El cantante de rap Kanye West, esposo de Kim Kardashian, anunció el 4 de julio que competirá por la presidencia de Estados Unidos. Con dos candidatos instalados como Donald Trump, a quien antes respaldara, y Joe Biden, se aguarda el desarrollo de los hechos. Ya tiene un importante apoyo.
Hoy en Memo: Kanye West, el rapero que desafía al electorado de EEUU
El rapero Kanye West acaba de anunciar que se presentará como candidato a la presidencia de EEUU en las elecciones del próximo mes de noviembre.
En un tuit el artista, casi avanzado su programa de gobierno, dijo: "Debemos llevar a cabo la promesa de América confiando en Dios, unificando nuestra visión y construyendo nuestro futuro. ¡Me presento a presidente de Estados Unidos!", acompañado del hashtag #2020VISION. Es una incógnita su significado pero promete que pronto todo el mundo lo sabrá.
De inmediato, el magnate de la tecnología Elon Musk respondió a su tuit diciendo que cuenta con su apoyo en esa empresa.
Kanye West anunció durante un largo discurso en la gala de los premios MTV VMA's 2015 que quería presentarse a presidente en 2020. Todo el mundo lo tomó a broma (aún no tenemos claro que no lo sea) se tomó a broma el anuncio. Incluso Hillary Clinton, por entonces precandidata, que entendía que, de suceder, sería bajo las alas del Partido Demócrata, considerando la cercanía con Barack Obama que había mostrado West durante su mandato.
El giro llegaría tras las elecciones de 2016, en las que Donald Trump derrotó contra todo pronóstico a Clinton. A partir de ahí, West inició un acercamiento a los postulados de Trump y le visitó varias veces en la Casa Blanca, alabando su figura y sus políticas, generando una considerable controversia.
Es un personaje que siempre ha fascinado a las audiencias. Por un lado, es probablemente el mejor productor de hip hop de los últimos años. Por otro, es una persona odiada y criticada a diestra y siniestra debido al enorme ego que se le asigna y que no ha ocultado en ningún momento. Sus canciones hablan continuamente de Dios y de su búsqueda espiritual a la vez que de drogas, sexo y dinero.
Las dudas
Se ha dicho que sería un candidato independiente, como tantos otros en la historia de los Estados Unidos, pero otros ya especulan con que se presente a las primarias del partida Republicano.
Lo último parece improbable, porque supondría una inversión descomunal para afrontar una derrota casi segura.
Por otra parte, desde el siglo XIX, no ha habido ningún presidente en EEUU que no perteneciera a los dos partidos principales.
Los analistas dan cuenta que más posibilidades tendría si formara parte del Partido Demócrata ya que ha demostrado que sus ideales están más cercanos al extremo conservador y del fundamentalismo religioso que representa Trump.
Por otra parte, abrió las especulaciones en torno a la posibilidad de que esté buscando concentrar el apoyo afroamericano para entregárselo a Trump. Joe Biden, el candidato demócrata, es quien ahora los concentra a su favor.
En el plano más banal están los que anuncian que la candidatura, en realidad, es de Kim Kardashian, su esposa, al cargo de primera dama.
Nada es imposible. Un actor de westerns como Ronald Reagan gobernó durante 8 años y ayudó a cambiar al mundo. Arnold Schwarzenegger lo hizo en el estado de California también por ese tiempo.
De todos modos, West sigue promocionando su nuevo disco ?God's Country', por las dudas.
Los candidatos independientes en EEUU
Con frecuencia se cree que Estados Unidos funciona bajo un sistema de dos partidos. En la práctica eso es cierto: la Casa Blanca ha estado ocupada todos los años por un demócrata o por un republicano desde 1852.
Sin embargo también es verdad que el país ha producido a través de los años un buen número de terceros partidos y otros de orden menor.
Los terceros partidos se organizan en torno de un conjunto de temas afines o de un solo tema. Suelen tener mejor suerte cuando encuentran un líder carismático.
Como la presidencia está fuera de su alcance, la mayoría de ellos sólo busca una plataforma para divulgar sus inquietudes políticas y sociales.
