En medio de la crisis que venía afectando a la construcción incluso antes de la pandemia, la Cecim considera que la minería es la alternativa que se debe considerar para estimular la actividad económica. Estiman que ya se perdieron 11 mil puestos de trabajo en Mendoza.
Constructores ven en la minería la opción para evitar la catástrofe
En tiempo de crisis hay que buscar en todos lados las opciones. Como los ciudadanos encontraron en los "parripollos" una alternativa para subsistir en medio de la crisis del 2001, las pymes constructoras analizan minuto a minuto las alternativas que pueden servir para salvar a su sector de la catástrofe provocada por las medidas adoptadas para controlar la pandemia de coronavirus.
En ese camino, encontraron que no existen alternativas reales que superen al desarrollo de la actividad minera como potencial generadora de inversiones, las mismas que se que necesitan para que el sector sobreviva a la crisis actual y la que se viene, tratando de recuperar los 11.000 puestos de trabajo que se perdieron en lo que va del año.
Gerardo Fernández, titular de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim), dijo que en la actualidad el 90% de la capacidad productiva de las pymes que forman la cámara está inactiva, lo mismo que el 90% de la fuerza de trabajo que tenían las empresas. Ese oscuro panorama los obligó a buscar alternativas para poder mantener a flote y, tal como analizan otros sectores productivos como los industriales, consideran que el desarrollo de la minería es una alternativa fuerte y real.
En conversación con Memo, el titular de Cecim dijo que la minería "en general y en la última oportunidad que se pudo tratar tuvo mucha desinformación", por lo que consideró que "es un momento propicio" para discutir su desarrollo, aunque aún parezca cercana la derogación de la Ley 9209 ocurrida a fines del año pasado.
"La crisis actual y la que viene nos obliga a repensarnos. Entendemos que no somos los dueños de la verdad, pero es momento de reabrir la discusión", indicó el representante del sector empresario.
Fernández dijo que, como parte de un sector de la economía de la provincia, desde el sector privado piensan poner el tema nuevamente en consideración, porque después de lo ocurrido en diciembre el Gobierno no tendría -por ahora- en sus planes volver a discutir el desarrollo minero.
Para los constructores independientes una muestra clara de la necesidad de hablar nuevamente de esa industria es lo que está ocurriendo en Malargüe. "La pandemia ha desnudado la fragilidad del sistema económico provincial y nos ha empujado la realidad a salir de la situación de confort para enfrentar la situaciones sin pasiones ideológicas. Malargüe dentro de 7 días no tiene cómo pagar su sueldos", dijo Fernández.
En ese sentido, recordó que en ese departamento existe el consenso social para el desarrollo minero, como no existe en otras zonas como San Carlos, por lo que apostó a que -por lo menos- se permita el desarrollo en zonas donde no hay alternativas productivas.
"Es muy fácil ser crítico desde el confort, pero cuando no podés hacer frente a las obligaciones hay que abrir el juego y volver a dialogar", argumentó.
Fernández hace foco en Malargüe porque es la zona donde hay claridad respecto al consenso que existe sobre la actividad, pero recordó que Mendoza vive hace 30 años de las regalías petroleras, que es una actividad minera extractiva, con la diferencia de que es socialmente aceptada.
Por eso, en Cecim consideran que la minería se debe volver a discutir "sin ser arrebatados" porque lo ocurrido en diciembre fue muy rápido, de uno y otro lado, y fue malo para la institucionalidad de Mendoza.
La pandemia obliga a discutir todas las alternativas
Desde la cámara de constructores independientes estiman que el contexto que vivimos y lo complicado que será lo que viene, obliga a discutir todas las opciones y especialmente la minería.
"Lo que cambió fue la realidad. Tenemos la obligación moral e intelectual de poner el tema sobre la mesa para que se discuta, aunque tenemos claro que no es fácil porque lo que pasó está fresco", explicó Fernández.
En comparación con otros rubros, el empresario explicó que para ellos es muy complicado porque la obra pública se derrumbó y ellos quedaron a la deriva. Por eso, mirando hacia el sector privado, encuentran en un desarrollo minero una gran opción.
"No me voy a arrogar el conocimiento de la matriz productiva de una provincia, pero hoy no vemos otra actividad con potencial para activar la economía. Si alguien nos muestra que el camino va por otro lado, lo escucharemos. No es ir en contra de nadie, es ir a favor de ver cómo podemos como sociedad exponer ideas creativas y proponer situaciones que sumen y no que resten", argumentó el titular de Cecim.
En ese mismo sentido, agregó: "La movilidad y velocidad de la minería no lo tienen otras actividades. Con una inversión minera se pueden mover miles de puestos de trabajo y mas que en cualquier otro sector".
A la hora de analiza lo ocurrido con la reforma de la 7722 y aclarando que "con el diario del lunes somos todos vivos", dijo que "se entró muy rápido y se salió muy rápido", haciendo referencia a la rapidez conque el Ejecutivo trató el tema y también con la prisa con la que lo resolvió a través de la derogación de la 9209.
No hay tiempo para resolver qué hacer
En Cecim la mayoría de las constructoras son pymes independientes que están en una situación crítica y que por el modelo de negocios no tienen los mismos plazos que el resto de las actividades.
"Tanto a nivel nacional como provincial lo que se ve a corto plazo es absolutamente nada y a mediano nada tampoco", indicó Fernández, aclarando que en reuniones con funcionarios nacionales les dijeron que "sin arreglo de la deuda no hay nada y después vamos a ver qué puede haber".
"El problema de la industria es que a diferencia de otros rubros a los que le decís mañana abre, en el caso nuestro es muy lerdo por los procesos de licitación, los que en promedio tardan seis meses", aclaró.
En ese sentido explicó que "supongamos que a fin de año aparezcan las primeras licitaciones, recién tendremos actividad para mediados del año que viene, siempre y cuando pase algo".
Con el 90% de las empresas de la cámaras paradas, Fernández comentó que para sobrevivir muchos de ellos "se convirtieron en cobradores compulsivos para cobrar remanentes de algunas obras" y "otros han comenzado a descapitalizarse. Han salido a deshacerse de bienes tratando de postergar una decisión tan nociva como cerrar. Se están comiendo el capital en la esperanza de que llegue algo".
En el balance el cálculo que hacen es que en los primeros meses del año ya se habían perdido 4-000 puestos de trabajo y con la cuarentena ese número habría aumentado a 11.000 puestos a nivel provincial.
Por eso, Gerardo Fernández tiene claro que "en una situación normal probablemente no habría margen para hablar de minería tan pronto, pero las circunstancias obligan a ser creativos y buscar soluciones".
"De alguna manera los que estamos en riesgo estamos buscando dónde encontrar un sustento que necesitamos y claramente la famosa matriz productiva no sustenta los gastos fijos de la provincia", puntualizó.
Finalmente, el presidente de Cecim dijo que la discusión debe darse rápido, porque "no hay tiempo, no tenemos años para ver qué hacer, porque la crisis es ahora".
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