No quedan muchas opciones ante la pandemia. El gobierno ya piensa en la cuarentena dura. Pero podría abarcar a todas las provincias. Alberto viene el lunes. Qué les pidieron a los médicos que hacen seguimiento de los casos.
Todo al oxígeno, Ibuprofeno y cuarentena, después de cruzar los 700 casos diarios
Nada parece alcanzar. Es desesperante. Mientras el gobierno provincial con Rodolfo Suarez a la cabeza se esfuerza en pedir responsabilidad a la población y transmitir cómo se lucha contra el coronavirus, la realidad cruda de las detecciones, más la alta "positividad" en los contagios informados cada día, indican que estamos más cerca de volver a la fase 1 de la cuarentena y al aislamiento casi total, que de seguir dando soporte a una situación en extremo complicada. Ayer, el subsecretario de Salud Oscar Sagas dijo en nuestro programa "Te Digo lo que Pienso" que el sistema aún aguanta y que cada fase tuvo una estrategia. No admitió críticas. Pero también avisó que "no se aguantan mil casos diarios". Ayer hubo 709.
La crisis es dinámica y varía día a día. La cuenta para saber qué hacer incluye casos, porcentaje de positivos sobre total de determinaciones, camas liberadas y disponibles de Terapia Intensiva, y recurso humano. Se necesitan de cinco a seis personas por cada paciente que requiere de oxígeno. Por eso, sólo un minúsculo grupo de funcionarios y expertos de la "mesa chica" incluido el gobernador Suarez saben en realidad cuánto más aguanta el sistema sanitario de Mendoza.
Anoche, el parte diario del Ministerio de Salud salió pasadas las 23:00. Más tarde que nunca, por la cantidad de determinaciones que se estaban procesando. Antes, hubo una conversación privada que se repite todos los días entre la ministra de Salud Ana Nadal, y Suarez. Lo ponen al tanto de la cantidad de detecciones y de las camas disponibles. La disposición del gobernador es la de no retroceder. Pero sabe que el sistema no soportará muchos días de 600, 700 y tal vez mil casos en poco tiempo, porque las camas de TI tardan a veces semanas en desocuparse. Y los equipos humanos están justos, aunque se incorporaron en la pandemia a 700 personas al sistema público provincial entre médicos, enfermeros, terapistas, y auxiliares.
La progresión de la semana ha sido insoportable. 283 casos el domingo, cuando se distribuía el DNU nacional que colocaba a Mendoza en fase de distanciamiento. Luego, hubo 276 casos el lunes, en medio de la expectativa de los anuncios del gobernador, que se hicieron el martes por la mañana. Horas después, se informaron 444 casos, y anoche, otros 709. Desde el domingo se registraron además 11 fallecimientos, lo que elevó el número de víctimas fatales a 135, con un total de 8.560 casos registrados. A este ritmo superaremos los diez mil en dos o tres días. Por eso médicos, funcionarios, intendentes, organizaciones comerciales y empresarias, y los ciudadanos "comunes" que están pendientes de los cuidados personales y familiares, se preguntan cuándo decidirá el gobernador volver a fase 1, antes que la situación se torne inmanejable.
Pocos lo saben. Pero en estricto off the record hay funcionarios que admiten que podría ser pronto.
El ritmo de las detecciones y el proceso de la información podría estar demorando una "foto" real. Los médicos que hacen el seguimiento epidemiológico recibieron ayer instrucciones muy precisas, respecto de aumentar la cantidad de llamados a pacientes que dieron positivo, para que se aíslen de inmediato. El Grupo de Vigilancia Epidemiológica, y los médicos encargados de cada grupo de seguimiento de casos (los que comunican el positivo al paciente, piden los contactos estrechos, luego llaman a cada uno), tuvieron ayer una reunión de emergencia. Les habrían pedido hacer más llamados por día para informar resultados, porque habría una cantidad cercana a 1.000 determinaciones positivas -hasta ayer- que aún no habían sido comunicados a las personas afectadas.
Con la pandemia al galope dado los casos de esta semana, el gobernador Suarez se puso personalmente al frente de negociaciones para adquirir equipamiento y medicación que ahora resulta esencial. Primero, los 500 cascos de oxígeno que fabrica la empresa argentina Ecleris. Se trata de un sistema de ventilación similar a una escafandra, que da oxígeno a los pacientes sin necesidad de entubarlos. Y les da cierta movilidad. Suarez está tratando de comprar 500 de esos. Ya hay uno 300 funcionando en el país. En Mendoza, el Hospital Español recibiría algunos antes que el Estado provincial. Lo mismo pasa con el Ibuprofeno Inhalado, un proceso que se está haciendo en varios hospitales en Buenos Aires con buenos resultados y que se empieza a probar en Mendoza esta semana. No se consigue en las farmacias, claro. Hay un único fabricante y proveedor en Córdoba, donde vienen trabajando desde hace rato en este tratamiento, con investigadores del Conicet. También en esa gestión anda el gobernador. Cuentan que las condiciones de mercado tanto para los cascos como para el Ibuprofeno modificado son un espanto. A Tomás Peresutti, gerente comercial de Ecleris, le deben de estar quemando el teléfono.
La aplicación de Ibuprofeno inhalado en Mendoza tendrá un monitoreo impensado. La Universidad de Harvard se comunicó con el gobernador Suarez. Quieren acceder a los resultados clínicos de la experiencia.
En algunos ámbitos políticos provinciales y nacionales, circula la idea de retroceder todo el país, o al menos las provincias con mayor cantidad de casos y circulación sostenida del virus, a una fase de aislamiento total por tres semanas. En Mendoza, los llamados a la conciencia que hacen el gobernador y sus funcionarios utilizando todo lo que tienen a disposición, y los médicos y enfermeros, no dan resultado alguno. La gente sigue saliendo, se sigue juntando, sigue de aquí para allá, y en vez de sentarse a reflexionar sobre lo que está pasando, se enojan o preguntan por el padel.
Los médicos de Mendoza están divididos entre quienes proponen el cierre total por tres semanas "porque si no, somos boleta..." como ejemplificó para este medio un conocido neumonólogo, versus quienes piensan que hay que aguantar y convivir con el virus para no matar la economía, y porque de todos modos los contagios van a seguir altos.
La decisión la tiene Suarez, quien más hizo para no cerrar, en un modelo distinto al de Nación o de Axel Kicillof. Pero llegan los refuerzos. "El lunes voy a Mendoza a ver cómo ayudamos al gobernador y a los mendocinos" confirmó anoche el presidente Alberto Fernández, en una entrevista por TN.
Todos sabemos, en mayor o menor grado, lo que va a ocurrir. La pregunta es "cuándo".