Cecilia Antich trabaja en la Unidad de Terapia Intesiva del Hospital Central y recién este miércoles le dieron el alta luego de más de un mes internada con complicaciones severas.
El dramático relato de una enfermera mendocina que contrajo coronavirus
Una enfermera mendocina disertó en una charla virtual de profesionales de la salud que habían padecido coronavirus para contar la experiencia que atravesó cada uno durante la enfermedad. En su caso, Cecilia Antich relató con crudeza los padecimientos que sufrió durante más de un mes.
Ella es licenciada en enfermería, tiene 47 años y trabaja en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Central (también es coordinadora operativa en INCAIMEN). Si bien no está en contacto con los pacientes, alguno de sus compañeros se contagiaron y eso la terminó infectando a ella. Todo comenzó un viernes cuando hicieron la rutina de hisopados al personal y su resultado fue indeterminado. Había que repetir el testeo al siguiente lunes.
No obstante Cecilia no aguantó y el sábado a primera hora se presentó en la guardia del hospital porque le picaba el cuerpo, principalmente la zona del abdomen, y que además tenía 37,8 de temperatura. Luego de una tomografía se determinó que tenía neumonía y un médico le agregó que tenía todos los síntomas de Covid-19, que necesitaban internarla inmediatamente.
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Lo que el Hospital Central no tenía camas disponibles, fue trasladada al Hospital El Carmen. Allí fue intubada porque además tenía TEP (tromboembolismo pulmonar), "pese a que no manifestaba dificultad respiratoria, ni tos, ni nada de eso", de acuerdo al propio relato de Antich.
Allí comenzó lo peor. "Desde que me internaron y me intubaron no me acuerdo de más nada, apenas el recuerdo de una visita de mi esposa, que es médica y le permitieron verme en el área Covid. Estuve intubada durante 13 días y además recibí cinco transfusiones de plasma. Recién me acuerdo cuando me pasaron a terapia común después de dar negativo", contó en el video publicado por YouTube con diferentes profesionales de la Salud.
En ese sentido detalló que "me contaban que tenía un mal despertar, que me sacaba las cosas, que intentaba sacarme el tubo, pero realmente no me acuerdo".
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Una vez que salió de terapia, curada del coronavirus, comenzó a recuperarse de las secuelas, que por momentos fueron devastadoras. "Del hospital pasé a una clínica de rehabilitación. Tenía mucha disnea (dificultad para respirar y/o falta de aire), además llegué sin poder caminar y con alimentación mediante sonda, con mucho dolor de garganta. A la semana empecé a caminar por mis propios medios, pude empezar a comer y a tomar agua, que era lo que más ansiaba porque tenía mucha sed", confesó.
Sin embargo hubo un retroceso en la recuperación: "No podía orinar, así que debieron hacerme cateterismo. Después estuve otro día y medio más con sonda y después de eso empezó a funcionar la vejiga nuevamente. Logré empezar a caminar y tras 38 desde que me internaron, finalmente me dieron el alta". Eso fue este miércoles 2 de septiembre, día en que se reunió con su familia después de todo el flagelo.
"Quedé con escaras: una occipital (en la nuca) y otra en el talón izquierdo que ya está mucho mejor, con la costra seca. Lo mejor de mi experiencia es que casi no recuero nada", asegura.
Por último, Cecilia Antich remarca que "es necesario que la gente y mis propios compañeros sepan lo que se vive y puedan tener empatía con el paciente que están atendiendo. Y que esto sirva de experiencia en lo que uno puede llegar a padecer con esta enfermedad".