El caso de un sospechoso robo en un barrio privado de Guaymallén fue el disparador para analizar su funcionalidad.
Vigiladores en countries: ¿cuidan, son porteros o se dedican a espiar?
Se llaman "agencias de seguridad privada" y hay una lista de las que están habilitadas por el Ministerio de Seguridad para funcionar. Se supone que se las controla desde el RePriv (Registro de Agencias de Seguridad Privada de Mendoza) y hasta están nucleadas en una asociación que brega por su mejor conformación, capacitación de sus integrantes e incorporación al sistema público de seguridad, aun siendo un servicio privado.
En los últimos tiempos hay un esfuerzo por la capacitación de sus integrantes de parte del Gobierno y de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) que administran el Instituto Universitario de Seguridad Pública (IUSP). Esto es fundamental, porque su plantel duplica al personal policial del Estado.
A nivel social hay percepciones diferentes de la seguridad privada. Cada quien los evalúa de acuerdo al contacto más cercano que tenga con sus trabajadores o bien, con las empresas que los contratan.
Aquí aparece una divergencia en torno al rol que cumplen, centralmente, en los barrios privados, ya que en otros lugares (bancos, supermercados, eventos) ya se conoce su alcance y dimensión.
A raíz del caso de la empresa Vigiterra (que publicó este medio), surgió un debate en torno a qué se dedican los agentes de seguridad privada que están al servicio de barrios privados. En su caso, dos de los barrios que "vigila", El Algibe y Villa El Olivar en Guaymallén, han sufrido sucesivos robos. En algunos casos, vaciamiento total de viviendas.
Ver: Sospechoso robo a un concejal de Guaymallén
Al leerse la lista y razón social de las empresas surge el dicho que advierte que "el que mucho abarca poco aprieta". Algunas empresas que ofrecen guardias privados están inscriptas ostentosamente como "de vigilancia y seguridad" y hasta como empresas que brindan "servicios de investigación", como en las películas, pero a todas luces sin los mismos resultados que en las series de los canales especializados en temas policiales.
Aquí hay un repaso que probablemente deban realizar las autoridades de Seguridad y también quienes los contratan. ¿Vigilan, garantizan seguridad o realizan tareas de portería? De tratarse solo de esto último debería quedar asentado en el contrato. Si garantizan la seguridad, tendría que constar en qué consiste esa garantía, cómo responderán en caso de que su servicio resulte un fracaso o violado por los malhechores.
La primera tarea es conocer cuáles existen y están registradas, habilitadas o inhabilitadas. Aquí, las listas publicadas por el Ministerio de Seguridad:
Pero además, ¿qué tipo de investigaciones pueden hacer y quiénes le ponen un control? Esto, a la luz de un país en el que el seguimiento de casos se confunde con el espionaje liso y llano, ilegal por supuesto.
Mendoza ha constituido a lo largo de los años una red importante de empresas de diferente tamaño y características que pujan por instalarse socialmente y que, además, deberían separar la paja del trigo a la hora de mostrarse y ofrecer sus servicios.