Aunque la Casa de la Moneda imprime a toda hora, el país necesitará importar billetes. Buscan la forma de incentivar el pago sin efectivo mientras el peso se devalúa cada vez más.
La emisión no para: ¿Terminaremos pagando con billetes de El estanciero?
Alberto Fernández lo dijo en campaña: "Vamos a poner dinero en los bolsillos de la gente". Así, con la crisis económica derivada del confinamiento obligatorio que se materializó en el cierre de miles de Pymes y la pérdida de miles de empleos, el gobierno apostó por imprimir billetes las 24 horas del día.
En la Casa de la Moneda ya confirmaron que se termina el papel para los billetes, hay problemas para conseguir tinta y esta situación, al parecer, se replica en la mayoría de los países, por lo cual Argentina ya comenzó las tratativas para importar billetes ya impresos de Brasil, Alemania y España.
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Según una nota del periodista Mario Goroditsch de El Cronista, durante el gobierno de Macri "se venían fabricando 500 millones de billetes por año, con un pico que podía llegar, como máximo, a 700 millones. Ahora, sólo en lo que resta del año, van a imprimir 1.200 millones de billetes: 800 millones de $ 1.000 y 400 millones de $ 500".
Aviones de dinero
Desde hace tiempo, los vecinos de Las Heras que viven en las inmediaciones del aeropuerto se preguntan por qué se escucha tanto tráfico aéreo cuando los viajes están suspendidos.
Mendoza Post consultó con una autoridad aeroportuaria que, off the récord, confirmó que se trata de aviones "que traen la plata". Son uno o dos por día (dependiendo de si se viene el fin de semana o para ciertas fechas de pago), que traen los billetes para abastecer a los bancos y cajeros automáticos.
El movimiento de efectivo también significa un gasto enorme.
Es por eso que, como el gobierno prevé que haya faltante de billetes durante agosto, septiembre y octubre, cada vez se habla más fuerte de que se vienen anuncios en cuanto a incentivos para pagar por medios electrónicos: es decir, quitar el efectivo del medio de la cadena de pagos.
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Para lograrlo, el gobierno preparó bien el terreno con la bancarización de la mayoría de quienes reciben dinero del Estado. Incluso, algunos de estos subsidios como los créditos para monotributistas y el dinero de la tarjeta Alimentar, no pueden convertirse en efectivo y solo sirven para comprar y pagar por medios electrónicos.
Por su parte, los beneficiarios del IFE también tuvieron que abrir una cuenta bancaria para poder acceder al beneficio, y en la reunión de gabinete económico de ayer ya se habló de cómo convertir los ATP (la parte del sueldo que el Estado paga a los empleados en blanco), en créditos para las empresas.
En definitiva, el gobierno tomó recaudos para evitar que "falte el dinero", pero nada se dice todavía de cómo se va a afrontar la tremenda devaluación monetaria de un peso que ya se parece a los billetitos de El Estanciero.