Dentro del Frente de Todos dejaron de criticarse entre sí en las segundas y terceras líneas y ya "ligó" el Presidente.
En medio de una interna creciente, piden cerrar filas en torno al presidente
"Desde mi lugar de militante, con respeto, les digo a mis compañeros/as que hoy la tarea más importante es bancar a Alberto. Con corazón y con cabeza. Por historia y por futuro. Simple y contundente".
La frase corresponde a un hilo de Twitter nocturno emitido por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien conduce el sector Corriente Nacional de la Militancia. Coronó un día en la que Hebe de Bonafini, vinculada con el sector más "rabioso" del cristinismo, salió a descalificar públicamente la reunión del presidente Alberto Fernández con los sectores de la economía, lo que obligó al mandatario a exponerse, respondiéndole. Pero además, luego de semanas de inestabilidad, en la que se habla de "doble comando" político, en alusión a la incidencia de Cristina Fernández de Kirchner, cosa que el propio Presidente intentó desmentir luego de que lo escribiera en una columna de Infobae la periodista Nancy Pazos.
La situación se volvió más extrema cuando resulta imposible, a todas luces, contener no solo el discurso del variado esquema de sectores que componen el Frente de Todos, que parecen seguir en campaña o haberla iniciado en torno a un posicionamiento para las elecciones legislativas. Lo evidencian los cientos de "encuentros Zoom" que funcionarios de origen político y social diverso que tienen cargos en el Gobierno y que encabezan, tratando de captar la atención militante día tras día, pero también las discusiones que ya salieron de las cuatro paredes de sus despachos, para mostrarse a la luz del día por medio de las redes.
Una luz amarilla se encendió cuando un "viejo lobo de mar" del peronismo, como es Aníbal Fernández, interventor de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio salió a la palestra sin tener un puesto político para hacerlo, y se presentó a una entrevista en C5N, un canal más vinculado a Cristina Kirchner que a Alberto Fernández y que suele "marcarle la cancha" al Presidente, por la vía de consignas más cercanas al pensamiento de la expresidenta. Aníbal Fernández criticó duramente al Gabinete por no defender rápidamente a CFK al ser involucrada en la muerte de su exsecretario, Fabián Gutiérrez y por no tener un equipo de acción rápida ante los ataques al propio Gobierno.
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Algunos intuyeron que se trató de un movimiento de piezas en el tablero del poder de parte de la Vicepresidenta de modo de hacer ver la necesidad de que Santiago Cafiero fuera sustituido por el ex alfil de Néstor Kirchner y de ella misma.
Las diferencias de concepto y acción en torno a la granera Vicentin, pero además en torno al rol de los empresarios en la economía, en un debate que sonó bastante anacrónico en este tiempo en torno a "capitalismo sí o no", parecen socavar la relación interna del Frente de Todos, ya que antes eran matices contenidos en un espíritu típicamente aglutinadora y movimentista del peronismo, pero que ahora suena a boxeo interno con promesa de volverse un clásico violento de las peleas casi sin reglas de la UFC.
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Allí está el picudeo tuitero de Julio de Vido contra Juan Grabois y las diferenciaciones constantes de unos con otros ya no por matices, sino por concepciones en torno a la economía, el principal problema del país y en donde todavía se debe un plan, situación que se ve agravada por la pandemia y sus efectos.
"Fuerza Alberto" rezan los carteles en Buenos Aires, y la campaña anónima resulta más inquietante porque podrían estar evidenciando a un Presidente que no la tenga. Si bien se desconoce quién tuvo la iniciativa, fuentes de la Casa Rosada le hicieron a Memo una adivinanza en torno al tema, sin que otorgue una respuesta cierta y contundente, pero sí oriente sospechas: "¿Quién ha sido siempre el que bancó campañas de este tipo y tiene cartelería y poder de fuego?". Una posibilidad no confirmada llevaría a Pepe Albistur, íntimo amigo de Alberto Fernández, al punto de ser quien le prestó el departamento en Puerto Madero en el que vivía y que todavía no devuelve, según le contara hace poco a este diario la esposa del empresario publicitario, Victoria Tolosa Paz.