El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, explicó los alcances a empresarios y dirigentes sociales y religiosos. Sería a cambio de trabajo o capacitación.
El oficialismo busca consensos para lanzar un "ingreso universal"
El plan para implementar un nuevo plan social para beneficiar a, al menos 3 millones de personas, con una "renta básica" o un "ingreso universal" sigue buscando consensos y, para ello no descarta que se exija una contraprestación.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, buscó el apoyo en un encuentro virtual que mantuvo con dirigentes empresarios, sindicales, sociales y religiosos, según publica Ámbito Financiero.
El ministro fue este lunes el orador central de una teleconferencia organizada por la Mesa de Encuentro por el Trabajo y la Vida Digna, un foro impulsado por la Iglesia católica que tuvo actuación entre 2018 y 2019 cuando se instaló el debate por el hambre en la Argentina y que retomó su activismo a partir de la pandemia.
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Arroyo detalló las acciones implementadas por el Ejecutivo a partir de la inauguración de la cuarentena, entre ellas el incremento de la ayuda alimentaria de 8 a 11 millones de personas así como la creación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el subsidio salarial ATP.
Arroyo detalló las medidas de apoyo ya tomadas
Tras eso, dio por hecho que a continuación se hará imprescindible aplicar "una renta universal básica" para los sectores más golpeados por la crisis, aunque incluso esa medida "no alcanzará" para revertir la crisis.
Se pedirá contraprestación
"Hay que actuar sobre tres ejes: el trabajo, los ingresos y el acceso a los servicios básicos", detalló sobre el plan de acción previsto.
Si bien el funcionario hubiese preferido avanzar sobre un plan de salario universal sin contraprestación (es decir, un programa netamente asistencialista) en su entorno dijeron que la dinámica de la crisis por el coronavirus lo impulsó a reorientar la iniciativa hacia un esquema de pagos a cambio de trabajo, capacitación o formación.
"No hay salida sin un consenso fuerte", instó Arroyo a sus interlocutores. A continuación aclaró que para aplicar el plan hará falta "una reforma impositiva" y dijo que de no hacerlo, a velocidad, "va a quedar mucha gente con la ñata contra el vidrio".
Daniel Arroyo quería un plan netamente asistencialista
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