Theodore Roosevelt. El candidato de un tercer partido que tuvo más éxito en el siglo XX fue el republicano Theodore Roosevelt, el ex presidente, cuyo Partido Progresista o del Alce ganó el 27,4% de los votos en la elección de 1912. El ala progresista del Partido Republicano, decepcionada del presidente William Howard Taft, instó a Roosevelt a contender por la candidatura del partido en 1912. Éste accedió y derrotó a Taft en varias elecciones primarias. Sin embargo, Taft tenía el control de la maquinaria del partido y ganó la nominación. Entonces los partidarios de Roosevelt se separaron de su partido para formar el Partido Progresista. Roosevelt dijo que se sentía tan fuerte y apto como un alce (de ahí el nombre popular del partido) e inició su campaña con una plataforma cuyos temas básicos eran: la regulación de las "grandes empresas", el sufragio de la mujer, un impuesto gradual sobre la renta, el Canal de Panamá y la conservación de los recursos naturales. Su campaña bastó para derrotar a Taft. Sin embargo, al dividir el voto republicano, él ayudó a asegurar la elección del demócrata Woodrow Wilson.
Los socialistas. El Partido Socialista alcanzó también su apogeo en 1912 al ganar el 6% del voto popular. Su eterno candidato, Eugene Debs, obtuvo ese año más de 900.000 votos con sus propuestas de pugnar por la propiedad colectiva de las industrias del transporte y las comunicaciones, acortar el horario de trabajo y promover proyectos de obras públicas para alentar el empleo.
Robert LaFollette. Otro progresista fue el senador Robert LaFollette, quien ganó más del 16% de los votos en la elección de 1924. Eterno defensor de los granjeros y los trabajadores industriales y enemigo acérrimo de la gran empresa, LaFollette fue uno de los protagonistas de la resurrección del movimiento progresista después de la Primera Guerra Mundial. Con el apoyo del voto de campesinos y obreros, socialistas y los últimos miembros del Partido del Alce de Roosevelt, LaFollette contendió basado en una plataforma cuyo tema central era la nacionalización de los ferrocarriles y los recursos naturales del país. Sólo logró ganar Wisconsin, su estado natal.
Henry Wallace. El Partido Progresista se reinventó a sí mismo en 1948, cuando nombró candidato a Henry Wallace, el ex secretario de agricultura y vicepresidente de Franklin Roosevelt. En su plataforma de 1948, Wallace se declaró en contra de la Guerra Fría, el Plan Marshall y las grandes empresas. Basó también su campaña en la lucha para acabar con la discriminación contra los negros y las mujeres, apoyó el salario mínimo e instó a la supresión del comité de la Cámara que investigaba las actividades antinorteamericanas. El hecho de no haber desconocido al Partido Comunista de Estados Unidos que lo apoyaba debilitó su popularidad y al final sólo pudo ganar poco más del 2,4% del voto popular.
Los dixícratas. Igual que los progresistas, el Partido de los Derechos de los Estados o "dixícrata" cuyo líder era el gobernador de Carolina del Sur, Strom Thurmond, fue fundado en 1948 como un subproducto del Partido Demócrata. Su oposición provenía de la plataforma de derechos civiles de Truman. Aunque el partido se presentaba como defensor de los "derechos de los estados", su objetivo principal era seguir aplicando la segregación racial y apoyar las leyes antiafroestadounidenses que la sustentaban.
George Wallace. Los disturbios étnicos y sociales de la década de 1960 hicieron que la atención del país se enfocara en George Wallace, otro gobernador del sur partidario de la segregación. Wallace atrajo a sus seguidores con una serie de pintorescas diatribas contra los derechos civiles, los liberales y el gobierno federal. Él fundó el Partido Estadounidense Independiente en 1968, realizó su campaña desde el palacio municipal de Montgomery, Alabama y ganó el 13,5% del voto presidencial total.
H. Ross Perot. Todos los terceros partidos tratan de capitalizar la insatisfacción popular contra el gobierno federal y los grandes partidos. Sin embargo, en la historia reciente, pocas veces ha sido tan fuerte ese sentimiento como en la elección de 1992. El empresario tejano Perot, poseedor de una inmensa fortuna, tenia una habilidad especial para llevar su mensaje de sensatez económica y responsabilidad fiscal a un amplio espectro de la población. Mediante encendidos libelos contra los dirigentes del país y con un mensaje económico que se reducía a formulas fáciles de entender, Perot no tuvo la menor dificultad para atraer la atención de los medios informativos. Se retiró de la contienda en julio, pero se reintegró a la misma un mes antes de la elección y ganó más de 19 millones de votos, casi el 19 por ciento del total, como portaestandarte del Partido de la Reforma. Esto fue por amplio margen el mayor número de sufragios que haya obtenido jamás un candidato de un tercer partido. Sólo fue superado por Roosevelt en 1912, en su porcentaje del sufragio total.
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