El gobierno reconoció la transmisión comunitaria que fue declarada oficialmente hoy. Cómo se decidió la carta de Suarez. La preocupación por las zonas populares. La reunión con funcionarios sanitarios de Nación. No habría nuevas restricciones, por ahora. ¿Alberto Fernández puede cerrar Mendoza por el virus?
Empezó otra etapa: De frente y con el virus en la calle
Las últimas horas resultaron dramáticas, pesadas y un poco tristes. Ahora sí, sabemos que el coronavirus Sars-Cov 2 o "Covid-19" está en Mendoza en toda su dimensión. Y que circula entre nosotros en amplios conglomerados. También entendimos ayer que nos podemos contagiar en espacios comunes de cualquier naturaleza: Un trabajo, un bar, un colectivo, un restaurante, un pasillo de hospital, un comercio o una "juntada" familiar o de amigos. O en un cumpleaños "legal" como el que 24 personas festejaron en la disco "Grita Silencio" de Chacras de Coria días atrás. Reservaron y se sentaron en mesas separadas. Pero se juntaron para las fotos, los besos, los abrazos, los brindis y la torta. Esa fiesta produjo varios casos positivos. El que no se contagió, está aislado. La desobediencia es horizontal a las clases sociales y no distingue origen ni banderías. Las fotos de un cumpleaños clandestino de las personas reubicadas del Bajo Luján en su nuevo barrio, el domingo, circularon ayer por todas partes. Como la historia del contador que dio positivo y terminó denunciado. Tanto como los audios de enduristas que el sábado escapaban de la policía a campo traviesa porque salieron sin el DNI correspondiente, o porque se aglomeraron en asados ilegales.
Las anécdotas proliferan. Ayer mismo, un paciente psiquiátrico y positivo de coronavirus intentó huir tres veces de la clínica "Amano" de Godoy Cruz. No podían atajarlo. Se escapó en tres oportunidades de su habitación, hasta que los enfermeros lograron contenerlo. En esa misma clínica murió una paciente de 45 años ayer. Su caso generó controversias con la oposición legislativa. A la vez se confirmaron contagios en La Favorita. El virus en las barriadas podría dejar un tendal de enfermos. Es muy difícil sostener el distanciamiento y el apego a la distancia social donde abunda la pobreza.
Seguir discutiendo si la circulación del virus es "comunitaria" o por "conglomerados" es una anécdota. Gran Mendoza ya es zona de cirulación sostenida del virus, reconocida oficialmente esta mañana. Los estándares son un problema de los epidemiólogos y de los gobiernos. Pero los ciudadanos debemos entender que el virus circula y contagia en grupos de personas al mismo tiempo, y en las mismas geografías. Para definir la situación epidemiológica real de Mendoza, la nueva directora de epidemiología de Mendoza Andrea Falaschi participó de una reunión vía Zoom con la secretaria de salud de la Nación Carla Vizzotti, y otros funcionarios. La ministra de Salud de la Provincia Ana Nadal participó de la reunión unos instantes. Los datos de la pandemia en Mendoza entran en un monitoreo más fino de Nación. Hoy, finalmente fue declarada oficialmente la transmisión comunitaria en el Gran Mendoza.
El domingo 2 de agosto, o antes, sabremos si el gobierno nacional planea incluir a Mendoza en una zona de cuarentena más dura o volvernos al aislamiento. En el gobierno provincial creen que no, que "todavía" es potestad de la provincia volver de fase y se apoyan en un dato: Jujuy está "prendida fuego" con el virus. Ya llevan 123 muertes, más de 150 casos diarios y pasaron los mil contagios en total. Sin embargo, fue el propio gobernador Gerardo Morales, radical igual que Suarez, quien volvió atrás en Fase 1 en su provincia. El dato político es relevante. En Mendoza, las relaciones entre oficialismo y oposición son tirantes. El gobernador y los intendentes radicales son más aperturistas. Los intendentes peronistas excepto Matías Stevanato (Maipú), prefieren cerrar todo lo posible y volver a fases más duras, a pesar que llevan en sus departamentos menos casos que sus colegas oficialistas. Los legisladores de la oposición han asumido una actitud levantisca y un tanto mezquina. Ayer salieron a denunciar que el gobierno "oculta" información, a raíz de la muerte por coronavirus de una mujer de 45 años que se informó ayer y no el martes. Antes, que no se reconocía la circulación comunitaria del virus y no se protegía a la población. La agenda de la oposición en este momento tan tenso de Mendoza a causa de la pandemia confunde un poco. En el gobierno se ensañan con ello. "Les faltó pedir que prohibamos el esquí en Santa Rosa, o visitar La Gioconda en Lavalle..." ironizaron. Suarez tiene una relación buena con la mayoría de los intendentes del PJ, con la senadora Anabel Fernández Sagasti y con el gobierno nacional. Al resto de los dirigentes peronistas y a Protectora, directamente no los entiende. "Incluso el FIT es más coherente en sus posiciones" sostienen en el oficialismo.
