En América Latina hay varios desarrollos en curso: el Conicet investiga junto a la Universidad de San Martín.
Argentina también está desarrollando una vacuna propia contra el Covid
En la búsqueda mundial de una vacuna contra el covid-19, América Latina, la región del mundo más golpeada por el coronavirus, está haciendo sus propios esfuerzos.
Además de colaborar en investigaciones mundiales, como la asociación de México y Argentina con el proyecto de vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, en otros cuatro países de la región están trabajando decenas de científicos para asegurar una vacuna propia y uno de ellos es Argentina.
Y es que sin importar cuán avanzadas estén otras investigaciones mundiales, una regla de oro en el desarrollo de este tipo de investigaciones es que mientras no haya una vacuna plenamente comprobada y distribuida, no se pueden bajar los brazos.
Uno de los grupos es de Argentina. Jorge Geffner, del CONICET, lidera un equipo que desarrolla una vacuna con la Universidad Nacional de San Martín (UNSM) y remarca: "Si no se hace, inevitablemente vamos a mantener una dependencia estricta con países desarrollados. Para la perspectiva de una nación, eso es muy pobre".
Y conseguir una vacuna plenamente probada no es sencillo ni rápido, pese a que en la actual pandemia se están rompiendo récords de tiempos.
Hasta este 13 de agosto, solo seis posibles vacunas se ubicaban en la fase 3 de investigación, la cual implica la experimentación en grandes grupos de personas: AstraZeneca-Oxford, Sinovac, Sinopharm-Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, Sinopharm-Instituto de Productos de Pekín, Moderna-NIAID y BioNTech-Fosun Pharma-Pfizer.
La Universidad de Oxford, en Reino Unido, realiza las pruebas más avanzadas de su vacuna con AstraZeneca.
Al mismo tiempo hay otros 138 estudios en la etapa preclínica, la inicial, en la que las vacunas todavía se encuentran en proceso de investigación y sus pruebas se realizan en animales o receptores de laboratorio.
De estas últimas, cuatro proyectos enlistados por la OMS están en América Latina.
Además del de la Argentina, hay dos en Brasil: el de la Fundación Oswaldo Cruz-Instituto Butantan y el de la Universidad de Sao Paulo.
Los otros son de México, con la UNAM y Perú con el proyecto de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Después pasarán a las fases clínicas 1, 2 y 3 en las que se pondrán a prueba en voluntarios, desde unos pocos hasta decenas de miles.
"El punto que llama la atención es que en general todas las vacunas han tardado entre cinco y diez años en desarrollarse. Y las vacunas que se están desarrollando hoy ya están entrando en fase 3 y empezaron en marzo", señaló Geffner.