El 28 de julio fue visto por última vez, cuando fue a reunirse con su socio, ahora imputado por secuestro extorsivo, Diego Barrera. Un día después, el teléfono de Aliaga se activó en un galpón de la Cuarta Sección, donde tenían guardados vehículos de la sociedad.
El misterioso encendido del celular del "desaparecido" empresario Aliaga
No se sabe nada sobre Diego Aliaga (51) desde el 28 de julio. Pasaron 35 días desde la última vez que fue visto. La Justicia Federal investiga un secuestro extorsivo por lo que hay cuatro imputados: su socio, Diego Barrera, su pareja Bibiana Sacolle, y los hijos de ella -Gastón y Lucas Curi-. Más que socio, era una especie de testaferro, según entienden los investigadores y la intención era posiblemente quedarse con sus bienes u obtener el millón de dólares para pidieron por su rescate. En este sentido, dos teléfonos han aportado datos valiosos.
Uno de los celulares es el que el compró uno de los hijastros de Barrera y con el que se hizo el llamado extorsivo; el otro aparato es el del propio empresario, que fue activado un día después de su desaparición.
A 35 días de la desaparición de Aliaga, una alta fuente de la pesquisa le reveló este dato al POST sobre el teléfono de la víctima. Además, detalló dónde se encendió el celular del despachante de aduana.
Aliaga y Barrera se reunieron en un predio de Rodeo del Medio, de aproximadamente una cuadra y media de dimensiones, donde hay una casa y un galpón. Lo habían comprado y su anterior propietaria es una ex despachante de aduana, igual que el desaparecido. Luego de esa cita, Barrera se dirigió hasta la casa de su socio en Palmares, entró a la vivienda y estuvo un buen rato en el interior. Se supone que fue a buscar documentos o poderes que determinaban que algunos bienes a su nombre eran propiedad de Aliaga. No se sabe si los encontró, pero se retiró en una camioneta (Porsche Cayenne) que un vecino le había prestado a su socio. Y ya no se supo más de él.
Ver: Aliaga, la desaparición turbia que silenció a Mendoza
Pero otros hechos continuaban sucediendo. Uno de los hijos de la pareja de Barrera compró un teléfono celular en un negocio de calle Las Heras, de Ciudad. Fue tomado por las cámaras de seguridad al salir del local y luego subirse a una camioneta.
El fiscal Fernando Alcaraz, que tiene a su cargo la investigación, determinó, mediante el informe de las celdas de telefonía celular, primero la marca del equipo y luego el IMEI del dispositivo. Este aparto fue utilizado para realizar el pedido extorsivo de un millón de dólares por la vida de Aliaga. Y ese llamado al hermano de la víctima se realizó desde calle Jujuy donde hay un galpón donde guardaban vehículos adquiridos por la sociedad. En este predio estaba la misma camioneta en la que se fue el comprador del celular en calle Las Heras.
Ver: Rastrillaron el galpón donde iba a reunirse el empresario desaparecido
Este dato fue fundamental para convertir al hijastro de Barrera y su familia en sospechosos. Pero allí, en ese galpón, también se activó el teléfono de Aliaga un día después de su desaparición.
"Pudimos establecer el teléfono de Aliaga se encendió el 29 de julio, un día después de haber ido al predio donde se reunió con Barrera, en el galpón de calle Jujuy. Estuvo activo unos minutos y luego nunca más se encendió. Tal vez fue para borrar algunos mensajes, fotos, documentos o información importante", explicó y estimó la fuente al POST.
Lo cierto es que sobre Aliaga no hay mucho más por el momento. El expediente está a días de dejar de ser secreto y se podrán conocer más detalles.
Sin embargo, no hace falta saber demasiado de la causa para no percatarse de que la familia del empresario no ha salido a reclamar justicia o exigir su aparición con vida. En cualquier situación similar, la de Facundo Astudillo Castro (por lo reciente), hemos asistido a una incansable determinación de sus familiares de buscar la verdad. No es el caso del entorno más cercano de Aliaga aunque se hayan constituido como denunciantes.
Ver: Misterio y sospechas detrás de la desaparición del empresario mendocino