Numerosas propiedades sobre avenida Emilio Civit están en venta y hasta hay terrenos en donde se autorizaron demoliciones y permanecen abandonados. Algunas casas señoriales y otras más modernas, pero abandonadas y en oferta pública. ¿Se "aristidizará" la Civit?
Casas en venta... ¿Qué será de la avenida Emilio Civit?
Numerosas casonas en venta sobre la paqueta avenida Emilio Civit, eje de la Quinta Sección, lugar de señoriales construcciones con historia y estilo, ponen en riesgo su actual imagen y abre un abanico de especulaciones primero, para quien pasa y ve los carteles que ofrecen propiedades en todas las cuadras, y apuestas después, en torno a su futuro.
Una recorrida por sus siete cuadradas permita dar cuenta de más de una propiedad en venta por manzana. Inclusive hay espacios baldíos, proyectos fracasados que dejaron los terrenos sin nada y este mismo fin de semana, al menos tres de sus casas características que se muestran vacías y sin cartel, dejando la incógnita en torno a su destino: ¿demolición o reciclaje?
La Emilio Civit es la continuación de una de las calles de restaurantes principalmente para turistas, como es Sarmiento, que hoy se ven golpeados por la ausencia de su flujo de clientes habitual. En esa zona ya hay dudas en torno a su porvenir, pero hay una resistencia casi patriótica de locales tradicionales y de alguno que vino a inaugurar justo en el comienzo de la cuarentena más feroz, en marzo.
Sin embargo, no le espera a Emilio Civit una "aristidización". No serán transformados en restaurantes las viejas casonas. Así lo afirmó ante la consulta de Memo el secretario de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Mendoza, Juan Manuel Filice.
No, no se va a "aristidizar", en referencia a lo que sucedió en Arístides Villanueva y que se replica con ganas, aunque en forma incipiente, en Juan B. Justo. En Civit puede haber cafés, por ejemplo, pero no ocupar las veredas. Y de hecho, hay cuatro que se remiten a sus locales y terrazas.
"No es la idea urbanística y además, las dos calles tienen normativas diferentes", explicó.
Pero si no se abren cervecerías y restaurantes, ¿qué se puede hacer allí? La idea es que se preserve lo patrimonial de las construcciones que tengan el peso para ello. Y hasta ahora, hay al menos tres pre proyectos para construir torres, que sí están autorizadas.
Una que se anunció con bombos y platillos con profusa publicidad, fracasó. Se trata de B-Icon Residences, del Grupo OSD. En su lugar hay un inmenso baldío y no hay ningún plan de avance.
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El problema de avanzar con torres -como algunas de las que ya están- es el alto costo del terreno en esa zona, con lo cual los desarrolladores consultados por Memo dan cuenta que deben calcular todo con absoluta precisión para no hundirse en los sueños.
Desde la Ciudad de Mendoza dan cuenta de que "hay anteproyectos e ideas", pero se desconoce el destino de las propiedades en venta. Los preproyectos de construcción de torres están en una etapa de prefactibilidad, porque no se trata de "soplar y hacer botellas": la disponibilidad de electricidad y gas en Mendoza, además de los requisitos municipales establecidos por el Código de Edificación, son grandes condicionantes, y que pesan en los proyectos tanto como conseguir inversores.
¿Y cuál sería un plan a futuro? Pocos se animal a decirlo, pero Emilio Civit ofrece las condiciones para la transformación de grandes mansiones en donde ya una familia no podría vivir, en hoteles. Probablemente alojamientos de estilo, boutique, con preservación arquitectónica e incorporación de servicio. Pero nada de ello está en estudio en este momento.
Lo que estudia la Municipalidad de Mendoza, que trata de anticiparse a los hechos, aunque a veces las crisis son más potentes que las planificaciones, es estudiar flexibilizaciones que respeten la identidad de la zona, enmarcada nada menos que por los Portones del Parque.
Muchos piensan que las ventas responden a proyectos ya diseñados. Pero no. Más bien parece ser la consecuencia de un conjunto de situaciones: el paso del tiempo en las familias que ya no utilizan sus viviendas, la carencia de clientes para ser alquiladas y la crisis, que imposibilita mantenerlas.
Sin embargo, prima en el clima general de la Emilio Civit el espíritu de que si algo cambia, sea para refundarla con el señorío con el que se exhibió a lo largo de las décadas. Y no otra cosa.
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