El futbolista, campeón del mundo con Argentina en 1978, reveló una historia escalofriante que vivió luego de la conquista.
Leopoldo Luque: "Los milicos me secuestraron y casi me matan"
Leopoldo Jacinto Luque reveló por primera vez una durísima historia que sufrió en carne propia poco después de obtener con la Selección Argentina el título mundial en la Copa de 1978.
El ex delantero confesó en una entrevista realizada por el diario Clarín una historia que no contó nunca "por miedo", pero que después "fue pasando el tiempo y lo tenía ahí, como una cosa más". Para contextualizar aun más la situación, el santafesino de 71 años asegura que "me da bronca cuando dicen que salimos campeones gracias a la dictadura, y que andábamos con los militares para todos lados".
Esa es la introducción para la inesperada historia que vio la luz recién 41 años después de ocurrida. "Los milicos me secuestraron, me robaron y no me mataron de milagro", relató. "Me llevaron a un descampado y cuando empecé a caminar solo esperaba el sonido del disparo, el ¡pum! que me matara. No te miento", agregó.
El detalle
La historia ocurrió en 1979, cuando Luque era jugador de River. El Millonario jugaba entre semana y el delantero no había sido convocado por Ángel Labruna "para cuidarme". Igual fue a ver a sus compañeros al Estadio Monumental. El horror llegó con la finalización del duelo.
"Salgo del partido y me subo a mi coche. Yo vivía en Martínez y llegando a mi casa, antes de doblar, veo por el retrovisor que tenía un auto muy cerca, que aceleraba de repente y se me pegaba", relata.
Fue así que tras realizar algunas maniobras para intentar perderlo, se dio cuenta que lo estaban siguiendo. Por eso Luque se estacionó para dejarlo pasar, aunque una vez que ocurrió esto, el otro vehículo se detuvo abruptamente.
"Del auto se bajó un tipo corriendo con una placa de policía en una mano y una pistola en la otra. Me pide los documentos y yo quiero abrir la guantera para dárselos y me amenaza: 'Quedate quito porque te arranco la cabeza de un tiro', me grita. Ahí otra persona entró por la puerta del acompañante, agarró todos mis papeles y se sentó al lado mío".
La narración del horror continúa: "Me acuestan en el asiento de atrás, uno manejaba y el otro iba apuntándome con la pistola. Yo sólo veía el reflejo de las luces que venían de afuera, hasta que queda todo oscuro. Habíamos entrado como en un campo. Me amenazaban con que si levantaba la cabeza me la volaban".
"Cuando paramos me di cuenta que había otro auto más. Me hicieron bajar y caminar hacia un descampado. Yo apreté los dientes, sentía que iba a venir el disparo, que iba a ser boleta. Seguí caminando hasta unos yuyos, cuando llegó ahí siento que arranca un auto. Me doy vuelta y estaba solo, se habían llevado mi auto. Yo me quedé ahí y respiré, más tranquilo", prosigue.
El desenlace
Luque logró regresar a su domicilio y radicó la denuncia. Dos meses después lo llevaron a la comisaría porque habían encontrado el auto y tenían a unos sospechosos privados de la libertad. Leopoldo, que se retiró en Deportivo Maipú de Mendoza en 1986, reconoció a uno de los autores de la noche más terrórifica que le tocó vivir y cuando le confirmaron que eran militares, no dijo nada.
"Me dio miedo decir que había sido ese tipo. Pensé que iba a ser peor", asume.