Un diagnóstico sobre la educación española que es perfectamente aplicable a la Argentina. La educación no es prioridad para los políticos.
"El país donde son más importantes las discotecas que las escuelas"
"Fútbol, playas, corridas de toros y discotecas. Las prioridades en la apertura de España tras meses de confinamiento se cuestionaron cuando las actividades recreativas se aprobaron antes de revisar cómo será el regreso de los niños a las escuelas", el próximo 4 de septiembre.
"La falta de previsión que ha sumido en el desconcierto la reapertura de las escuelas es parte de una gestión lastrada por la opacidad, la falta de datos fiables, la inconsistencia y la lentitud de reacción por parte de los gobiernos central y autonómicos", asegura un periodista del New York Times en una nota que, aunque habla de la educación española, parece calcada para la Argentina.
"La pandemia ha desnudado un modelo escaso de medios, con un profesorado mal pagado y desmotivado, planes de estudio anclados en el siglo XIX y una creciente desigualdad que permite a las familias con recursos eludir las carencias del sistema con apoyo extraescolar, enseñanza privada y cursos en el extranjero para sus hijos", agregó.
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El artículo criticó además que, aunque es comprensible la decisión de intentar reabrir el país cuanto antes para salvar la temporada alta del turismo, se gestiónó con dejadez e irresponsabilidad: "El ocio nocturno permaneció abierto semanas después de haber sido identificado como un foco de contagios, se autorizaron multitudes en celebraciones de todo tipo y se trasladó el mensaje de que la batalla estaba ganada".
"El resultado es que España incumple los requisitos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los expertos del Instituto de Salud Global de Harvard para una apertura segura del curso escolar, incluido el de mantener un número de contagios inferior a 25 casos por cada 100.000 habitantes. La incidencia es hasta veinte veces superior en algunos de los distritos de Madrid más afectados."
"Los partidos políticos han sido incapaces de consensuar una ley educativa en más de cuatro décadas de democracia. Padres, profesores y alumnos desesperan con razón ante los cambios continuos que se producen cada vez que llega un nuevo gobierno, sin que ninguno de ellos afronte los verdaderos problemas", prosige.
"Las generaciones que tendrán que sacar al país de una nueva crisis se incorporan al mercado laboral sin las herramientas para competir en un mundo globalizado", alerta el artículo.
"La educación no interesa a nadie salvo a los padres con hijos en edad educativa", dice con razón el filósofo José Antonio Marina, y "mientras esas prioridades no cambien para el conjunto de la sociedad, tampoco lo harán para los políticos. Y seguiremos siendo el país donde la educación nunca le gana un pulso a una buena diversión", culmina.
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