El retroceso en la cuarentena no es sólo sanitario. También simbólico, luego del festival de violaciones al distanciamiento. Habrá operativos sumarísimos y muy duros el fin de semana.
Vuelta atrás en la pandemia: Un gesto urgente y necesario
El gobernador Rodolfo Suarez dio un sartenazo sobre la mesa luego del verdadero jolgorio que hubo en Mendoza a partir de las libertades que se fueron otorgando dentro del "distanciamiento social", que rige en la provincia hasta el 28 de junio por la pandemia de coronavirus. Fiestas clandestinas, juntadas de amigos por todas partes cuando estaban prohibidas y de más de diez personas después, amontonamientos en las cervecerías, y finalmente el Caso 98 como detonante, terminaron empujando al gobernador a hacer lo que no quería: restringir casi todo otra vez, salvo la actividad económica. Sin embargo, el comercio recibirá esquirlas, porque habrá menos gente en la calle para comprar, y para colmo sin aguinaldos, o en cuotas, o como se haya podido.
Justos pagarán por pecadores, pero era necesario. La fiesta loca del Caso 98 que generó 11 casos de coronavirus cuando aún faltan pruebas por procesar, terminó empujando la decisión de derogar las juntadas de amigos, restringir las reuniones familiares, y volver al esquema de regir todas las salidas según el número de DNI. Incluso la práctica de deportes, reservas en restaurantes, y turismo.
La calle se había transformado en un descontrol. Mucha gente denunciaba en las redes lo que estaba ocurriendo. Comerciantes que pujaron por abrir y presentaron protocolos sanitarios de funcionamiento, luego los borraron con el codo y permitieron que sus clientes hicieran cualquier cosa.
Habrá más casos de coronavirus. Algunos fortuitos, y otros, producto de las violaciones sistemáticas y recurrentes al aislamiento. Ello también empujó a Rodolfo Suarez a restringir los movimientos de los mendocinos otra vez. El equipo de epidemiólogos del gobierno había llegado espantado al lunes por la noche, de las fotos y videos que habían visto en la montaña, en el centro, en la calle Arístides. Ni distancia, ni aislamiento, y en muchos lados, ni jabones en los baños. Esa situación de desborde que muchos veíamos podría dar casos de Covid-19 en las próximas semanas.
Las personas deberán ejercer el autocontrol. Ser más estrictas. Pero también los comerciantes deberán serlo con sus clientes. Y los intendentes deberán comprometerse más en el control.
Viene la mano dura. Fuentes del gobierno informaron que el fin de semana habrá por lo menos una docena de operativos muy estrictos. Les van a caer con todo a los que estén violando las normas. También habrá un trámite rápido para el proyecto de ley que permitirá arrestar gente que viole la disposición que prohíbe las juntadas de amigos.
Los testeos a los camioneros se van a profundizar. Se hicieron 2.700 en las últimas horas. El transporte es una puerta de entrada y ya está casi comprobado que uno de los transportistas tuvo que ver con el Caso 98. Hubo un camionero en la fiesta loca.
Las nuevas condiciones serán largas en el tiempo. Suarez les dijo a sus colaboradores que no puede estar abriendo y cerrando la cuarentena así nomás ni todo el tiempo. Hay que prepararse para convivir con este esquema por lo menos hasta las vacaciones de invierno.
Hay que entender de una buena vez que la situación es muy grave. Que hay zonas del país que están a punto del desastre, con muchas ciudades y provincias retrocediendo sobre sus pasos. El coronavirus puede matar más rápido que muchas otras enfermedades y es terriblemente más infeccioso. Muchos mendocinos han usado mal las pequeñas libertades que pedíamos todos a gritos. Nos tomamos el codo. Por eso el gesto de autoridad de Suarez vino bien. Para que entendemos todos de una vez que la cuarentena no es administrativa. Es sanitaria. Y que no se puede joder. Porque puede costar contagios, y vidas.