hecho ocurrió en el Paso Telégrafo, entre Corrientes y Entre Ríos, y fue protagonizado por Juan José Clucellas, quien es dueño de una armería.
Un empresario intentó cruzar un paso fronterizo con un ucraniano en el baúl
Un empresario de armas santafesino fue demorado en un puesto caminero de la frontera entre Corrientes y Entre Ríos porque llevaba un ciudadano ucraniano dentro del baúl del auto. El vehículo, para colmo, ni siquiera le pertenecía.
Se trata de Juan José Clucellas, propietario de la armería La Escondida, quien protagonizó el insólito hecho en el Paso Telégrafo, que une las dos provincias antes mencionadas. De acuerdo a su propio relato, Clucellas intentó justificar la situación diciendo que había ido a pescar a Itá Ibaté, en Corrientes, pese a que esa actividad está prohibida por el contexto de cuarentena que rige en la región.
Además aclaró que "el baúl del auto se veía pesado" porque cargaba un ciervo axis que él mismo había cazado. Ante esta extraña apreciación, los efectivos del control decidieron revisar el contenido y se encontraron con la sorpresa.
Allí estaba Viktor Melnyk, un ucraniano de casi 2 metros de altura y 150 kilos de peso. El extranjero salió del baúl por sus propios medios y fue esposado sin ninguna resistencia. Además confesó en un fluido español que había entrado al país de manera ilegal desde Paraguay y que estaba haciendo dedo para llegar a Rosario, Santa Fe, para el nacimiento de su hija.
Por su parte, el empresario intentó justificar que el vehículo no era de su propiedad diciendo que había ido con su camioneta a las cabañas de un "primo y amigo" en Itá Ibaté pero el dueño de casa le había pedido que volviese en otra oportunidad para no comprometerlo con una actividad que está prohibida por la pandemia.
En ese sentido, Clucellas narró que "dejé la camioneta mía en Itai Ibaté para decirle a mi mujer que se me había roto y que tenía que ir la semana que viene a pescar", emprendiendo el regreso a Santa Fe.
Fue entonces cuando, en un auto prestado por su primo, a los 25 kilómetros de ruta se encontró con un hombre de gran porte que hacía dedo para llegar a la misma provincia.
"Le pedí si tenía papeles y me mostró que tenía placa oficial, que podía circular", aseguró Clucellas, aunque luego la policía de Entre Ríos comprobaría que Melnyk tenía como toda prueba de su identidad un permiso de residencia expedido en Málaga, España, y una identificación como "teniente" de los Reales Tercios de España, una organización paramilitar pro monárquica.
Luego se sabría también, por boca de Melnyk, que entre 1994 y 2000 fue parte del grupo militar de élite Titan en Ucrania, que reside en España y que su mujer está en Rosario.
El hombre también dijo que hoy en día es funcionario de seguridad y accionista de una empresa que produce equipos para destilar agua de mar, que trabaja para el Reino de España y que piensa presentar su compañía frente al Ministerio de Economía argentino.
Al principio del viaje Melnyk iba sentado en el asiento del acompañante, desgranando su historia frente a Clucellas, pero cuando el santafesino le anunció que había llamado "a un amigo policía" para garantizar no tener inconvenientes en el Paso Telégrado, el ex militar de Ucrania pidió parar el auto y esconderse en el baúl.
"Me decía que estaba dispuesto a hacer 1700 kilómetros en el baúl con tal de llegar a ver a la hija. Le dije que se meta total no iba a pasar nada", aseguró Clucellas, que terminó boca abajo en la ruta mientras la policía sacaba a Melnyk del baúl del Corsa de su primo.
El caso ya está en manos del juez federal de Paraná Leandro Ríos, quien ya pidió a Interpol cualquier dato sobre posibles pedidos de captura que haya a nombre de un tal Viktor Melnyk.