En el Arena Corinthians, los dirigidos por Sabella se metían en la final del Mundial de Brasil 2014. Con Romero como héroe y Mascherano como bandera, fue el momento más emotivo de los últimos 29 años para la albiceleste.
A seis años de los penales contra Holanda, la última alegría de la Selección
Como cada 9 de julio, la Argentina celebra un nuevo aniversario de la Independencia, pero desde hace seis años y en con una generación carente de alegrías futbolísticas a nivel Selección, el pase a la final del Mundial de Brasil 2014, fue y será por un tiempo el momento más recordado y celebrado durante muchos años.
Aquella tarde, el equipo de Alejandro Sabella, que venía de menor a mayor en cada partido del torneo, se enfrentaba a la dura Holanda, que entre otras cosas, había arrollado 5 a 1 a España (campeón en Sudáfrica 2010) y llegaba de eliminar por penales a Costa Rica con una maniobra brillante de Louis Van Gaal. Tenía fútbol y confianza desde los 12 pasos, pero la Albiceleste estaba bien.
El partido entre argentinos y holandeses fue parejo, con chances de ambos lados y momentos épicos como el cierre de Javier Mascherano a Arjen Robben cuando iban 90 minutos de juego, en lo que era un casi seguro gol del delantero -en ese entonces- del Bayern Munich.
Ver también: Hace 42 años, Argentina levantaba su primera copa del mundo
En el alargue no hubo mayores emociones, pero luego llegaron los penales. "Hoy te converís en héroe", fueron las palabras de Mascherano para "Chiquito" Romero, quien cuando comenzaba a caer una copiosa lluvia en São Paulo, se encargó de taparle los disparos a Ron Vlaar y a Sneijder.
Los compañeros del arquero argentino hicieron lo suyo: Messi, Garay, Agûero y Maxi Rodríguez convirtieron sus ejecuciones. Estábamos en la final. Una más. Locura y delirio en todo el país, en Río, donde miles de argentinos veían el encuentro por pantalla gigante en Copacabana, en el Parque Anhangabaú, donde otros miles se agolparon en la Fan Fest paulista sólo para estar cerca del equipo, y en cada rincón del planeta donde había un compatriota, había también una sonrisa. Días después, llegaría la final en el Maracaná ante los temibles alemanes, que venían de propinarle a Brasil, dueño de casa, la derrota más humillante de su historia.
Los penales
Ver también: El recuerdo de Maradona a 30 años del debut argentino en Italia 1990