A través de una resolución se limita el ingreso de hasta 500 unidades por mes para publicaciones del exterior.
Vuelven las restricciones aduaneras para la importación de libros
La traba a la importación de publicaciones vuelve a aparecer en el panorama, tras la publicación ayer en el Boletín Oficial de la Resolución 253/2020 del Ministerio de Desarrollo Productivo, que restablece un límite de hasta 500 unidades por mes, debido a razones medio ambientales.
La resolución está en sintonía con una de las medidas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que en marzo de 2012 activó una resolución dictada en 2010 por el entonces Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que obligaba a controlar la tinta de los libros que llegaban del exterior porque, decían, era potencialmente peligrosas para la salud.
En la práctica era una restricción a las importaciones y ahora, en medio de una crisis en la que otra vez faltan dólares, la cláusula volvió a aparecer.
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En esta ocasión, la medida se da en el marco del Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas y suspende dos resoluciones del gobierno de Mauricio Macri que quitaban las cláusulas en este sentido.
El argumento estaría enfocado desde la órbita sanitaria y asegurando que el artículo 42 de la Constitución Nacional establece que los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos, y a una información adecuada y veraz.
La medida es muy similar a la tomada en 2012, bajo la resolución N°453, que "estableció un régimen de certificación obligatoria para definir los mecanismos tendientes a eliminar los peligros derivados del uso de tintas con alto contenido de plomo en productos gráficos que fue modificada mediante las Resoluciones Nros. 1 de fecha 5 de enero de 2016 y 332 de fecha 10 de noviembre del 2016, sobre un amplio conjunto de productos, entre los que se encuentran los libros, álbumes o libros de estampas y cuadernos para dibujar o colorear (para niños)".
De esta manera, se retoma el concepto de limitación del ingreso de grandes tiradas desde el exterior como había sucedido en 2012, y que había sido derogada durante la gestión del expresidente Mauricio Macri.
Vale mencionar que la normativa comenzará a regir a partir del 15 de septiembre, y según se especificó garantizará el ingreso de aquellas publicaciones que ya se "encuentran en tránsito" y mantendrá su vigencia, a partir de esa fecha, por un plazo de un año.
Al respecto, Rodolfo Reyna, presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones, aseguró: "La resolución de control de tinta y metales pesados se implementó durante 4 años y en esos años que estuvo vigente nunca se detectó ningún problema con ninguna partida del libro. Es bastante claro que la resolución no protege a nadie, porque las tintas recontra cumplen los límites que el ensayo requiere. Las tintas cambiaron hace muchos años, el plomo en tinta es una cosa antigua".
Pero, desde otro punto de vista, en declaraciones a Infobae, María Teresa Carbano, presidente de la Fundación El Libro, comentó: "Creo que protege a la producción nacional y a las imprentas argentinas. Detrás de esto estuvo fuertemente la FAIGA ( Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines ) desde que asumió Alberto Fernández. Yo opino que beneficia a las imprentas argentinas y no atenta contra la bibliodiversidad".
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