El Vaticano analiza beatificarlo por una curación, atribuida a su intercesión, que salvó de la muerte a una niña en Buenos Aires.
Juan Pablo I y un posible milagro en la Argentina que lo llevaría a su beatificación
Juan Pablo I está cada vez más cerca de su beatificación porque desde el Vaticano estudian una curación inexplicable, atribuida a su intercesión, que salvó de la muerte a una niña en Buenos Aires. El papa tuvo uno de los pontificados más cortos de la historia, solo gobernó la Iglesia 33 días en 1978.
El diario vaticano L'Osservatore Romano dedicó recientemente dos artículos a la revalorización de Albino Luciani, el último papa italiano y antecesor de Juan Pablo II que fue papa entre el 26 de agosto y el 28 de septiembre de 1978, cuando una monja lo encontró muerto en el dormitorio, a los 65 años.
En ese artículo se anunció que la Congregación para las Causas de los Santos, cuyo prefecto es el cardenal italiano Angelo Becciu, llegó a la instancia del examen final de la probable "curación extraordinaria" que habría tenido lugar en la Argentina en 2011. En ese tiempo, el cardenal Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y se descuenta que conoce los detalles del dictamen que luego deberá aprobar.
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"La reserva es absoluta, también, porque entra en juego una cuestión de privacidad y debemos mantenerla hasta que esté concluido el procedimiento, que se encuentra en la fase final", se excusó Stefania Falasca, vicepostuladora de la causa de beatificación.
Si bien Francisco siempre ha mostrado ser respetuoso de los procesos establecidos, en ámbitos eclesiásticos argentinos admiten que podría sorprender y, de comprobarse el milagro, disponer directamente la canonización de Juan Pablo I, sin pasar por la beatificación. Esas especulaciones se basan en su decisión de promover en 2013 la proclamación de santidad de Juan XXIII sin acreditar un milagro específico.
Según las normas canónicas, la Iglesia exige la certificación de un primer milagro antes de que una persona sea declarada beata y otro segundo milagro, luego de la beatificación, antes de ser proclamada santa. Una excepción es el caso de los mártires, en el que no se requiere una curación inexplicable, al entender que es suficiente con la entrega de su vida por la fe.
En febrero de este año, además, Francisco instituyó la Fundación Vaticana Juan Pablo I para profundizar el estudio de su figura, pensamiento y magisterio y encomendó la presidencia al secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, quien destacó "la humildad, la sencillez y la insistencia en la misericordia de Dios y en la solidaridad", entre las características más salientes de Luciani. La vicepresidenta de la fundación es la vicepostuladora Falasca.
El presunto milagro
La investigación del presunto milagro se inició hace dos años en el Arzobispado de Buenos Aires, en la más estricta reserva, con el análisis de testimonios y certificaciones médicas que acreditarían no encontrar razones científicas válidas a la curación de una niña en estado terminal, que se encontraba internada en un hospital porteño. Un sacerdote, incluso, le habría dado la extrema unción -hoy llamada "unción de los enfermos"- y luego de rezar por su salud a la figura de Juan Pablo I, la niña habría experimentado una sorprendente recuperación.
El Papa de la humildad
El camino de Juan Pablo I a la beatificación comenzó en 2003, veinticinco años después de su muerte, con la apertura de la causa en la diócesis italiana de Belluno, donde pasó gran parte de su vida y fue vicario general, antes de ser obispo de Vittorio Veneto y luego patriarca de Venecia. Fue elegido papa en la cuarta votación del cónclave de agosto de 1978, tras la muerte de Pablo VI, quien cinco años antes lo había proclamado cardenal. Al asumir como Papa no aceptó la coronación y la tira papal y eligió el lema "Humilitas", en señal de humildad.
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