Se trata de un pub en Inglaterra. El dueño, cansado de que sus clientes no mantengan la distancia, tomó la extrema determinación.
Un bar puso una cerca eléctrica para que se respete el distanciamiento
El dueño de un bar en Inglaterra decidió poner una cerca eléctrica dentro del local cansado de que sus clientes no respeten el distanciamiento social impuesto a causa del coronavirus, ya que es una de las estrictas medidas que señaló el gobierno británico para habilitar la apertura de ese tipo de negocios.
"¡Mantiene a las ovejas a distancia y mantiene a la gente a distancia!", ironizó respecto de su iniciativa Johnny McFadden, el posadero dueño de The Star Inn, local no demasiado lejos del ducado real de Cornualles que corresponde al príncipe Carlos, a la hora de compartir su extrema iniciativa en las redes sociales.
Los bares y restaurantes se mantuvieron cerrados durante cuatro meses debido a la pandemia de Covid-19, que en su momento atacó a Inglaterra con rudeza. En sus primeros días de reapertura, los clientes "se comportaron como animales salvajes" y no cumplieron con ninguna de las medidas sanitarias obligatorias para permanecer en el local.
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La primera medida que tomó McFadden para concientizar a sus clientes fue llenar el pub de carteles que indicaban las restricciones sanitarias, incluido el distanciamiento social. Pero no hubo caso.
El paso siguiente fue delimitar los espacios permitidos con cinta en el piso, pero sus visitantes tampoco respetaron la medida. Cansado y preocupado por posibles multas de parte de las autoridades, McFadden decidió algo mucho más potente.
Con la cerca eléctrica se acabaron los problemas. "Estamos en una comunidad rural, todo el mundo entiende qué es una cerca eléctrica. ¡Mantiene a las ovejas a distancia y mantiene a la gente a distancia!", ironizó en una entrevista para CornwallLive.
"Intentaban que les sirvieran aquí, que es exactamente donde está la puerta", mostró la parte de la barra en la que se creaban aglomeraciones ideales para la transmisión del SARS-CoV-2. "Ya no sabía qué hacer, así que puse una cerca eléctrica".
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McFadden enfatizó que en general la cerca se mantenía apagada, pero realmente se le podía activar la electricidad en caso de que fuera necesario. Por ahora confía en el mensaje que transmite la sola presencia del tendido metálico: "Antes de la cerca la gente no cumplía con la distancia social y hacía lo que quería, pero ahora presta atención a las guías sobre distanciamiento social. ¡Es en beneficio de todos!", indicó al elogiar su valla electrificada.