Los sectores del agro están en alerta con la expropiación de Vicentin y esta medida no caería nada bien.
El gobierno analiza un "dólar exportador" congelado al 30/9
El Gobierno está urgido de conseguir dólares y el plan sería apurar a los productores agropecuarios para que vendan los granos y a los exportadores a que liquiden sus exportaciones antes del 30 de septiembre, porque en esa fecha se termina la campaña de este año.
Pero para lograr que o hagan antes de esa fecha, se lanzaría una resolución o un decreto a través del cual quedará establecido que todo aquel que no haya liquidado sus exportaciones antes del 30 de septiembre y lo haga con posterioridad a esa fecha, deberá hacerlo al precio que el dólar tenga el 30 de septiembre, sin importar si cuando liquida sus exportaciones el tipo de cambio subió.
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Sería algo así como una suerte de congelamiento del dólar para exportaciones o la creación de un "dólar exportador" cuyo precio quedaría fijado el 30 de septiembre. Y no se movería más.
Según iProfesional, la idea se analiza desde hace un par de semanas en distintos ámbitos del Gobierno y Alberto Fernández la estudia con detenimiento.
Pero el clima entre el gobierno y el campo no es bueno y podría empeorar mucho. Ayer, todos los sectores del campo en Córdoba se "levantaron" contra la expropiación de Vicentín y le exigieron a los legisladores nacionales que no apoyaran la ley.
"Los productores están sentados sobre 12.500 millones de dólares que aún no vendieron", dicen en el Gobierno mientras se relamen imaginando todo lo que harían con los impuestos que cobrarían si esos 12.500 millones de dólares fueran vendidos al exterior y luego ingresados al país como liquidación de exportaciones.
En realidad, desde el sector exportador aseguran que los productores ya vendieron unos 26 millones de toneladas de soja, y admiten que aún están en los silobolsa unos 24 millones de toneladas de soja que, sumadas al maíz y al trigo que aún no fueron vendidos, representarían unos 10.000 millones de dólares, algo menos de los dólares de los que habla el Gobierno.
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A esto se suma que el Gobierno ya asumió (aunque no lo dijo), que dejará subir al dólar oficial, porque considera que hay un atraso cambiario y porque necesita incrementar las exportaciones.
En los pasillos de Gobierno se dice que, tras el cierre del canje de la deuda, lo dejarían subir entre $ 5 y $ 7 por mes, con lo cual de los $ 69,68 que vale hoy el mayorista pasaría a valer $ 75 o $ 77 en julio, entre $ 80 y $ 82 en agosto y tal vez más de $ 85 en septiembre. Claro que en octubre, noviembre y diciembre seguiría subiendo. Pero, de avanzar esta idea, los exportadores sólo recibirían por los dólares que liquiden el precio fijado el 30 de septiembre. Ni un peso más.
En el mercado, quienes ya están al tanto de la posible medida se muestran escépticos sobre su eficacia. Y hasta hay quienes creen que pueda tener un efecto opuesto al buscado.
"Si avanzan con esta medida sería una suerte de congelamiento cambiario, y eso sólo puede llevar a dos cosas: más acopio por parte de los productores y, probablemente, menos siembra", señaló un experto economista que conoce bien el mercado de cambios y de las exportaciones. Y añadió: "Porque siempre lo que genera este tipo de restricciones son retracciones de la oferta".