En 2005, el fenómeno arrasó con Nueva Orleans. ¿Qué tan probable es que vuelva a ocurrir algo similar?
Katrina: ¿Cómo fue el huracán más destructivo de la historia de EEUU?
El huracán Katrina tocó tierra el 29 de agosto de 2005 en el estado de Luisiana. Menos de dos horas después, ya causaba los estragos que lo convertirían en una de las peores catástrofes naturales de Estados Unidos.
Los reportes del momento indicaban que el huracán embistió con fuertes vientos y lluvia a los estados de Misisipi, Alabama, y Florida, pero la peor parte la llevó Nueva Orleans, en Luisiana.
El 80% de la ciudad se inundó, en algunas zonas el agua alcanzaba una altura de seis metros y el oleaje hizo colapsar los diques que debían contener el agua, lo cual provocó la inundación de gran parte de la ciudad. De hecho, los expertos calculan que la mayoría de las muertes de Katrina se debieron al aumento del nivel del agua y que muchas personas murieron ahogadas.
En números, Katrina arrasó con todo
Un día antes de la llegada del huracán, el alcalde emitió, por primera vez en la historia de la ciudad, una orden general de evacuación. Pero, a pesar de las advertencias, Katrina mató a más de 1.800 personas, ubicándola entre los tres huracanes más letales de EE.UU. Aunque, el Centro Nacional de Huracanes, advierte que la cifra real de muertos "probablemente nunca se llegue a saber".
Los daños causados equivalen hoy a US$170.000 millones según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés).
Una combinación letal
El huracán se formó a partir de un sistema de aire de húmedo y cálido a lo largo de una zona de baja presión, que se juntó con los remanentes de una tormenta tropical.
Durante su recorrido por el golfo de México, Katrina llegó a ser un huracán de categoría 5, la máxima en la escala de intensidad, con vientos de más de 280 km/h. Al tocar tierra en el sudeste de Luisiana, sin embargo, bajó a categoría 3. Aun así, alcanzó vientos de 200 km/h
¿Y cómo se formó un huracán tan grande y tan poderoso?
El primer elemento fue la temperatura de la superficie del océano. Los huracanes se forman en aguas cálidas, por encima de los 26 °C. A mayor temperatura del agua, más intenso puede ser el huracán.
Un segundo factor clave, es el nivel de humedad, a mayor humedad se forman más tormentas eléctricas, que son clave para el sostenimiento de un huracán. Y un tercer ingrediente fue la poca cizalladura vertical del viento que hubo en los días en los que se formó Katrina.
La cizalladura vertical se refiere a los cambios que ocurren en la velocidad o la dirección del viento a medida que aumenta la altitud.
¿Puede volver a ocurrir?
La actividad de huracanes en el Atlántico varía de forma natural y cíclica, alternando fases de agua fría y caliente en el norte del océano. Pero, los estudios de la NOAA, sostienen que ninguna de sus proyecciones para el siglo XXI muestran que el calentamiento causado por los efectos de invernadero lleven a un gran aumento de huracanes en el Atlántico.