Son de uso no profesional, para protegerse contra el coronavirus.
Más de 10 mil personas quieren comprar los superbarbijos del Conicet
Más de 10 mil personas consultaron cómo comprar los "súperbarbijos" para uso no profesional desarrollados por científicas y científicos de Argentina a menos de una semana de haberse anunciado su comercialización porque presentan telas que permiten inactivar el coronavirus y son capaces de resistir sus propiedades antiviral, fungicida y antibactericida hasta por 15 lavados.
"Después que salió el anuncio el jueves pasado fue una explosión. Se comunicaron de todos los medios, de los ministerios, de distintos organismos y muchísima gente. Es una alegría para quienes estuvimos en este proceso", dijo hoy a Télam Griselda Polla, directora del Equipo de Vinculación y Transferencia del Instituto de Investigación en Ingeniería Ambiental (IIIA-UNSAM).
La historia de los "súperbarbijos" se remonta a fines de marzo, cuando un grupo de investigadores que son amigos tanto de la Universidad de San Martín como de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se juntaron: "Recibimos una consulta por parte de una médica de un hospital que consideraba que había pocos elementos de protección para el personal de salud", recordó Polla.
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A partir de esta inquietud y de la experiencia de los investigadores Silvia Goyanes (de la UBA) y Roberto Candal (de la UNSAM) en la aplicación de activos a telas, el grupo comenzaba a pensar alternativas de desarrollo cuando se contactaron con ellos los dueños de la fábrica textil Kovi S.R.L. del partido bonaerense de La Matanza.
"Nos contaron que querían hacer barbijos para uso social, es decir no para profesionales de la salud, pero con propiedades, y ahí nosotros ofrecimos desarrollar tapabocas antibactericidas, fungicidas (antihongos) y antivirales", sostuvo Polla.
Espeche detalló que desde que el 6 de agosto se anunció la existencia de estos barbijos "en menos de una semana recibimos más de 10 mil consultas y ya despachamos 23 mil unidades; las personas se comunican con mucha desesperación".
Durante dos meses los jóvenes investigadores del IIIA-UNSAM y del Instituto de Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET-UBA) realizaron pruebas de laboratorio, "tanto en el tratamiento de telas como en la metodología para conseguir la incorporación de los principios activos", sostuvo Polla. Por ejemplo, "para verificar que se incorporaban en la tela de manera pareja, que quedaban fijos, que resistían lavados", detalló.
La investigadora explicó que los principios activos que se utilizan para lograr los efectos antivirales, fungicidas y antibacterianos están basados en plata, cobre y otros elementos que son de fácil acceso y disponibilidad en la Argentina y cuyas propiedades se conocían.
Las pruebas realizadas con los barbijos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) mostraron que luego de dos minutos el número de bacterias se reducía tanto que no era posible contarlas. Además, se constataron allí sus propiedades fungicidas.
El costo del barbijo, que se comercializa con el nombre de Atom Portect, varía entre 324 pesos la unidad si es con envío o 299 pesos si se retira en la sucursal; si se compra por cantidad (por 40) el precio disminuye a 250.
Durante los primeros seis meses de producción, la empresa va a donar el 10% de las telas que produzca a pequeños talleres del conurbano bonaerense, que confeccionarán barbijos para otorgar de forma gratuita a personas que no se encuentren en condiciones de comprarlos.