En sus primeras definiciones como coordinador del bloque, el presidente uruguayo mostró concordancias con las posturas de Fernández sobre el duelo EEUU-China, las negociaciones internacionales y el impulso al comercio exterior.
Inesperada sintonía entre Alberto y Lacalle Pou para "contener" a Bolsonaro
La primera cumbre virtual de presidentes del Mercosur concluyó en el común acuerdo que el bloque, con todas sus imperfecciones, sigue siendo la mejor opción para todos sus miembros a la hora de proyectarse en un mundo plagado de incertidumbre, detalla Perfil en un amplio informe firmado por el periodista Mariano Beldyk.
Lo repitieron Alberto Fernández y su par brasileño Jair Bolsonaro, sin privarse de cruzar alguna que otra estocada, siempre solapada, a fin de evitar sensibilidades personales. Y lo reiteraron, a su modo, también el paraguayo Mario Abdo y el uruguayo Luis Lacalle Pou, en cuya coordinación semestral el Gobierno argentino podría hallar un interlocutor para frenar el ímpetu brasileño.
Hoy, el líder blanco dio señales en esa dirección. El Comunicado Conjunto firmado por los presidentes de los Estados Partes transmitió gran parte de ese equilibrio que se buscó construir a lo largo de los días previos sin dejar de reconocer las fricciones latentes.
Lacalle Pou lo señaló en su conferencia de prensa posterior, en Montevideo.: "A punto de cumplir 30 años este bloque, que ha tenido altas y bajas, hablamos de que no se podía ser mercoptimista ni mercopesimista. Que es el momento de ser mercorealista. Y esa realidad está teñida por la pandemia, que vino a desnudar falencias pero también a hacernos ver virtudes y fortalezas de la región.
No solo eso. Sus referencias a no tomar parte en el duelo China-Estados Unidos, consensuar respecto a los acuerdos comerciales internacionales e impulsar el comercio exterior, sobre todo el alimenticio, van en línea con el pensamiento de Fernández.
Y la próxima asunción de Francisco Bustillo como canciller -fue confirmado por el Jefe de Estado uruguayo- también promete ser un puente de diálogo directo entre Buenos Aires por las relaciones personales que mantiene el diplomático con esta orilla, desde su años como embajador, empezando por el propio Fernández, a quien alojó en su residencia el año pasado cuando viajó a España tras ganar las elecciones.
También con Lacalle Pou y su padre, el ex presidente Luis Lacalle, el presidente argentino tiene un trato personal. "Hablamos también de un Mercosur sin posicionamientos ideológicos con respecto a este nuevo mundo y la tensión entre EEUU y China. Yo no creo que debamos elegir EEUU o China. Es más, tenemos que elegir a los dos", manifestó Lacalle Pou, antes de remarcar que "le pedimos al Mercosur reimpulsar el dialogo con China".
Tanto Uruguay como Brasil y Argentina mantienen buen vínculo político y comercio con ambos desde hace años y ninguno de sus gobiernos actuales busca cambiar ese estatus. Paraguay es el único que reconoce a Taiwán en lugar de la China continental y aún allí hay un fuerte debate -trunco, por ahora- que revivió de la mano de la pandemia y la necesidad de insumos médicos.
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Respecto a las negociaciones internacionales, Lacalle Pou también aludió a "un Mecosur virtuoso" que "tiene que terminar lo empezado" en referencia al acuerdo con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA) cuya firma se espera concretar a lo largo de la segunda parte del año.
En varias oportunidades, el canciller Felipe Solá ratificó la intención del Gobierno de honrar ambos pactos ya cerrados con Europa, cuyo apoyo requieren en la renegociación de la deuda externa.
En la cumbre de presidentes, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, celebró el cierre de las negociaciones por los pilares políticos y de cooperación, en junio pasado, un año después de concluir el capítulo comercial.
