Fue una protesta inédita para la Ciudad de Mendoza. Los propietarios de los hoteles alojamiento defienden su actividad en público. Las razones de los que se sienten discriminados por ser los "huérfanos" de la hotelería.
La pandemia amenaza de muerte a los telos mendocinos
Eduardo Moyano es el presidente de la asociación de los propietarios de albergues transitorios en Mendoza. Se entusiasma y se aflige cuando un desconocido lo escucha hablar de su problema. Él y sus pares son conscientes de que arrastran una fama de clandestinidad y ocultamiento. Por eso se presentaron protestando en la explanada de la Casa de Gobierno. Fueron a reclamar quienes podían asistir según la terminación de su DNI y guardando el distanciamiento social.
Quieren demostrar que son capaces de respetar el protocolo de bioseguridad que impone esta pandemia de coronavirs ya que se les ha dicho a través de los medios, que no se habilitan porque no se puede seguir la trazabilidad ante un eventual contagio.
Denuncian trato desigual, es decir discriminación negativa respecto de los hoteles tradicionales. Señalan que esto se ve reflejado porque en la hotelería habilitada se ofrecen "noches románticas" que no es más de lo que ellos ofrecen permanentemente. David Vega es el segundo de Moyano en la entidad empresarial y fue el vocero del reclamo.
"Han pasado 70 días de la primera propuesta de protocolo para los albergues transitorios. Ya se han presentado tres propuestas. El gobierno no nos ha dado respuestas", repitió Vega es uno de los propietarios de los 35 hoteles alojamiento que se ubican en el Gran Mendoza y de los cuales dependen unas 500 familias, de acuerdo a lo declamado esta mañana.
De acuerdo a lo que cuenta Moyano una delegación de los dueños de los albergues fueron recibidos por funcionarios del Ministerio de Gobierno pero se fueron sin ninguna perspectiva de solución para que estos establecimientos vuelvan a abrir sus habitaciones para el público.
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"Fuimos excluidos de todo, del turismo de cercanía y nuestro trabajo se lo están dando a otros hoteles que no les corresponden", insistió Vega en medio de la explanada del Palacio de Gobierno.
La propuesta del último protocolo presentado incluye la registración de las personas que asisten a las instalaciones amatorias.
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Moyano se queja de que cualquier gestión que realizan a favor de la actividad para reabrir sus hoteles y se queja más por lo que considera que este sector está en un cono de sombras producto de la hipocresía cultural que envuelve a los albergues transitorios como espacios de encuentros furtivos entre personas que eligen el anonimato.
Un ejemplo de que la actividad está bajo riesgo de extinción o por lo menos un achicamiento es que Enrique De Oto, quien hasta hace poco regenteaba a La Luna (histórico telo de Guaymallén), renunció a su cargo y ahora reabrió su propio hospedaje. Todo un síntoma.