Según la denuncia contra la AFI macrista, agentes escuchaban las charlas del obispo Lugones con Jorge Bergoglio.
Espionaje M: también habrían grabado conversaciones del Papa
Según la causa del espionaje ilegal que se tramita en Lomas de Zamora, conversaciones entre un obispo argentino y el Papa Francisco, eran escuchadas ilegalmente por agentes de la Agencia Federal de Inteligencia.
El juez Federico Villena le mostró al obispo Jorge Lugones, el titular de la Pastoral Social, las pruebas de que lo espiaban: incluyen escuchas telefónicas, búsqueda de información sobre sus cuentas bancarias y tarjetas de crédito, rastreo de dinero en el exterior (inexistente) y sobre todo sus diálogos con el Papa Francisco, según detalla Página/12.
La novedad podría convertirse en un escándalo diplomático si se confirma que se espiaban conversaciones de Bergoglio, jefe del Estado Vaticano.
De las conversaciones entre los propios espías surge que no querían que Lugones fuera designado titular de la Pastoral Social, monitoreaban sus vínculos con las organizaciones sociales y gremiales de Lomas y suponían que estaba trabajando en un armado político vinculado con el pontífice.
En esa estructura también inexistente incluían a un hermano de Lugones, Luis (Lucho), dirigente del peronismo de La Plata, y a Pablo Bruera, ex intendente de La Plata, que en realidad es un sobrino del obispo, pero los espías no lo sabían. Los tres, Jorge y Lucho Lugones, y Pablo Bruera pedirán ser querellantes en la semana que se inicia judicialmente este martes, sumándose así a Cristina Kirchner y Horacio Rodríguez Larreta.
Lo que surge de la investigación realizada hasta ahora por el juez Villena es que todo el grupo reportaba al director de Operación Especiales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Alan Ruiz. En este caso ocurre lo mismo: en sus conversiones, los agentes dicen que le informan a Ruíz, pero también al ex subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales bonaerense, Alex Campbell, de estrecha vinculación con la gobernadora María Eugenia Vidal.
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Pero, ¿por qué se espiaba a Lugones?
En primer lugar, el vínculo con el Papa Francisco. El obispo es jesuita, como Bergoglio, y su referencia es el pontífice. La hipótesis era que Francisco quería ir conformando un armado político con dirigentes sociales, sindicales y del peronismo. En los diálogos se ve que los espías piensan que el obispo se basará en su hermano Lucho, por su peso en el peronismo platense, y en el ex intendente Bruera. De entrada creen que Bruera es una pieza más de la estructura política pero después se dan cuenta que habla en forma frecuente con el obispo porque es su sobrino.
El segundo aspecto del seguimiento tiene que ver con la designación de Lugones como titular de la Pastoral Social. En los diálogos, los espías mencionan que el oficialismo no quería a Lugones en ese cargo, según lo que dicen sus jefes en la AFI, porque es de los más críticos de los gobiernos de Macri y Vidal respecto de la pobreza.
El tercer motivo tiene que ver con que Lugones es obispo de Lomas de Zamora y, como tal, muy allegado a los movimientos sociales y organizaciones sindicales de la zona. En este terreno, los sacerdotes de la Diócesis de Lomas de Zamora firmaron una carta de solidaridad con Lugones.
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