Ahora el documento debe pasar su revisión legal y traducción. Asimismo, el resto de las negociaciones internacionales siguen su curso, aunque ya sin la celeridad de abril pasado, a juzgar por la letra del Comunicado Conjunto que se limita a enumerarlos: Corea del Sur, Canadá, Singapur, el Líbano, la profundización del diálogo con Israel, la aproximación a Vietnam e Indonesia, los sondeos con la Alianza del Pacífico para implementar el Plan de Acción de Puerto Vallarta y la propuesta argentina de iniciar tratativas con América Central.
En la segunda ronda de cancilleres, el miércoles el brasileño Ernesto Araújo y Solá hasta coincidieron en ponderar este último destino y México, lejos del tono de aquella escalada de abril cuando Brasilia habló de "acelerar" y Argentina quedó del lado opuesto de la mesa con sus socios.
Entonces, la actitud de la coordinadora uruguaya cuando los brasileños embistieron por sorpresa no cayó bien en el equipo argentino. Menos aún el comunicado posterior de su cancillería, en manos de un Talvi que priorizó, desde un primer momento, su "diplomacia económica y comercial".
El dirigente colorado miraba con más interés hacia Chile y Europa que al propio Mercosur y defendió, hasta su última videoconferencia del miércoles, las negociaciones con terceros países a distintas velocidades. Luego renunció: los roces con propios -el sector del ex presidente Julio María Sanguinetti- y el mismo Lacalle Pou -por la designación de embajadores en destinos claves, entre ellos, la Argentina-anticiparon su salida ya anunciada.
Hoy, el discurso de Lacalle Pou destiló una mayor moderación, quizás por su papel como coordinador temporal. Reveló su planteo al resto de los socios para no "avanzar en acuerdos que no estemos realmente dispuestos a terminar y por eso la pregunta a nuestros socios fue si hay real interés en avanzar con Corea del Sur", aseguró.
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El mandatario uruguayo reiteró que Uruguay tiene interés en hacerlo, así como en flexibilizar las normas que impiden las negociaciones bilaterales en paralelo, aunque se ciñe a la regla del consenso que hoy rige al bloque porque forma parte de la integración supranacional "y el Mercosur al Uruguay le sirve, el Mercosur al Uruguay le conviene, y por eso lo vamos a empujar". Fue también un llamado a Buenos Aires para una definición.
"Nosotros ya dijimos que no nos vamos de ninguna mesa de negociación, que mantenemos las negociaciones y que en ellas queremos estar codo a codo con nuestros hermanos del Mercosur", señaló Solá frente a sus pares el miércoles.
"Pero no queremos acelerar. Con pandemia el daño es aún mayor que antes y la incertidumbre continúa", agregó. Y completó: "Conectarse más y mejor, para nosotros, no es ni abrirnos inocentemente ni cerrarnos anacrónicamente. Consiste en no obligarse por razones ideológicas a una posición u a otra, sino en mirar estrictamente los objetivos nacionales y los objetivos del conjunto, los objetivos del grupo".
Por último, en el aspecto comercial, también hubo una coincidencia en la mirada hacia el Pacífico y, más específicamente, al sudeste asiático. "No solo China. Toda Asia va a incrementar enormemente su consumo. Pensando en 2050. La demanda de alimentos en cantidad y calidad va a aumentar. Y la región es la gran productora de alimentos", sugirió el líder uruguayo.
Desde la Cancillería argentina trabajan con el mismo Norte, buscando potenciar el comercio en esas coordenadas y otros lugares del mapa como el norte de África donde se puedan acrecentar las exportaciones de alimentos a través de privados, licitaciones gubernamentales y las compras de organismos internacionales.
Pendientes de negociación quedan todo un abanico de capítulos sobre el Arancel Externo Común, la adecuación del sector automotor a la unión aduanera y su inserción en las cadenas regionales y globales de valor, el desarrollo de un protocolo sobre comercio electrónico, cooperación en materia de salud pública e investigación por el Covid-19 y la continuación del debate respecto a la liberalización del azúcar dentro del bloque, una conversación que se retomó tras 19 años de parálisis y que promete abrir más capítulos entre Brasil y la Argentina.