Priscila tiene once años y, gracias a lo que aprendió en la escuela de cadetes de bomberos, logró salvar a su padre.
La pequeña bombero que salvó la vida de su papá que se desangraba
Priscila tiene once años y hace dos que estudia en la escuela de cadetes de bomberos Ramiro Torres de Montes de Oca, un pueblo de Santa Fe, cerca del límite con Córdoba. Lo que aprendió allí la ayudó a salvarle la mano (y tal vez la vida) a su papá.
Claudio Costilla estaba trabajando con una amoladora que se le soltó y le cortó parte de la muñeca de la mano derecha, la hábil.
Apenas vio su mano colgando salió de su casa a pedir ayuda: "Es un pueblo de tres mil personas y nos conocemos todos. Vivimos en un radio de diez cuadras por diez cuadras y siempre pasa alguien por la calle. Pero como no pasó nadie, me pegué la vuelta".
Prsicila vio a su papá y le envolvió la mano en una toalla haciéndole un torniquete.
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"Lo primero que me pasó por la cabeza fue el miedo a que mi papá se desmayara", reconoció la niña en diálogo con Infobae.
"La idea fue mía. Me acordé lo que me enseñaron en la escuela de bomberos y lo hice, no tuve que pensar mucho", explicó.
Claudio contó que la nena estaba aterrada pero no dudó ni un segundo: "Me decía ?papá, estoy temblando' pero me seguía sosteniendo la toalla y apretando el brazo".
Después llamaron al padre de Claudio que lo llevó hasta el centro de salud de Montes de Oca, donde le entablillaron la mano y lo derivaron a un hospital de Cañada de Gómez, pero no le pudieron suturar la herida y entonces lo trasladaron al Sanatorio Italiano en Rosario.
Al otro día lo operaron: tenía tres tendones rotos, una arteria cortada y fractura expuesta del húmero derecho. De no haber sido por la rápida reacción y los conocimientos de su pequeña hija, podría haber muerto desangrado.
Ahora, todo el pueblo reconoce el heroísmo de Priscila. "Está contenta pero es tímida, la gente la felicita y le hace regalos a modo de agradecimiento. Desde la escuela primaria le regalaron una caja de golosinas y un nenito que la vio en la tele le hizo llegar un dibujo con cuatro caramelos", narró su padre.
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