En la Argentina no termina de despegar este envase, que ofrece 3 o 5 litros por un precio cercano a los $ 500, y que si triunfa en el exterior.
Bag in box: de los mejores envases para el vino... y el más incomprendido
El vino a diferencia de otras bebidas permite distintos tipos de consumidores y aunque la botella de vidrio de 750 es el envase tradicional para esta bebida, otros formatos invitan a innovar en producto y en consumidores. La lata, la damajuana, el botellón y el tetrabrik forman parte de una familia a la que se sumó el bag in box. Un envase que permite el consumo de vino en copa y en el mundo (sobretodo los paises nordico) es habitual, sin embargo en la Argentina tiene mucho por descubrir aún.
El bag in box es un formato de caja de cartón de capacidad variable compuesto por la misma caja de cartón, una válvula a modo grifo para dispensar el vino y en el interior de la caja, una bolsa de polietileno interna y multicapa externa que envuelve y protege el vino.
Las ventajas de estos formatos son una excelente relación calidad-precio, son bastante económicos para el consumidor, de carácter ecológico en cuanto a reutilización y evita utilizar vidrio. Además tiene capacidad de resistencia frente al vidrio ante roturas y buenas propiedades de conservación del vino por la opacidad y el cierre hermético.
Pese a sus ventajas este envase podría estar camino a la extinción. "El bag in box no es un envase exitoso en Argentina. En lo que va del año es el envase que más se cayó. Estima un 55% del 2020 respecto al 2019, en función del despacho de vinos para el consumo" explica Luis Sentinelli del INV quien detalló que disminuyó de 700.000 litros a 300.000 litros.