Dos niños fueron sometidos sexualmente por su padre y tíos mientras la abuela miraba y la tía filmaba. Les encontraron material pornográfico y de abusos infantiles, pero fueron beneficiados con prisión domiciliaria y, aunque la violan, siguen sin ir presos. Los nenes no tienen paz.
La familia de pederastas de Godoy Cruz que no va a la cárcel
Dos nenes, chiquitos, abusados sexualmente por su "padre" y sus dos tíos, mientras su abuela miraba y la tía filmaba y sacaba fotos, hace más de un año que no duermen y viven aterrados y con trastornos psicológicos mientras los acusados violan la prisión domiciliaria en Godoy Cruz.
Toda la familia formó parte de los abusos sexuales y torturas cometidos hacia estos dos nenes. Uno, el más chiquito, es hijo del principal abusador. El otro, unos años más grande, el hijastro, pero lo reconoce como figura paterna.
La mamá contó al Post la historia horrenda que vivieron sus hijos. La contó linealmente y a grandes rasgos, como sabiendo que si hacía una pausa no podría seguir.
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"Me di cuenta de que algo malo pasaba una vez que volvieron de ver al padre (ellos están separados luego de varios episodios de violencia de género), y el más grande dijo que no quería ir más y se puso muy nervioso y empezó a golpearse la cabeza contra la pared. El más chico no me miraba ni me hablaba", empezó relatando la mamá.
Hasta que el más grande se quebró y le dijo que los hacían mirar "películas de gente desnuda haciendo cosas", y que al chiquito "lo tocaban".
Los llevó al Notti, allí los vio una psicóloga y también un médico forense. "El médico me dijo que mi hijo menor tenía lesiones compatibles con abuso y que el más grande también, pero más antiguas".
En el OAL también constataron comportamientos compatibles con estrés postraumático. Las cámaras Gesell fueron una tortura: varias veces citaron a los niños y luego de horas de espera les dijeron que no las podían hacer. Al más grande le dio un ataque de pánico y quedó inconclusa, la del más chico (de 6 años en ese momento), no se hizo como corresponde a un niño de su edad sino que se le preguntó directamente y el informe dice que "se niega a brindar detalles". Le pidieron detalles de un abuso a un nene de seis años.
Aun así, las pruebas alcanzaron para iniciar el expediente cuya carátula es "abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo en concurso real (participan dos o más personas) con promoción a la corrupción de menores calificado".
El padre y los dos tíos estuvieron tres meses presos. Les secuestraron celulares y una computadora en la que encontraron material pornográfico infantil (se cree que uno de los niños de ese material es el menor de las víctimas).
Sin embargo, los tres hombres fueron beneficiados con prisión domiciliaria por el juez Marcos Pereira y, a pesar de que el Servicio Penitenciario informa de reiteradas violaciones a la domiciliaria, siguen, desde el año pasado, con el beneficio y bajo la tutela de la madre, que es partícipe de los abusos pero todavía no fue imputada.
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Mientras tanto, los dos chiquitos viven aterrados. El más chico tiene terrores nocturnos y se despierta gritando que lo van a matar por haber hablado. El más grande (que ni siquiera es preadolescente) vive medicado por un severo cuadro de depresión y ansiedad que, según consta en el expediente "empeoró notablemente durante el proceso judicial."
Tampoco tienen contención psicológica adecuada. Cuando el Notti pidió seguimiento les dieron el turno para un mes después. Ahora la madre le paga al más grande el tratamiento privado.
Señores jueces ¿qué entienden ustedes por justicia?