El hombre solicitó domiciliaria en la casa de ella. Se la negaron, pero vence el plazo y podría quedar libre. Ruega para que dos juezas firmen un papel que la mantenga a salvo.
Su exmarido la dejó en coma, se recuperó y él ahora podría quedar libre
Una mujer a la que su ex pareja intentó asesinar y dejó en coma durante varios días, pide ayuda, aterrada, ante la posibilidad de que el hombre quede libre hoy, porque dos juezas no firman la extensión de la prisión domiciliaria.
En 2019, Fátima Aparicio había llegado desde Salta a Tucumán escapando de la violencia de su marido y padre de sus tres hijos. Ya lo había denunciado en Salta y, cuando llegó a Tucumán,fue a denunciar su situación para que le pusieran una consigna policial, pero se la negaron.
Le dijeron que primero tenían que hacerle estudios psiquiátricos, pero él la encontró antes de que pudiera mostrar que no mentía.
Se metió en el departamento de Fátima, la espero escondido en el baño y, cuando pudo, la atacó.
Primero intentó asfixiarla, después la arrastró a la cocina adonde comenzó a darle mazazos hasta desmayarla, le pateó y le pisó la cara, le quebró los maxilares.
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Los vecinos escucharon ruidos y fueron a preguntar qué pasaba, hasta que vieron sangre salir por debajo de la puerta e irrumpieron en el departamento.
La salvaron.
Fátima estuvo 15 días en coma.
Su ex marido, Luis Ernesto Rondón quedó detenido con prisión preventiva acusado de femicidio en grado de tentativa. Cando comenzó la cuarentena, la Justicia rechazó el pedido de prisión domiciliaria presentado por la defensa de Rondón porque, entre otras irregularidades, pretendía cumplirla en el departamento de la víctima, con ella.
Pero el plazo para resolver la domiciliaria se vence y el hombre podría quedar libre.
"Hicimos todas las presentaciones en tiempo y forma desde marzo, pero la prórroga todavía no se firmó", le dijo a TN.com.ar Fátima, la víctima del brutal ataque.
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Fátima envió a sus hijos a otro lugar desde hace una semana a la espera de que la Justicia resuelva la situación de Rondón. Su hija más chica, de 8 años, vive aterrada desde el ataque: "Camina de costado para poder mirar hacia atrás y ver si nos sigue alguien", se lamentó.
Ahora, todo está en manos de las juezas de la Sala VI Stella Maris Arce y Alicia Freidenberg. Ellas son quienes deben firmar, o no, la prórroga de la prisión preventiva del acusado. En tanto, el Cuerpo de Abogados para Víctimas de Violencia contra la Mujer, que depende de la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de la Provincia, se constituyó como querellante en el caso.