Las últimas 48 horas fueron muy complicadas. Luego del record de 74 casos del martes que agregaron angustia a la población, la ministra Ana Nadal terminó admitiendo a medias que el virus ya circula. Lo hizo en una entrevista en LV10. Textualmente, dijo que "hay circulación viral" de coronavirus. Cuando le repreguntaron si se trataba de "circulación comunitaria" volvió unos pasos y solo admitió que hay "transmisión" y que "el virus circula" en la provincia. Admitir la circulación comunitaria sería cederle el manejo de la cuarentena local a Alberto Fernández, Santiago Cafiero y el comité de expertos de Buenos Aires. Poco después, fue la directora de epidemiología Andrea Falaschi quien admitió en nuestro programa "Te digo lo que pienso" por Radio Nihuil que hay circulación comunitaria del virus. Y dio un dato preciso: la velocidad de duplicación de casos era ayer de 13,1 días. Menor a las dos semanas o más de las zonas de distanciamiento. La propagación del virus en este rango nos coloca en "zona" de aislamiento.
Con la admisión del estatus sanitario Nadal y Falaschi le quitaron al gobierno una mochila de encima. "Debimos decirlo hace una semana..." se sinceró un funcionario. Nadal había llevado hasta ese momento una carga que la sobrepasaba. En el gabinete sentían esa tensión, aunque confían en la funcionaria para que conduzca esta crisis. Ana Nadal tiene un modo de comunicar en tono sencillo y docente. Pero a la vez, trata de esquivar el hecho de hacer declaraciones o enfrentar conferencias de prensa. Es una científica. No le gusta hablar en público. Siente que corre riesgos enormes cuando habla.
La carta de Suarez y el futuro inmediato
El gobernador escribió durante el fin de semana la carta de cinco carillas que fue difundida ayer. Una "carta a los mendocinos" en la que insistió en las responsabilidades individuales y en la idea del "aislamiento voluntario" como herramienta ante el avance del virus. La misiva sólo tuvo correcciones menores de estilo antes de su difusión. El método de comunicación fue novedoso. Un video breve o un mensaje a la población tal vez habrían sido lo usual. Pero a Suarez la carta le pareció mejor. Será "reforzada" desde hoy con piezas comunicacionales breves y de impacto.
La "foto" sanitaria que vemos hoy es de días atrás. El gobierno reserva los datos de origen de cada contagio. Porque forma parte de la privacidad de los pacientes. Sin embargo, los grupos de WhatsApp del sistema sanitario público y privado hierven de información. "Estamos ingresando jóvenes Covid positivos que han estado en reuniones de bares, en Arístides, Chacras, Guaymallén... por suerte con muy pocos síntomas y bien de salud en general, pero para aquellos padres que tengan hijos jóvenes, por favor que no vayan a salir, a comer o a tomar algo por 15 días. Estamos a full... Saludos" dice uno de esos mensajes. Los hay por docenas. Anoche en el Ministerio de Salud admitieron que una gran cantidad de jóvenes contagiados estuvieron circulando en bares y "juntadas" sin control, sembrando el virus a su paso. "El problema es que tardan en manifestar los síntomas o los cursan muy leves, y van contagiando por donde van" dijo una de las autoridades consultadas. Las reuniones familiares y las "juntadas" ilegales han sido en estas últimas semanas el principal motivo de contagio. Igual, en el gobierno consiguieron algo de lo que querían: desde el fin de semana, cuando Suarez pidió que la gente no salga de su casa y se aísle dos semanas, el movimiento que se ve es sensiblemente menor a los de semanas anteriores.
De momento, el gobierno no tendría pensado aplicar nuevas restricciones a la circulación y reunión de personas. Suarez piensa que el cepo ya es suficiente así como está. Y que la novedosa "cuarentena voluntaria" que propuso a los mendocinos será útil para aplanar la curva que empieza a ascender. Por eso no ha vuelto a convocar a los intendentes de urgencia. Aunque ha estado en contacto con algunos. El gobernador es optimista. Hay zonas de Mendoza donde la cuarentena no ha existido y la gente ha seguido haciendo su vida como pudo, porque las condiciones no les han sido favorables. Asentamientos, barriadas donde la pobreza es total, y zonas semiurbanas alejadas del centro neurálgico del Gran Mendoza se han características por el descuido sanitario de sus habitantes. El "fulbito" en el asentamiento Castro fue sólo uno de los casos, porque tomó trascendencia. Pero ocurre en plazas y barrios por todas partes.
Ahora, hay que salir a la calle sólo lo indispensable y mantener las medidas sanitarias al máximo: higiene de manos y de la tos, distancia social y tapabocas o barbijos. No hay otra manera de minimizar el impacto del virus que ya circula entre nosotros, y que nos puede contagiar en cualquier parte. Por eso cuidarse es el único modo de mantener -aunque fuere con respirador artificial- la marcha de la economía. El único sobresalto podría ocurrir si el presidente Alberto Fernández decide retroceder a Mendoza a una fase de aislamiento. Casi todos los descartan, menos quienes confían poco en la relación Nación-Mendoza luego de los episodios de este año, ya sea por Portezuelo, por los respiradores, por el reparto de fondos, o por la política sanitaria.
Esta semana, y más allá de los rótulos formales de cada ciclo epidemiológico, Mendoza comenzó una nueva etapa. Una en la que estamos de frente con el virus. Así, será clave el comportamiento sanitario de cada uno. Allí estará la diferencia entre contagiarse o mantenerse a salvo.