La Cámara Argentina de Comercio y Servicios reclamó al estado nacional una reducción tributaria y una simplificación del sistema.
La UCIM reclama un reajuste tributario para poder competir
La Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) se plegó al reclamo de Cámara Argentina de Comercio y Servicios por un ajuste en el sistema tributario que permita reducir la presión tributaria para que las empresas puedan ser más competitivas y la simplificación del sistema, dado que los costos de cumplimento, afectan seriamente la capacidad de acción de las personas, prestadores, organizaciones y empresas en general.
Según el mismo documento que cita como fuente un ranking confeccionado por el Banco Mundial, Argentina es el país con la segunda mayor tasa porcentual del mundo (106.3), apenas debajo de Comoros (219.6) en el pago de impuestos en relación con las ganancias de las empresas.
La UCIM sostiene que el sistema tributario argentino tiene una serie de dificultades como la vigencia de normas inconsistentes con principios constitucionales y que afectan la competitividad de la economía o el exceso de carga tributaria sobre las empresas.
El uso abusivo de impuestos de emergencia y de tributos distorsivos que afectan la competitividad de la economía tanto como el desaliento de las inversiones y exportaciones; la excesiva conflictividad en particular en los tributos locales y la variabilidad y modificación de las normas; elevada complejidad en las normas administrativas de recaudación tanto como el crecimiento del marco normativo; creciente avance sobre el derecho de los contribuyentes y restricción del acceso a una justicia confiable, especialmente en los tributos locales.
Además de la falta de medidas que favorezcan a las Pymes y a las Economías Regionales junto con la ampliación desmedida de los regímenes de retención en la fuente con base en presunciones y dificultad en el recupero de saldos a favor (SIRCREB ), son algunos de los motivos que el gremio sostiene que dificultan el crecimiento económico en el sector.
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Desde la organización aseguran que en una situación especial como es una pandemia donde muchos negocios han tenido que cerrar y para las empresas que están en pie resulta muy difícil mantenerse: "la mayor parte de los empresarios no puede sostener sus empresas. Cada vez se hace más difícil mantener su staff de colaboradores, gastos de infraestructura, pagos de y servicios", entre otros gastos fijos.
Al respecto, la UCIM presentó una lista de propuestas para reducir la presión impositiva sobre los empresarios:
Eliminar regímenes de información a partir de la total generalización de la factura electrónica.
Disminuir efectivamente los regímenes de retención y percepción de impuestos nacionales (ante tal carácter que adopta el impuesto sobre los débitos y créditos en cuentas bancarias) y extender el cómputo a cuenta de IVA, contribuciones de la seguridad social, etc.
Deberían derogarse los regímenes provinciales que se aplican sobre las liquidaciones de tarjetas de crédito a los comercios. Esto como un intento de ordenamiento de un caos tributario subnacional que no debiera existir.
Derogar o suspender por al menos tres años el llamado impuesto cedular o impuesto a las ganancias a la renta financiera dada la evidente inequidad que representa ante la actual situación del mercado financiero.
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Continuar con el incremento de la porción del Impuesto sobre los débitos y créditos en cuentas bancarias computable a cuenta del impuesto a las ganancias, llevándolo al 100%.
Ampliar el espectro de impuestos a cuenta de los que se puede computar lo abonado por Impuesto sobre débitos y créditos. Además de Ganancias, incorporar IVA, Bienes Personales Responsables Sustitutos y Contribuciones a la Seguridad Social.
En el caso de saldos a favor de libre disponibilidad de IVA e Impuesto a las Ganancias, expandir el espectro de impuestos posibles de acreditación a los recursos de la Seguridad Social.
Establecer la aplicación del ajuste impositivo integral por inflación. El ajuste vigente, de naturaleza contable, debe extenderse a lo impositivo, no incorporando limitaciones como la que establece que corresponde el ajuste, solo cuando la inflación supera el 100% en tres años.
Acordar con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la reducción progresiva de alícuotas del impuesto sobre los ingresos brutos, la coordinación de regímenes de recaudación de impuestos y su progresiva eliminación, el establecimiento de procedimientos expeditivos de devolución de saldos a favor, en todos los casos con la fijación de metas e hitos cuantificables y un control efectivo por parte de la Nación.
Reabrir el revalúo impositivo, con una amplia difusión y alícuotas reducidas para otorgar una base más razonable a la generalización del ajuste impositivo por inflación.